De cómo aún es posible sorprender con un árbol o un belén

GALERÍA DE IMÁGENES | El belén y el árbol de Navidad de Villoria de Órbigo es realmente espectacular pero lo más singular es la historia que esconde detrás, las decenas de mujeres que durante todo el año hacen ganchillo a mayor gloria del pueblo

Fulgencio Fernández
15/12/2019
 Actualizado a 15/12/2019
Parte de las responsables de la creación del belén de ganchillo que reproduce numerosas escenas y edificios de Villoria de Órbigo. | REPORTAJE FOTOGRÁFICO MAURICIO PEÑA
Parte de las responsables de la creación del belén de ganchillo que reproduce numerosas escenas y edificios de Villoria de Órbigo. | REPORTAJE FOTOGRÁFICO MAURICIO PEÑA
Son la bomba estas mujeres de Villoria, se lo digo yo. Y sabiendo esto se entiende que hayan logrado hacer algo diferente en un campo que parece ya trillado en todas las direcciones, las escenas de Navidad.

Han hecho un árbol de Navidad, pero es otra cosa. Han hecho un Belén, pero nada tiene que ver con lo que han visto en otras partes.

¿La diferencia? Pues Ana María, Ana, Sabi, Almudena, Candi, Elvira, Aurori, Paqui, Tere, Nuni, Chelo, Celi, Teresa, Petra, Nieves, Simona, Mariví... y podría seguir pero llenaría todo el artículo. «Ya somos más de cien en la Asociación de Mujeres Villa Áurea; desde que hemos empezado con esto son muchas las que se suman, algunas dicen que no saben hacer ganchillo pero que quieren hacer algo»,explica Almudena, una de las artesanas.

Y lo del ganchillo se debe a que lo que han realizado está hecho todo a ganchillo, «que es algo que siempre se había hecho en el pueblo, por eso lo elegimos».Y se nota la pericia pues las escenas que han conseguido son realmente sorprendentes, desde las banderas de los edificios, a las fuentes, los huertos, las iglesias... «los que más se parecen son los tres curas, la gente nada más que los ve los reconoce».

Y como remate, presidiendo la plaza, el impresionante árbol de Navidad, de ganchillo por supuesto, cuadro a cuadro, de catorce metros de altura. No hablan de una manera especial de él porque, con buen criterio, no quieren que este enorme trabajo quede reducido a una cifra o un titular: «Un árbol de Navidad de 15 metros en Villoria». No es eso, es mucho más.

Es un año entero —«nada desmontar lo de este año empezamos a preparar para el año que viene», explican— de reuniones en la sede de la Asociación o en sus casas. «Son muchos días de invierno haciendo ganchillo, tampoco hay mucho más que hacer y oscurece pronto», bromean, quitando importancia a un trabajo inmenso. Algunas viven incluso lejos de León, en Zaragoza por ejemplo, y se llevan los deberes. Y así fue creciendo aquella idea que nació en 2017, sólo como árbol de Navidad, «y ahora no se puede saber en qué va a parar todo esto pues está viniendo a verlo muchísima gente» que repiten las mismas frases, «no le falta detalle» y, sobre todo, «no hemos visto nada igual».

- ¿He visto un cepillo, como el cura en misa?
- Pues hay dos y también vendemos algunas piezas de recuerdo. Es la voluntad, pero claro tenemos unos gastos, en lana y todas esas cosas que tenemos que recaudar, que nosotras lo hacemos todo por amor al arte, ni cobramos ni queremos, lo que nos gusta es que se hable de Villoria, que vengan, que así saben que hay un convento, el puente, el monasterio...
- Y unas paisanas muy enrolladas.
- Lo que tú digas.
Y siguen hablando y preparando, dispuestas a que siga creciendo esta idea singular y diferente.
- ¿Cuántas horas de trabajo llevará todo el montaje?
- Uf, imposible, habría que sumar lo que hacemos una por una.
- ¿Y metros cuadrados de ganchillo?
- Pues a razón de las horas... cuando sepas las horas hacemos el cálculo de los metros.

Son la bomba. No extraña que Dani Álvarez, director que fue de La Crónica, bromee: «Desde los romanos hasta hoy para darnos a conocer y resulta que vamos a ser el pueblo del Belén y el Árbol de Navidad de ganchillo.
Lo más leído