De León a las puertas de un Mundial

Maryame Atiq llegó a Veguellina con 5 años, se formó en el equipo de esa localidad que considera "mi casa" y ahora acaba de debutar con la selección absoluta de Marruecos

Jesús Coca Aguilera
29/11/2022
 Actualizado a 29/11/2022
Ame da un pase durante la concentración con la selección de Marruecos. | FRMF
Ame da un pase durante la concentración con la selección de Marruecos. | FRMF
Maryame Atiq Ez-zity, ‘Ame’, nació en Marruecos, pero desde los cinco años ha vivido en León, en Veguellina de Órbigo, donde desde muy pronto la pasión por el fútbol que palpaba en casa, pues su padre es muy futbolero, hizo que ella también practicara ese deporte.

Así comenzó un camino de innovación en sus inicios, pues hace casi dos décadas el fútbol femenino no tenía tanto peso como ahora y de hecho fue la primera chica que jugó en el Veguellina, de progresión en su término medio, con el salto al Trobajo, la Ponferradina o el Parquesol, y de explosión en el último año, con la primera temporada en la que se dedica exclusivamente a este deporte y y la llamada de la selección absoluta de Marruecos.

Y es que a sus 24 años acaba de debutar en un amistoso frente a Irlanda con el combinado africano, que está clasificado por primera vez en su historia para la fase final de un Mundial, el que se celebrará en 2023 en Nueva Zelanda, por lo que hacerse un hueco en su estructura podría tener un premio ‘gordo’ en un horizonte muy cercano.

Se formó en el Veguellina y ha jugado en la Ponferradina, el Trobajo, el Parquesol, el San Pío y ahora el Unión Viera De León a las puertas de un Mundial transcurre el camino de Ame. Un trayecto que comenzó a andarse en 2003, cuando con cinco años llega a Veguellina. «Yo nazco en Marruecos, pero vine muy pronto y llevo viviendo siempre en León. Veguellina es mi casa, la considero así, a Marruecos voy también para ver a mi familia y por estudios me fui a Valladolid y ahora por trabajo, por el fútbol, a Gran Canaria, pero tengo claro cuál es mi hogar», señala la jugadora.

Allí, en el Veguellina CF, fue donde comenzó a jugar muy joven, con apenas siete años de edad y siendo en aquel momento una pionera: «Comencé a jugar en chupetines en el Colegio Martín Monreal y en su día fui la primera chica en apuntarme al club, en ese momento eran todo chicos, pero mis recuerdos son todos buenos, siempre fui una más, nunca hubo ni un solo problema por ser mujer y le tengo un cariño enorme a esa etapa. En el Veguellina me formé, me divertí muchísimo porque jugué con la gente de mi clase, fue la etapa ideal del fútbol base que podía tener», recuerda la jugadora, que tras casi siete años tuvo que dejarlo porque «al llegar a cadetes no podía seguir jugando con los chicos y no éramos suficientes para hacer equipo femenino».

Por eso tuvo que irse a la capital, al Trobajo, con quien jugó «gracias al esfuerzo de mi madre, que con 14 años me andaba llevando y trayendo todos los días para entrenar», y con quien ascendió a Nacional, en lo que acabó siendo un perjuicio pues «no podía jugar ahí por la edad, ya que tenías que tener 15 cumplidos».

De ahí se fue a la Ponferradina, donde jugó dos temporadas, antes de irse a Valladolid por estudios, para estudiar Administración y Finanzas, jugando mientras ello durante cuatro años en el San Pío X, antes de que la campaña pasada, ya compaginándolo con un trabajo tras haber terminado sus estadios, firmara por el Parquesol.

Es central, fue la primera chica en el Veguellina al empezar a jugar y estudió Administración y Finanzas Pero en una trayectoria que prácticamente siempre ha ido dando pasos hacia adelante, esta temporada ha habido un gran salto. Primero, porque por primera vez su dedicación principal pasó a ser el fútbol, al firmar por el Unión Viera canario, recién ascendido a Segunda Federación (que equivale a la tercera categoría del fútbol femenino español, no a la cuarta como en chicos).

«Buscaba dedicarme exclusivamente al fútbol, por un tema físico y psicológico. Para mejorar lo necesitaba y se ha demostrado, influye decisivamente en el rendimiento y está teniendo recompensa», reconoce Ame, que juega como central («me adapto a todo, pero si tuviera que destacar algo quizá sería el juego aéreo, la agresividad y la velocidad para ir al corte»), y que ya ha recibido ofertas de clubes de superior categoría para la próxima temporada.

«Me pilló de sopetón, no esperaba debutar y fue emocionante. Llegar es el primer paso y un logro» Propuestas para pensar seguir creciendo y realidades tangibles como la de la llamada de la selección absoluta de Marruecos, que apenas cuatro meses después de clasificarse por primera vez en su historia para un Mundial, la ha incluido en sus planes.

«Me citaron un viernes para irme un domingo ya a concentrarme a Marbella. La verdad es que me pilló de sopetón, que te llame una selección absoluta no es algo que pase todos los días y yendo 23 jugadoras, que muchas se quedaron sin jugar, no me esperaba debutar, peroal ir pasando los entrenamientos vi que tenía opciones reales y al final en el primer amistoso salí en el minuto 75 y en el segundo como titular. Fue muy emocionante», cuenta esta leonesa de adopción, que en el horizonte tiene «otras dos concentraciones, una en febrero en Malta y otra en abril» pensando en el Mundial, donde están ubicadas en el grupo de Alemania, Costa Rica y Corea, y donde «decir de estar es ir demasiado lejos, pero estando en las concentraciones opciones hay. Llegar hasta ahí es un logro, el primer paso está dado y ahora voy a trabajar y dar todo para estar en esa cita con las mejores del mundo».

«Empecé por mi padre que le encanta el fútbol. Destaco en el juego aéreo, la agresividad y la velocidad para ir al corte» Un gran éxito que celebra y no sólo por ella: «Me hace doble ilusión, por mí y por mi padre, que le encanta el fútbol, sigue mucho el de Marruecos y al final yo empiezo a jugar por él. Aquí en España todo lo relacionado con el fútbol femenino está más avanzado, pero es que mis padres siendo marroquíes siempre melo han facilitado absolutamente todo, nunca me han puesto impedimentos por nada, ni por temas de estudios ni por el deporte, y verle emocionado por ir a la selección y cómo se celebró en mi casa, donde tantos sacrificios han hecho por mí, me supuso una alegría especial».

No será la última. Al ritmo que lleva, le quedan muchas primeras veces en el fútbol. Llegar a la máxima categoría, jugar un Mundial... ¿Dónde está el techo? Nadie lo sabe. Y además, ¿por qué ponérselo?
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