Boiro 0 - 1 Ponferradina: 'Las individualidades salen al rescate'

Un latigazo de Juanto Ortuño y otra gran actuación de Javi Olmedo dan el segundo triunfo consecutivo a una Ponferradina que vence, pero no convence

Alejandro Cardenal
18/09/2016
 Actualizado a 18/09/2019
| LA VOZ DE GALICIA
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La Deportiva venció por la mínima al Boiro (0-1) y consiguió su segunda victoria consecutiva demostrando que donde no llega el equipo, lo hacen las individualidades. El conjunto berciano sigue sin carburar. En tierras gallegas volvió a dejar una discreta imagen y se llevó los tres puntos gracias a un ‘zapatazo’ de Juanto Ortuño y a la inspiración de un Olmedo que sigue en estado de gracia.

Poco más se puede ‘rascar’ del encuentro de ayer en Barraña. Parecía que los blanquiazules –ayer completamente de verde– salían con las ideas mucho más claras y empezaban asediando la portería gallega, pero el espejismo duró lo que tardaron los locales en asomar por la portería de Olmedo. Volvían las dudas en defensa y la acumulación de efectivos en ataque no se traducía en ocasiones, mientras que el Boiro penalizaba cada pérdida de balón con un contragolpe que descubría las vergüenzas de los de Manolo Herrero.

¿Lo positivo? Hay mimbres para buen cesto. Esta vez fue Juanto el que marcó el tanto de la victoria saliendo desde el banquillo. Falta juego, no hay un sistema definido, ni un once tipo, pero la Deportiva se está refugiando en una plantilla que a cuentagotas, está demostrando que da para mucho más.

Otra vuelta de tuerca en el once


Manolo Herrero apostaba por una alineación que premiaba a los ‘héroes’ del primer triunfo del curso. Repetía Olmedo en la portería y aparecían Figueroa, autor del agónico gol que tumbaba al Coruxo; y Chavero, cuya calidad fue clave para romper el cerrojo gallego. También destacaba la presencia de Caiado. El portugués, que estaba llamado a ser uno de los pesos pesados este curso, debutaba como titular en Liga y lo hacía siendo el ‘agitador’ que necesitaba – y sigue necesitando–  el conjunto berciano.

Si los blanquiazules habían mostrado hasta la fecha un fútbol lento y previsible, la Ponferradina saltaba a Barraña mostrando el descaro ofensivo que se le exige a un equipo superdotado técnicamente. Buena culpa de la breve mejoría de la Deportiva la tuvo la dupla formada por Caiado y Raúl Fuster. El ataque de los bercianos se volcó por ese costado y generó peligro.

En su primer acercamiento, el portugués y el colegiado compartieron protagonismo. Fuster metía un balón a la espalda del lateral, Caiado le ganaba la carrera y era derribado cuando se disponía a encarar a Pato Guillén sin que el trencilla apreciara penalti. Poco después la víctima fue Héctor Figueroa. El ariete se libraba del marcaje de los centrales y sufría un agarrón en la frontal del área que tampoco veía el árbitro asturiano.


Viejos vicios


Con el paso de los minutos volvía la ‘vieja’ Deportiva. El dominio –casi un monólogo– no se traducía en ocasiones. En un centro del campo con Cidoncha, Andy y Chavero, solo el catalán daba algo de profundidad al juego berciano, que volvía a abusar de combinaciones planas sin más objetivo que mantener la posesión.

Más incisivo estuvo el Boiro, aprovechando –como han hecho todos sus rivales hasta la fecha– la fragilidad y lentitud en el repliegue de los de Manolo Herrero. Olmedo evitaba que los gallegos se adelantaran en el marcador despejando a córner un potente disparo de Marcos desde fuera del área, aunque era Rivera con un disparo que se escapaba a centímetros del palo el que metía el miedo en el cuerpo y cambiaba el guión del partido.

El paso por vestuarios rompió el duelo. El Boiro le perdió el respeto a la Deportiva y comenzó un intercambio de golpes en el que la suerte le sonreía a los bercianos.

En el primer balón que tocaba, Juanto soltaba un latigazo lejano que se colaba en la portería tras tocar en el larguero y en el guardameta. El tanto obligó a asumir más riesgos a los locales, que dispusieron de una clara ocasión para empatar, un mano a mano en el que Olmedo volvió a hacerse gigante para amarrar tres puntos que no camuflan las carencias de la Deportiva, pero sirven para no perder comba con la zona de ‘playoff’.
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