Bidasoa 26 - Ademar 30: 'Cadenas obra un nuevo milagro'

El Ademar se impone al Bidasoa en un partido muy trabajado y regresa a una final copera ante el Barcelona, la cuarta de su historia y once años después de haber jugado la última

R.F.
06/03/2021
 Actualizado a 07/03/2021
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Manuel Cadenas y el Ademar lo han vuelto a hacer. El conjunto leonés regresa a una final de la Copa del Rey, la cuarta en su historia, tras derrotar al Bidasoa en la primera de las semifinales disputadas este sábado en Madrid por 26-30.

No era precisamente la competición en la que los ademaristas se plantaban con grandes perspectivas. Llevan un tiempo sin estar muy acertados en la Liga y afrontaban la Copa en inferioridad respecto a su rivales, sobre todo física, ya que jugaron el domingo el Rusia, el martes en Macedonia y el viernes los cuartos de final, pero la ‘magia’ de Cadenas volvía a brillar con luz propia al ser capaz de inculcar a sus jugadores ese espíritu que le ha caracterizado en toda su carrera y que ha encontrado en ‘su’ León y ‘su’ Ademar el lugar idóneo para llevarlo a límites insospechados.

Pese a la salida de los vascos, los leoneses controlaron el partido excepto ante Sierra  Ademar y Bidasoa, dirigido por uno de los pupilos de Cadenas en León, Jacobo Cuétara, sabían que el partido que les enfrentaba
era ‘su final’ dada la superioridad mostrada desde hace muchos años por el FC Barcelona. Por este motivo nadie se guardaba nada desde el primer minuto y cada balón parecía definitivo. Fueron los irundarras los primeros que dieron un golpe sobre la mesa y se colocaban con un 3-1 con lo que parecía que se podía repetir lo que estaba sucediendo en esta segunda vuelta liguera al Ademar, que le cuesta entrar en los partidos y luego no es capaz de coger su ritmo. Sin embrago, no se iba a permitir que sucediera así. El encuentro de 24 horas antes y los dos viajes en Europa no iban a ser un espejismo y en un abrir y cerrar de ojos, desde la defensa y la portería, los leoneses con un parcial de 0-3 le daban la vuelta al marcador y empezaban a decirle a su rival que si quería imponerse iba a tener que jugar un mejor balonmano que ellos porque lo que era entrega sobre la cancha no iba a ser menor la ademarista.

El marcador empezaba a ponerse de cara a los de Cadenas (7-10), mejor asentados en la cancha y con una defensa que pocas veces habían mostrado esta temporada, pero que cada día que pasa es mejor. Así podían poner en práctica esa velocidad que comienza en los extremos pero que no desmerecen ni los defensores centrales.

En la segunda parte cuando se escapó el conjunto ademarista ya fue definitivo al ir agrandando la brecha Ni siquiera el tiempo muerto pedido por Jacobo Cuétara cambió la dinámica del encuentro, pero entonces surgió la figura de un hombre que ha tenido que sufrir en muchas ocasiones el Ademar, el portero Sierra, que pese a sus 42 años generó dudas en los lanzamientos de seis metros, ya fueran en jugadas bien realizadas o en contragolpes, y poco a poco el Bidasoa se apoyó en esa actuación para ir recuperando su desventaja que llegó a ser de cuatro goles (8-12) y recuperaban la igualdad (12-12) pese a un tiempo muerto de Cadenas en el que lo único que buscaba era tranquilizar a sus jugadores a la hora de lanzar, puesto que el resto lo estaban haciendo bien.

De esta forma se llegaba al descanso con una desventaja leonesa de un gol (14-13) que sonaba un poco a derrota tras el desarrollo de esos treinta minutos en los que habían sido mejores, pero Sierra ante lanzamientos claros les había condenado a ir por detrás.

Ahí salió a relucir ese carácter del equipo pese a la gran juventud de muchos de sus componentes. No se vinieron abajo. Sabían que debían continuar con su juego como habían hecho en la primera parte y en los primeros cinco minutos de la continuación ya volvían a estar por delante.

No se notó disputar el sexto partido en 11 días excepto por la lesión sufrida por Semedo en el tramo final  del choque Slavic, portero del cuadro leonés, se unía a la fiesta y a su notable primera parte añadía una sobresaliente segunda. Sierra impedía que la renta se hiciera más amplia que de uno o dos goles, sobre todo al parar un contraataque a Semedo y un balón en seis metros a Jaime de forma consecutiva.

Pero era la única barrera que le restaba por superar a los de Cadenas. En el momento que ajustaron el punto de mira la ventaja crecía de forma paulatina, dos, tres y cuatro goles (18-22) incluso con el cambio defensivo a 5-1 del Bidasoa.

El partido se iba poniendo muy de cara para ellos ya que aunque frenaban los vascos la sangría, lo máximo a lo que llegaban era a un intercambio de goles que permitían hacer pasar los minutos entre la renta leonesa de tres y cuatro tantos hasta el minuto 55 del partido. En ese momento Sergio de la Salud erraba una lanzamiento de siete metros ante la figura de Khalifa Ghedbane y en un visto y no visto la renta llegaba a los seis goles (22-28).

Esa jugada que dictaba sentencia en el choque no pudo ser de alegría para el conjunto leones, ya que en un lance fortuito él solo, Semedo se lesionaba y debía ser retirado con la ayuda de sus compañeros. Era el punto negro del día que tampoco desestabilizaba a un equipo lanzado y ante la presión a la desesperada del Bidasoa mantuvo la sangre fría, sobre todo Casqueiro con dos tantos, y la final estaba en el bolsillo.

Lo que queda ahora ya es un gran sueño para este domingo (19:15 horas) ante el FC Barcelona.
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