Foto Turrado Crónica (nueva)

Demasiado reconocimiento

26/05/2023
 Actualizado a 26/05/2023
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Quizás a la montaña leonesa lo que le sobran son reconocimientos y lo que le hace falta son políticas realmente eficaces que mejoren la calidad de vida de las personas que habitan en ella. Tiene el reconocimiento de Reserva de la Biosfera en una amplia superficie, no falta el reconocimiento de Parque Nacional o Parque Natural en determinados territorios como Picos de Europa o Babia y Luna, entra de lleno en la Red Natura, y abundan los espacios protegidos para preservar los ecosistemas. Ahora la FAO las ha reconocido como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial, y esta semana ha entregado el diploma acreditativo al presidente de la Diputación, Eduardo Morán. Con estas distinciones, podríamos decir que «somos la leche», pero bueno, leche precisamente es lo que ya no hay en la montaña leonesa consecuencia de las políticas de desmantelamiento del sector primario, por lo que verdaderamente somos un lugar singular en el mundo, un lugar de los pocos de ganadería de montaña donde no se produce leche. También podemos presumir de ser la zona más despoblada y envejecida, posiblemente de todo el territorio de la Unión Europea, y presumir, o avergonzarse, de los escasísimos centros industriales de transformación de alimentos. Esos montes premiados arden un año sí y otro también, y la única respuesta de la administración es echar la culpa a unos ganaderos egoístas que, en opinión de quienes nos gobiernan, los queman para regenerar el pasto. Se pinta como un lugar idílico para el ganadero imbricado en el territorio, pero es un lugar donde se persigue al ganadero con legislación absurda, se le hace la vida imposible porque su actividad molesta, se le aburre por falta de respuesta a los problemas de la fauna salvaje, se le niega el derecho preferente a los pastos, se le niega el agua para sus prados, se le señala cuando saca el abono de las cuadras, se le sanciona cuando sus perros andan sueltos por el campo guardando el rebaño, y se le envidia si alguna vez en la vida le va un poco bien. Menos premios y más realidades.
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