¿Y en qué parajes del Bierzo rodó As Bestas? Esta película que ha sido definida a veces como "un western en la España Vacía" llevó al equipo de Sorogoyen hasta Quintela de Barjas, un pueblo en el que solo vivía desde hace más de dos décadas un vecino, Sergio Cela García, ganadero de 66 años, de quien escribe Luis Martínez: "En Quintela vive Sergio y nadie más. Hace 25 años que no conoce otro vecino en Quintela que no sea él mismo. Él y sus 28 vacas, que tiempo atrás fueron 90. Él y su huerto que le da de todo".
Él y su soledad que se rompió, por suerte, cuando la productora de la película encontró Quintela de Barjas, su pueblo. Cuenta Sorogoyen que "María se pasó buena parte de la pandemia recorriendo montes, buscando pueblos perdidos, pensaba en Galicia por el tema de la película... hasta que un día llegó por una carretera mal asfaltada, casi mejor llamarle camino, hasta Quintela, a media hora de Villafranca, en el Bierzo". Y para solucionar la situación geográfica bromea con algo que tantas veces se cuenta: "¿No dice que el Bierzo es la quinta provincia gallega?".

Un impacto entre la vida urbana y la rural que así definía la TVE: "Vives de memoria hasta que un día te encuentras compartiendo camino con ellos y no vienen solos. Son como unos 80 llegados a esta aldea en la que fijo, durante el año, solo hay un habitante rodeado de no más de 10 casas en pie. Naturaleza imprevisible, un guion escrito en tres lenguas y un tiempo del que no te puedes fiar. Ya intuía que iba a ser un rodaje muy duro y difícil y sabía que necesitábamos unos medios y una infraestructura muy determinada que yo creía que no podríamos conseguir en ese momento".
Y en este rincón del Bierzo se grita acción para darle vida a una historia cuya sinopsis oficial dice que "Antoine y Olga son una pareja francesa que se instaló hace tiempo en una aldea del interior de Galicia. Allí llevan una vida tranquila, aunque su convivencia con los lugareños no es tan idílica como desearían. Un conflicto con sus vecinos, los hermanos Anta, hará que la tensión crezca en la aldea hasta alcanzar un punto de no retorno".
En definitiva, "la voluntad de una familia francesa que puede cambiar el destino de un pueblo gallego, ese que sienten como suyo dos hermanos".
Y ese pueblo ‘gallego’ es Quintela de Barjas, en el Bierzo.