Ademar 28 - Valladolid 25: 'Lucin y Natan rematan lo que la defensa y Khalifa encarrilan'

El Ademar se lleva el derbi tras una tremenda primera parte que le hizo irse de 7 y sabiendo sufrir cuando Valladolid se puso a 1 al final

Jesús Coca Aguilera
12/12/2020
 Actualizado a 12/12/2020
Carrillo se dispone a batir a Calle en un contraataque. | SAÚL ARÉN
Carrillo se dispone a batir a Calle en un contraataque. | SAÚL ARÉN
Se agotan los calificativos para el Abanca Ademar. Puedes creer que ya lo has visto todo, que en algún momento la fatiga y las ausencias pasarán factura o que el nivel no se puede mantener. Es más, sería lo normal. Pero cuando se habla de un equipo de Manolo Cadenas, el techo siempre acaba estando un poco más arriba de lo que piensas.

Sin dos titulares como Jaime y Semedo, con otro muy ‘tocado’ como Marchán, sin un relevo para ellos como Casqueiro y sobre todo con seis partidos en los últimos once días a las espaldas de un equipo en el que las rotaciones son por obligación prácticamente inexistentes. El panorama no podía ser más negro. Pero la reacción ante él tampoco pudo ser más brillante.

Con Khalifa estelar, Donlin y Kisselev liderando el 6-0 y múltiples contras, Ademar se fue 6 arriba al descanso En un Palacio con más ambiente que nunca, tanto en número (más de 1.000 de forma oficial pero con mucha más gente en la segunda parte coincidiendo con el final de la Cultural) y en aliento, pues levantó al equipo en los momentos más difíciles, en los que el choque se apretó y el tanque de gasolina parecía estar ya al límite. Con un Khalifa sensacional, convirtiendo en costumbre que su actuación sea un escándalo. Ayudados por una defensa inimaginable hace apenas un mes, capaz de marcar diferencias y en la que Donlin se ha vuelto un coloso y Kisselev ha aprovechado los minutos que le daba la ausencia de Semedo para convertirse en su perfecto escudero. Con un Gonzalo del que ya ni destacas que se salga, porque lo hace en cada partido. Con Pedro rindiendo aunque le pongas de extremo, donde actuó la mitad del encuentro uniendo cinco goles a su habitual impagable labor defensiva. Y con unos Lucin y Natan de sangre ya no fría, sino helada, para asumir responsabilidades y con acierto en los momentos decisivos independientemente de los fallos que hubieran tenido antes.

Con esos ingredientes se cocinó un nuevo triunfo del Abanca Ademar, uno de esos que siempre sabe especialmente bien por tener enfrente al equipo con el que existe una mayor rivalidad. 28-25 se impusieron los leoneses al Atlético Valladolid en un derbi con tres capítulos muy diferentes: uno de exhibición ademarista para coger una importante renta de hasta siete goles, otro de reacción pucelana para volver a meterse de lleno en el partido y el último, el del emocionante desenlace tras entrar 24-23 a los últimos cinco minutos, de locura y acierto en lanzamientos lejanos de los leoneses, y postrera aparición de Slavic para sentenciar con tres paradas en el minuto y medio que jugó.

Un final de infarto que, al descanso, podía parecer lejano... salvo que supieras cómo llegaba físicamente el Ademar a la cita. De seis (18-12) se fueron a vestuarios los leoneses en un primer acto en el que la jugada final, con Cadenas pidiendo tiempo muerto tras un gol a falta de dos segundos y Kisselev marcando casi desde el centro del campo, era el fiel resumen de lo que había pasado: que a los ademaristas les salía prácticamente todo.

En 10 minutos, el Valladolid sólo había metido un gol y la diferencia ya era de cuatro (5-1). Khalifa lucía paradas de todos los colores, la defensa cubría cada hueco y hacía que prácticamente todos los lanzamientos fueran forzados y, como consecuencia de ello, los contraataques eran una constante.

Nueve minutos sin anotar de los leoneses propiciaron un 0-5 que devolvía de lleno al encuentro al Valladolid Y como además en ataque Natan dirigía bien salvo un par de pérdidas cerca del final, Feuchtmann asumía responsabilidades pese a sufrir pronto dos exclusiones, los penaltis volvían a entrar e incluso Piechowski era de nuevo importante forzando un par de penaltis, la distancia crecía hasta los seis (14-8), con la grada vibrando y jugadas espectaculares como una ‘palomita’ de Pedro para detener un tiro lejano a portería o el citado tanto de Kisselev desde su casa.

Pero aún quedaba mucho que sufrir. Porque aunque parecía empezar de la mejor forma la segunda parte, con Khalifa parando, una exclusión en los pucelanos y la que sería máxima ventaja del choque (19-12) llegando, ahí llegó el temido apagón. Cuando el fuelle falla se nota también en las ideas y las del Ademar desaparecieron en su ofensiva, en la que además se topaban con un los minutos de acierto de César Pérez.

Casi nueve minutos estuvo sin anotar el Ademar, recibiendo un parcial de 0-5 que colocaba al Valladolid a dos y hacía un partido prácticamente nuevo y con un protagonista inesperado. Que Diego Camino brille en la dirección y sea el central ideal para un pivote, no es nuevo. Que Ugarte lo aproveche, tampoco. Pero quien hizo daño a los leoneses no fue su ex, sino un Álvaro Martínez que llevaba cinco goles en toda la liga y ayer hizo siete, siendo por momentos incapaz de frenarle la defensa.

Con 24-23 a 5 minutos para el final, Lucin se inventó dos goles y Natan otros dos, y con un 4-1 el Ademar sentenció Fueron instantes de toma y daca. De pérdidas, errores y nervios. De más ‘paradones’ de Khalifa para que nunca llegara a empatar el Valladolid, que se puso a uno con el 21-20 y con el 24-23, resultado con el que tuvieron por primera vez bola para poner las tablas y con el que se entró en la hora de la verdad.

Era la hora de los valientes. De los cracks. Y aparecieron Lucin y Natan. Primero fue el croata quien se fabricó y metió dos goles, que al estar intercalados por una parada del meta argelino, ponían el 27-24. Y después llegó la hora del catalán. Con 27-25 y tras ataque pucelano para ponerse a uno, cuando se esperaba un ataque lento y se estaban haciendo los cambios ataque defensa, sorprendía a todos y anotaba. Y en el ataque siguiente, tras salir Slavic a un penalti y pararlo, capturaba un rechace y ponía el 28-24 que dejaba vista para sentencia la quinta victoria consecutiva de los leoneses en el Palacio.
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