Abanca 27 - Bidasoa 33: 'Al Ademar se le hace largo el estreno'

El conjunto leonés, que estuvo cinco arriba y entró con empate a los 12 últimos minutos, paga su falta de rotaciones llegando fundido a un final en el que fue vapuleado por Bidasoa

Jesús Coca Aguilera
06/09/2019
 Actualizado a 19/09/2019
David Fernández se cuela entre los defensores del Bidasoa para realizar un lanzamiento. | SAÚL ARÉN
David Fernández se cuela entre los defensores del Bidasoa para realizar un lanzamiento. | SAÚL ARÉN
Quedan 12 minutos para el final y el debut del Abanca Ademar parece destinado a un final de infarto. Tras llegar a ir cinco arriba gracias a un inicio fulgurante, sobrevivir al primer estirón del Bidasoa volviéndose a poner por delante, y tirar de garra y soluciones de urgencia para compensar la evidente diferencia actual entre los dos equipos, los de Manolo Cadenas llegan con empate a 23 a ese tramo final.

Pero ahí, en la orilla, murieron las esperanzas del conjunto leonés, al que se le hizo demasiado largo el partido. Dicen que ‘a perro flaco todo son pulgas’ y el Ademar, con una primera línea ya de por sí bajo mínimos, con fichajes por llegar y Acacio y Vieyra en el dique seco, veía cómo en los últimos compases de la primera mitad un Mosic que estaba rindiendo a gran nivel se lesionaba y no podía volver a salir.

Así, sin cambios ni rotaciones, los de Cadenas llegaban fundidos a ese final en el que el Bidasoa se convertía en un auténtico vendaval. El ataque desapareció, con ocho larguísimos minutos sin marcar y continuas pérdidas y errores en el lanzamiento. Y en defensa, cuando a las penetraciones de Odriozola y los ‘zambombazos’ de Rodrigo Salinas se les unió una retahíla de goles recibidos a la contra, la esperanza se perdió.

La lesión de Mosic pesó mucho en un Ademar ya de por sí sin apenas rotaciones en la primera línea Hasta el 24-25, dos goles habían sido la máxima ventaja del Bidasoa, que únicamente la había cogido dos veces. Pero a partir de ahí llegó un tremendo parcial de 0-6 que decantaba la victoria visitante, llevando la diferencia hasta unos engañosos siete y dejando a Cadenas sin puntuar en su vuelta a León con el definitivo 27-33.

Un golpe duro pero quizás esperado, pues es lo normal cuando juntas a un equipo en construcción y lleno de ausencias con otro que juega de memoriay viene de ser el mejor de los mortales. Un traspiés que entraba dentro de la lógica, pese a que el espejismo del inicio soñado de encuentro pudiera llevar a equívocos.

Porque, de salida, el Ademar había sido un ciclón. Slavic mantenía porcentajes altos, la defensa no dejaba resquicios ni tiros fáciles, y en ataque iban a gol por minuto, con los extremos muy efectivos, Mosic martilleando desde lejos y un David sensacional, aunque con el paso de los minutos se diluyó hasta acabar encadenando errores. Sin embargo, a partir del 10-5, el panorama poco a poco cambió.

Cuando la salida de un Barthe estratosférico en defensa y un Ledó acertado en portería dio otro aire al gran arma irundarra, la defensa, el choque se fue nivelando, hasta el punto de llegar sólo con una mínima venta local (15-14) al tiempo de descanso.

Un parcial de 0-6 a base de contraataques rompió el partido en favor de Bidasoa en los minutos finales¿La segunda mitad? Comenzó con un intercambio de parciales, primero de 0-3 de Bidasoa para ponerse por primera vez por delante y obligar a Cadenas a pedir tiempo muerto a los cuatro minutos; y después del Ademar, tirando de Carou en ataque para solucionar el atasco y endosar a los visitantes un 4-0 y recuperar el mando del choque.

A partir de ahí, comenzó un tira y afloja en el que nadie parecía irse. Los inventos de Cadenas, de todo tipo,mantenían en partido a un Ademar al que sólo sostenía Feutchmann en ataque.

Optar por un 5-1 en defensa con Juanjo o Jaime de avanzado, sacar a toda velocidad de centro hasta después de encajar gol para impedir los cambios ataque-defensa del Bidasoa, cambiar la portería para ver si salía enchufado Patotsky o incluso atacar con siete jugadores.

Casi todo lo probó el equipo leonés, pero no le sirvió. Hoy por hoy, Bidasoa aún es demasiado rival. Toca quedarse con las buenas sensaciones y el enorme margen de crecimiento. Esto aún acaba de empezar.
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