El Supremo rechaza que la Junta tenga que indemnizar a los hosteleros por las restricciones de la pandemia

La sentencia señala que las medidas fueron "necesarias, adecuadas y proporcionadas" a la gravedad de la situación sanitaria

E.P.
24/02/2024
 Actualizado a 24/02/2024
Terrazas en León capital durante la pandemia del Covid. | L.N.C.
Terrazas en León capital durante la pandemia del Covid. | L.N.C.

La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha rechazado que la Junta de Castilla y León tenga que indemnizar a los establecimientos hosteleros como consecuencia de las restricciones impuestas durante la pandemia de la Covid-19.

El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, se ha congratulado por la desestimación de estos primeros recursos en los que se reclamaba la responsabilidad patrimonial conjunta del Estado, por la declaración del estado de alarma, como de la Comunidad de Castilla y León, por las medidas adoptadas, y ha afirmado que "la respuesta dada fue adecuada a la situación, teniendo en cuenta el grado de incertidumbre existente en aquel entonces".

El Tribunal Supremo ha desestimado los dos primeros recursos en los que se demandaba la responsabilidad patrimonial de la Administración autonómica por los daños sufridos por empresas del sector de la hostelería como consecuencia de la aplicación de la normativa aprobada para evitar o mitigar la propagación de la pandemia de la Covid-19, por la cual se impusieron restricciones que afectaban a dicha actividad empresarial.

Así, se considera, conforme a lo sostenido por los Servicios Jurídicos de la Junta, que las restricciones impuestas por la normativa (estatal y autonómica) que afectaron a la actividad empresarial asociada a algunos establecimientos para frenar la propagación de la pandemia fueron "necesarias, adecuadas y proporcionadas a la gravedad de la situación, y gozaron del suficiente grado de generalidad en cuanto a sus destinatarios, de modo que no generaron ningún derecho de indemnización por los posibles perjuicios sufridos".

Afirma el Tribunal Supremo que la sociedad en su conjunto tuvo que soportar las decisiones adoptadas por los poderes públicos para preservar la salud y la vida de los ciudadanos, de manera que la vía de reparación o minoración de los daños para aquellos que los padecieron con mayor intensidad, de ser procedente, "debería articularse a través de las ayudas públicas, que se concedieron ampliamente, pero no la de la responsabilidad patrimonial".

A través de un comunicado recogido por Europa Press, el Gobierno autonómico ha recordado que, como argumentaron los Servicios Jurídicos de la Consejería de la Presidencia, la sentencia también reconoce que esas medidas encontraban su encaje en las previsiones de la Ley General de Salud Pública, regulación que excluye el hecho de que la Administración deba indemnizar los gastos causados por las medidas adoptadas para preservar la salud pública.

Frente a lo anterior, la sentencia considera que las partes demandantes no han llegado a acreditar que las medidas a las que se imputa el daño "carezcan de justificación, idoneidad y razonabilidad, algo que resulta especialmente exigible conforme al principio de precaución, reconocido por el Derecho de la Unión Europea, cuando, como ocurre en este caso, la salud humana está en riesgo".

Privación de bienes o derechos

La resolución judicial señala también que no se trata de supuestos de privación singular de bienes o derechos, entendida esta como sacrificio especial impuesto deliberadamente de forma directa a través de un procedimiento específico, sino ante un supuesto de restricciones generales de carácter temporal del ejercicio de determinados derechos, impuestas a través de una norma jurídica con valor de ley que a todos obliga, y con el fin de preservar la salud y la vida de los ciudadanos.

Finalmente, el Tribunal Supremo asegura que tampoco se puede considerar que la actividad de la Administración regional vulnerase los principios de confianza legítima, eficacia, seguridad jurídica, proporcionalidad, motivación y buena regulación, a cuyo efecto acude al Tribunal Constitucional, que también calificó la actividad administrativa como razonable, proporcional y adecuada a la situación existente.

 

Lo más leído