Hay maneras y maneras de perder. Y más en el día que debutas ante tu público en la temporada. Y es verdad que Ademar acabó cayendo como durante todo el partido parecía destinado, pero lo hizo con una imagen y dejando un poso muy diferente al que durante muchos tramos se preveía.
36-39 ganó en el Palacio el Granollers a un equipo ademarista que no fue ni una sola vez por delante en el marcador y llegó a estar en los primeros compases incluso nueve goles abajo (18-27), pero reaccionó hasta hacer creer a la hinchada que darle la vuelta al choque era posible.
Sin embargo, el Ademar acabó muriendo en la orilla. La reacción sólo le puso emoción a un partido que quién sabe si no hubiera finalizado con una de las remontadas más increíbles de los últimos años si, a dos minutos y medio del final, Gonzalo Pérez no hubiese fallado una contra que ponía a los leoneses a sólo dos goles.
Pero el leonés se toó con el poste y en la acción siguiente Pablo Urdangarín (cuyo padre Iñaki centró las miradas al presenciar el partido en la grada) completaba su extraordinario final de partido, con cuatro goles en los últimos 10 minutos cuando más sufría Granollers, y permitía que cuatro años y nueve partidos después el equipo vallesano volviera a derrotar a un Ademar que se habia convertido en su ‘bestia negra’.
A sus problemas en estático el Ademar sumó la falta de defensa y portería en una primera parte donde fue hasta 7 abajo
No lo parecía en la primera parte, donde la diferencia de nivel entre ambos era abismal. Cómo sería el tema que, yéndose los leoneses cuatro abajo (16-20), el resultado parecía muy bueno y hasta sorprendente para lo superior que habia sido un Granollers que tuvo una máxima de siete (11-18) y que, con un gran Reguart a los mandos, encontraba una y otra vez a sus extremos y pivotes para superar a una defensa ademarista desbordada y sin aportación de la portería.
Lejos de un cambio de guion, la salida de la segunda mitad parecía dar continuidad al guion de la primera. De hecho, en cuatro minutos Dani Gordo había tenido que pedir tiempo muerto, y en seis la diferencia se había disparado ya a ese 18-27 que acabaría siendo la máxima del encuentro.
Pero de repente todo cambió. La solución a los gigantescos problemas en estático del Ademar en ataque, que se repiten desde el año pasado y se habían mostrado con toda su crudeza ante la defensa del Granollers, llegó de una variante inesperada.
Con Wasiak de central y Miñambres de lateral llegó la mejor versión de un Ademar que nunca se rindió y antes del ecuador de la segunda mitad ya estaba a 5
Sentó a un Adrián que no aportaba nada en ataque un día más y un Rodrigo desacertado y haciendo la guerra por su cuenta, y colocó de central a Wasiak y de lateral izquierdo a Miñambres. Y ambos fueron, junto a Gonzalo y el siempre aguerrido Edu Fernández, los mejores de un Ademar donde además empezaba a tocar algún balón Saeid en una portería que hasta entonces no había dado nada, dificultaba Sergio Sánchez desde un 5-1 defensivo un ataque rival que se estaba sintiendo muy cómodo, y servía para encontrar tantos fáciles el contragol que descaradamente pasaban a buscar aunque supusiera arriesgar una pérdida.
Con ese panorama y la garra y mentalidad para no rendirse pese a estar tan cuesta arriba el choque, todo cambió. Brilló el polaco, cuya lectura de juego es uno de sus puntos fuertes y de hecho suele jugar siempre las superioridades, y aportó lanzamiento y movimiento a una primera línea donde Miñambres demostró que está para ser una pieza fundamental de un equipo que adolece precisamente de gol.
Con 35-38 a 2 y medio Ademar falló una contra y Urdangarín, que metió 4 goles en los 10 últimos minutos, sentenció
Y de repente, el Ademar estaba en el partido. Apretaba el Palacio, con pobre entrada de unos 2.000 espectadores para el rival que era pero con la Peña que se estrenaba haciéndose notar para bien y dando más animación, y los leoneses se ponían a cinco (25-30) antes de llegar al ecuador de la segunda mitad.
Era el primer amague de reacción, frustrada por una exclusión de Edu Fernández que aprovechó Granollers para frenarla. ¿El segundo? Era para ponerse a cuatro y con Alberto fallando un tiro solo en seis metros para colocarse antes a los tres a los que sí llegaba con el 29-32, cuando desde el suelo el pivote cogía un rechace y forzaba un penalti que convertía, como los seis que lanzó, un Gonzalo que acabó con 11 goles.
Quedaban 12 minutos. Tiempo de sobra para darle la vuelta a un partido donde ahora la dinámica positiva era la del Ademar. Pero nunca consiguió bajar de ahí la diferencia. Porque apareció Urdangarín, sufrieron los leoneses con 31-35 otra exclusión de Edu Fernández que le ganaba Granollers, y no aprovechaban sin embargo la superioridad que tenían con 32-37, haciendo que tras poner Wasiak el 35-38, en la ya contada contra de Gonzalo murieran las opciones leonesas de sacar algo positivo.