De Omaña hasta las estrellas

El astronauta seleccionado por la Agencia Espacial Europea (ESA), Pablo Álvarez Fernández, recogió este viernes en Riello el título de Hijo Adoptivo, pues a este municipio omañés están ligadas sus raíces familiares y los veranos de su infancia. Un reconocimiento que se aprobada en pleno por unanimidad el pasado mes de diciembre al ser descendiente de la localidad de Garueña, donde reside su padre.

Inicialmente, Pablo Álvarez visitó el Colegio Rural Agrupado de Riello, y después firmó en el libro de honor del Ayuntamiento. Sin embargo el acto se desarrolló, por una cuestión de aforo ante la masiva afluencia de público, en la iglesia parroquial. Un acto al que además de familia y vecinos, acudieron autoridades militares, diputados provinciales, alcaldes de la zona, concejales, presidentes de juntas vecinales, el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, y la delegada de la Junta de Castilla y León en León, Ester Muñoz.

Durante la presentación del acto se destacó que este renacimiento no solo se le ha concedido por sus logros profesionales, que son muchos, sino también por formar de la tierra, y compartir ese sentimiento de arraigo y compartir ese sentimiento de ser omañés. Asimismo, se hizo un breve un recorrido por su trayectoria que comenzó en León y continuó en
Polonia, Francia y Reino Unido, con una "mochila cargada de sueños e ilusiones".

El alcalde de Riello, Manuel Rodríguez, señaló que "es un día grande para este municipio, quedará grabado para siempre en el corazón de todos los omañeses este acto solemne en el que reconocemos la grandeza de uno de nuestros paisanos nombrándole hijo adoptivo, es el máximo honor que puede concederse a una persona por su valía". Asimismo recalcó que "nadie ha dado tanto prestigio a esta tierra como tú, Pablo, has demostrado al mundo entero que con dedicación y trabajo sereno se pueden alcanzar las más altas cotas".El regidor se dirigió al homenajeado para decirle "tienes ante ti un gran reto y una carrera llena de sacrificios y obstáculos, pero estoy seguir sabrás afrontarla, te deseo lo mejor, pues tus éxitos serán los de toda la humanidad".

Pablo Álvarez comenzó su intervención recordando sus raíces, "este reconocimiento significa mucho para mí porque representa la oportunidad de dar algo a cambio a una comarca que me ha dado tanto. Yo soy omañés por los cuatros costados, mis abuelas de Senra y de Guisatecha, mis abuelos y mis padres de Sabugo y de la Peña, y desde mi infancia he crecido aquí donde he pasado los veranos y muchísimos fines de semana, y donde he disfrutado de sus cielos despejados sin contaminación lumínica donde, sin duda, di el primer pasito en esas noches de verano para acabar donde estoy hoy". Recordó los valores de los omañeses, sintiéndose "orgulloso" de una comunidad que trabaja y es solidaria. "Como hijo adoptivo me gustaría trabajar para, en lo que humildemente pueda, mejorar la vida de las personas aquí, preservar la belleza natural que tenemos, nuestra cultura, y promover el desarrollo sostenible y fomentar el desarrollo local, y permitir que generaciones futuras puedan disfrutar de esta tierra".

La delegada de la Junta de Castilla y León cerró el acto reconociendo el trabajo no solo de Pablo Álvarez, sino también de su familia "es importante que en un acto de esta naturaleza no solo reconozcamos y agradezcamos tu éxito, sino también el de tu familia, detrás de historias como la tuya hay una gran familia". Un trabajo que, según recordó, está lleno de éxitos pero que también habrá tenido momentos de fracaso, de frustración y de dudas, "no estarías aquí sin ninguno de esos momentos, los éxitos se construyen con cada uno de los fracasos que hemos tenido y nos hemos levantado una y hasta mil y una vez, muchas veces cuando celebramos, nos plantean historia de éxito sin saber lo que hay detrás".