
El empate (0-0) en El Plantío es la confirmación de que si bien la destitución de Herrero y el fichaje de Munitis ha conseguido un cambio de actitud y dotar a los blanquiazules de una seguridad defensiva de la que antes tampoco gozaba, sin pólvora arriba, el ‘playoff’, que ahora se aleja a cuatro puntos tras las victorias de Celta B y Pontevedra, se complica.
Ante el Burgos, la Deportiva jugó una gran primera hora de encuentro, con pocas ocasiones –Juanto tuvo la más clara en el minuto 30–, pero llegando con cierta soltura al área. Con el paso de los minutos, el nerviosismo fue apagando las pocas luces ofensivas que le quedaba al conjunto berciano, que en toda la segunda mitad solo disparó una vez entre los tres palos.
Con este empate, la Ponferradina encadena tres jornadas sin ganar y sigue alejándose de la cabeza tabla con el final de la primera vuelta ya en el horizonte.
Espantar fantasmas
Si la Deportiva llegaba al Plantío con ganas de dar un paso más en ataque tras cerrar, al menos parcialmente, la sangría de goles encajados –tres en los cinco primeros partidos de la era Munitis–; el Burgos recibía a los blanquiazules con la intención de hacer todo lo contrario. Los de Manix Mandiola, equipo más goleado del Grupo I, venían de ganar dejando su portería a cero ante el Tudelano (0-2) y preferían sacrificar naves en ataque con tal de mantener el candado intacto.
Con intereses tan contrapuestos, solo uno podía llevarse al gato al agua y aunque fue al Burgos al que le salió bien el órdago defensivo, en los primeros compases de partido se llegó a ver a una Deportiva convincente. Esta vez los cambios de Munitis sí le sentaron bien al conjunto berciano, que con Menudo y Víctor Pastrana en los costados y la movilidad de los delanteros conseguía encerrar a los burgaleses en su campo.
En la delantera, Rayco y el enmascarado Juanto dejaban a la Ponferradina sin un ‘9’ clásico arriba, pero conseguían encontrar espacios en una defensa hiperpoblada. A pesar de la muralla que formaban los tres centrales, dos laterales y dos mediocentros que se apelotonaban en la frontal del área, los blanquiazules llegaban con cierta asiduidad y regularidad a los dominios de Toni Lechuga.
Juanto iniciaba las hostilidades con un disparo cruzado que se marchaba desviado por muy poco. El Burgos, encerrado y sin más recurso que el contragolpe, respondía con una cabalgada de Diego Suárez con salida en falso de Dinu incluida –idéntica a la del gol de Armental en el partido ante el Racing de Ferrol–, que tampoco pasaba a mayores.
Tras el tanteo inicial, Juanto volvía a la carga y protagonizaba la jugada que podía haber cambiado el partido. Y es que con un equipo pensado por y para sujetar el empate a cero e intentar pescar en algún contragolpe, el guión del choque hubiera sido bien diferente si Juanto, a la media hora, no se hubiera topado con el poste tras un buen centro de Menudo.
Nada nuevo bajo la lluvia de Burgos. Si bien con Munitis en el banquillo el conjunto berciano ha recuperado las bandas para la causa, el gol se tiene o no, y de momento, ni Juanto, ni Rayco, ni el ayer ausente Figueroa se han destapado como el ‘killer’ necesario para pensar en regresar a la división de plata.
Sin pólvora
Tras el descanso la Deportiva siguió intentando abrir la lata, pero conforme el cronómetro pasaba de aliado a enemigo, los de Munitis se diluyeron. Ni juego combinativo, ni balón parado. El conjunto berciano fue incapaz de tener la continuidad que sí tuvo durante la primera mitad y el arranque de la segunda y el Burgos, salvo el susto tras un exceso de confianza de Toni Lechuga ya en tiempo de descuento, amarró el empate sin sufrir.
¿La Deportiva? Fases de buen juego no camuflan el desastre que supone no haber sido capaz de marcar al equipo más goleado de la categoría. El parón invernal se aproxima, las jornadas pasan y la calidad que se presuponía a la plantilla sigue sin aparecer.