'Chiqui' Barros: "A veces para evolucionar basta con no dar un paso atrás"

Siempre se puede mejorar, con esa máxima grabada a fuego arranca 2016 para Embutidos Pajariel Bembibre. La historia del conjunto rojillo es de cuento; la de la sirvienta que se convierte en princesa y se codea con la realeza, la del ‘patito’ feo que termina siendo un cisne... Historias de una evolución que en la capital del Bierzo Alto se produjo en un abrir y cerrar de ojos.

En poco más de dos años, el equipo dirigido por ‘Chiqui’Barros pasó de la Liga Femenina 2 a disputar un ‘playoff’ por el título de campeón de la Liga Femenina. Fue en abril de 2014, y cuando parecía que aquella semifinal ante Perfumerías Avenida - las salmantinas tuvieron que hacer valer el factor cancha en el último partido de la serie- iba a ser el techo, el mayor momento de gloria para un club poco acostumbrado a focos y alfombras rojas; jugadoras, cuerpo técnico y directiva lo convirtieron en los cimientos sobre el que seguir creciendo.

«A veces para evolucionar basta con no dar un paso atrás», afirma ‘Chiqui’. Bembibre no ha retrocedido ni un centímetro. 2015 ha vuelto a ser un año grande para el Embutidos Pajariel, que siendo uno de los equipos más humildes de la categoría y con un presupuesto que le debería colocar entre los equipos que luchan por eludir el descenso, tuvo opciones de repetir en la final a cuatro por el campeonato hasta el último momento.

Pero no lograr meterse no fue una decepción. «Ni el ‘playoff’ ni la Copa de la Reina es nuestro sitio», recuerda el técnico ferrolano, que a pesar de ello no disimula su ambición. «No queremos quedarnos quietos, conformarnos con lo que tenemos o lo que hemos conseguido, siempre mirar hacia adelante e intentar ser mejores», apostilla.

Y eso que cada verano, el conjunto berciano está prácticamente obligado a empezar de cero. Ariel Edwards, Rosó Buch... Muchas son las jugadoras que Bembibre ha puesto en el escaparate de la Liga Femenina llamando la atención de los grandes, algo que no resta un ápice de ilusión al técnico. «Es verdad que a veces te casa tener que reinventarte año a año, pero tengo el mismo cariño a mi trabajo y las mismas ganas que cuando llegué a este club hace seis años», confiesa.

¿El resultado? El parón navideño llegó con el equipo acariciando la permanencia -siete victorias, tres de ventaja sobre el descenso y una más que las que hicieron falta para la salvación la temporada pasada- y habiendo estado en el ajo de la pelea por disputar la Copa de la Reina por primera vez en su historia.

Lejos de sentir el desgaste del paso del tiempo y las temporadas, ‘Chiqui’ Barros mantiene el entuasiasmo por el baloncesto del primer día. Sí ha cambiado su relación con Bembibre. «Esta ahora es mi casa», reconoce el ferrolano, que se siente joven para hacer algo grande en el baloncesto... y con el Bembibre. «Solo tengo 46 años, pero ya tengo una trayectoria, sin que nadie me haya regalado nada, que es aval suficiente para confiar en que lo mejor está por venir y que me queda muchísimo que darle al equipo y contribuir a que crezca pasito a pasito», concluye.