Debería ser una jornada de felicidad absoluta para el Ademar.Donde el año pasado cayó, esta vez se vengó. Donde todos los equipos sufren, ellos también lo hicieron pero supieron sacar adelante un final igualado. Donde se repartirá una plaza para Europa, en la ‘final a 8’ de la Copa del Rey que del 6 al 8 de junio se disputará en Irún, allí estará el conjunto ademarista, que se ganó su plaza tras derrotar en la tercera eliminatoria, que se disputaba a partido único, al Cangas por 30-33.
Y sin embargo, la alegría no puede ser completa. Se pidió otra ronda el Ademar, sí, pero fue pese a un mal trago. Porque en la segunda parte, en una acción desafortunada pues fue al realizar una penetracion pero sin que hubiera un duro contacto, a Álex Lodos le hacía un extraño (parece que la rodilla) y se quedaba tirado en el suelo entre gestos de dolor.
No pinta nada bien la lesión, que apunta a ser de gravedad pero falta por ver el alcance, pues se iba sin poder apoyar, en una desgracia para cualquiera pero más aún para el bravo jugador leonés, que ya ha sufrido dos muy graves en la rodilla y estaba siendo una pieza clave en la buena temporada de un conjunto leonés que influido por ello ni siquiera celebró a lo grande el triunfo, y que de hecho estuvo a punto de perderlo por quedarse ‘‘grogui’ tras esa acción.
Tras la roja a los 10 minutos al mejor defensor de Cangas, Ademar hizo un parcial de 1-8 y cogió su mayor renta (12-18)
Pero vayamos por partes. Porque en ese fatídico momento ganaba 22-26 el Ademar y quedaban 14 minutos por delante, pero mucho antes, en la primera parte, la renta había sido hasta de seis.
Tras una locura de arranque lleno de ataques en pocos segundos y con el equipo gallego haciendo daño al contragol, se habían marcado 17 goles en 12 minutos y el Cangas ganaba de uno (9-8), momento en el que llegó una jugada clave.
Porque en una penetración de un gran Rodrigo, desequilibrante en ataque en muchos momentos, Quintas le contactaba en la cara y veía la roja directa que dejaba al Cangas sin su mejor defensor con todo el partido todavía por delante.
Lo aprovechaban los de Dani Gordo, que daban un salto enorme en defensa hasta encajar un único gol en diez minutos, y lograban un tremendo parcial de 1-8 con el que se ponían seis arriba (12-18), que sería su máxima ventaja.
Ademar quedó grogui tras lesionarse Lodos con 4 arriba y Cangas empató a falta de 8 minutos. Álvaro volvió a ser decisivo en portería
Sin embargo, el cierre de la primera parte no era bueno, con un 4-0 después de tres goles encajados en el último minuto y medio, y Cangas se iba al descanso a sólo dos (18-20), que se antojaban como un exiguo botín para los méritos de un Ademar que no podía contar con Lindqvist.
Hasta tres bolas tenía de hecho en el arranque de la segunda mitad el Cangas para empatar, pero en todas ellas se encontraba con un gigantesco Álvaro, que salía tras el descanso y volvía a tener un papel fundamental en el triunfo.
Y así, tras superar ese momento importante y después de un parcial de 0-3, el Ademar entraba con ese 22-26 al momento en el que se produjo la lesión de Lodos, que les dejó helados, propiciando un apagón que aprovechó Cangas para empatar (28-28) muchísimos minutos después cuando sólo quedaban ocho por jugarse.
Ademar no encajó ni un gol en los últimos 5 minutos. Con 30-30 Edu en penetración y Rodrigo sin ángulo decidieron el pase
Apareció ahí Adrián Fernández, con un gol y una asistencia a Benites para irse de dos (28-30) pues por el medio paraba Álvaro. Pero reaccionó el Cangas con dos lanzamientos de nueve metros que devolvían el empate a falta de cinco minutos (30-30). Más en todos ellos, pese a que llegó a atacar para ponerse por delante, no marcó ni un gol más.
Se fue fuera su lanzamiento para adelantarse, asumió la responsabilidad Edu Fernández en una penetración que suponía el 30-31, y tras forzar la falta en ataque Darío Sanz el Ademar hacía un ataque larguísimo que acababa con un golazo sin apenas ángulo de Rodrigo que, a falta de minuto y medio, devolvía los dos goles de renta que se convertían en definitivos cuando Álvaro volvía a aparecer para sacar el lanzamiento precipitado de la escuadra gallega.