De la Arcadia de Amancio a la denuncia de Castorina

El universo bucólico de Amancio González y Cosme Paredes contrasta con el impacto visual y la crítica de Sebastián Román y Castorina, mientras que Diego Segura nos invita a descubrir los paisajes interiores

Joaquín Revuelta
09/08/2016
 Actualizado a 11/09/2019
‘Celo’, la obra de Cosme Paredes ubicada en la ‘Arcadia’ de Valporquero. | ILC
‘Celo’, la obra de Cosme Paredes ubicada en la ‘Arcadia’ de Valporquero. | ILC
El arte de la construcción del paisaje o ‘land art’ también está presente en una exposición que apuesta precisamente por la reinterpretación del arte en la naturaleza. Este es el caso de la reciente pieza de Cristina Ibáñez, ‘Efímeros II’, en la que la artista representa una de las pinturas esquemáticas de un yacimiento cercano a Vega de Espinareda que se asocia a una figura humana en forma de ‘fi’. "En su reinterpretación de las culturas postneolíticas la artista va a utilizar plantas florales características de la zona de Valporquero con el fin de rendir homenaje al hombre primitivo de Vega de Espinareda", señala Luis García, para quien desde la contemporaneidad observamos y reinterpretamos el arte en la naturaleza, que a su juicio es uno de los temas primordiales de la muestra ‘Valporquero, espacio de arte’ que va a poder ser visitada hasta el próximo mes de noviembre.

Cuando atraviesas el túnel es como si rompieras con la realidad y entraras en un nuevo espacioDentro de la vertiente de las reinterpretaciones artísticas se ha creado una escenografía que el visitante puede encontrar antes de llegar a la boca de la Cueva, en un paraje idílico "donde el hombre se encuentra en sintonía con el elemento natural", en palabras del comisario de la muestra. "Cuando atraviesas el túnel es como si rompieras con la realidad existente y entrases en otro espacio rodeado de bosques y de naturaleza. Ahí lo que hemos tratado de generar, por medio de dos esculturas de Amancio González, ‘Pastores’ y ‘Consolidación de la primavera’, que son piezas figurativas construidas con unidades modulares de acero que tienen que ver con el mundo clásico, y de dos machos cabríos en celo creados por Cosme Paredes, es un paisaje inspirado en el renacimiento bucólico, en un marco idílico de la naturaleza donde el hombre, por así decirlo, se encuentra feliz y en plena sintonía con el entorno natural. Hemos vuelto al renacimiento, al mundo clásico, al mundo poético para reflexionar desde los artistas contemporáneos leoneses y generar ese diálogo con la naturaleza", destaca García.

Por otro lado, aparece otra pieza muy interesante de ‘land art’ de IsabelAlonso en la que a través de troncos y piedras se ha generado un gran ojo, "el ojo de la naturaleza que mira hacia la luz, hacia el conocimiento, ahondando en la idea de que la naturaleza es sabia. Pero ella mira y también nos mira a nosotros, quizás con ese ojo temeroso de qué es lo que vamos a hacer con ella", sostiene el comisario de la exposición, que en este sentido hace alusión a una pieza bastante dura y crítica de Sebastián Román que en medio de la Arcadia a la que antes se ha aludido es capaz de generar un impacto urbanístico salvaje de rascacielos creados mediante teclados de ordenador y a través de los que introduce una crítica sobre la utilización desorbitada de los medios naturales. "Ahí se produce una crítica profunda a la sociedad actual en el sentido de que no cuidamos la naturaleza, de que despilfarramos los medios de que disponemos y de que hemos impactado de una manera salvaje en medio de la naturaleza a través de grandes urbanizaciones". 

Castorina está poniendo sobre la mesa una de las problemáticas con más impacto socialSin abandonar ese espíritu crítico, Luis García pone especial énfasis en la contribución de una de las artistas más veteranas de la exposición, la escultora astorgana Castorina de Diego, que incorpora a la muestra una pieza de muy reciente creación que tiene un título especialmente elocuente, ‘La piedra naufragada’. "Este título hace referencia de forma simbólica a todos los exiliados de Siria y de otros países del norte y del centro de África que emigran y que pierden la vida en ese tránsito a un futuro incierto. Una artista ya veterana está poniendo sobre la mesa una de las problemáticas actuales con mayor impacto social y lo hace desde la intensidad, la fuerza y la sinceridad y con la mujer como punto de reflexión y elemento constante de recuperación de la sociedad. En la obra de Castorina conviven esas dos ideas, la de la crítica profunda a esa no mirada de Europa hacia esas mujeres pero también cómo esas mujeres luchan hasta lo más profundo de su ser para intentar salvar a esas nuevas generaciones que son sus hijos. Una pieza pues que considero muy importante".

Diego Segura nos hace descubrir esos paisajes interiores que aparecen en el bosque aledaño a la CuevaEl comisario de la muestra ‘Valporquero, espacio de arte’ nos introduce seguidamente en una serie de obras que reflejan el panorama o la situación actual del mundo del arte. Es el caso de la propuesta de Roberto Díez en ‘Constelación’, "obras que tienen que ver con estructuraciones geométricas, que tienen que ver con articulaciones modulares que nos hablan o reflexionan en torno a la cuestión del espacio y que son, por así decirlo, obras vinculadas al territorio del postminimalismo", señala García, que también menciona la instalación que David del Bosque tiene en una de las fuentes que hay enfrente de la taquilla. "Precisamente trabaja la unidad de tipo modular, de tipo industrial, el elemento de cantería que se utiliza para rematar las mesas y los muebles para generar una articulación de elementos que se mueven y que se integran en el espacio. En esta misma línea tenemos una intervención mínima, muy sutil y delicada, de Diego Segura, un artista que reside en Genicera y que es uno de los máximos representantes de lo que supondría el intento de recuperar las poblaciones residuales de la montaña leonesa desde la perspectiva de la comuna con Taller 7. Siempre ha estado muy preocupado por el tema ambiental, por el tema de la ecología, y en este caso plantea una intervención mínima que titula ‘Señales’ y en la que introduce una tela de color rojo sobre los árboles y que simplemente nos hace descubrir esos paisajes interiores que aparecen en el bosque aledaño a la Cueva de Valporquero. Es una manera de redescubrir esa riqueza de la naturaleza desde una visión sosegada, tranquila y serena, que es precisamente la que propone Diego Segura con su leve intervención", concluye García.
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