"¿Cómo se sentirían en la ciudad estando dos o tres días sin teléfono?"

Geras acogió este sábado una de las protestas impulsadas por la Revuelta de la España Vaciada en busca del equilibrio territorial y bajo el lema ‘Yo paro por mi pueblo’

E. Niño / Ical
02/10/2021
 Actualizado a 02/10/2021
Varios vecinos participan en la concentración en Geras de Gordón. | L.N.C.
Varios vecinos participan en la concentración en Geras de Gordón. | L.N.C.
La localidad gordonesa de Geras fue uno de los escenarios de la ‘revuelta de la España Vaciada’ con la movilización ‘Yo paro por mi pueblo’, una acción simbólica con la que buscan enfatizar la necesidad de hacer efectivos los derechos que la Constitución garantiza a todos los ciudadanos sobre el acceso a los servicios básicos, independientemente de dónde residan. Niños y mayores quisieron poner rostro y voz a la merma de servicios que sufre el medio rural parando por su pueblo. El puente de la localidad fue el lugar elegido para visibilizar esta situación con pancartas en las que podían leerse lemas como «A menos de 30 minutos hospitales dignos», «A menos de 30 minutos cultura», o «Cubillas de Arbas también ruge». A estos lemas se sumó el grito unánime de «existimos».

Reivindicaron servicios básicos, como salud o conexiones a telefonía e internet, negándose a que los pueblos mueran por el abandono de las instituciones. «¿Cómo se sentirían en la ciudad estando dos y tres días sin teléfono o sin conexión a internet? ¿Les parecería normal?», señalaba uno de los manifestantes presentes.

La protesta se materializó, además, con un corte simbólico del tráfico en lugar. Muchos de los ocupantes de estos vehículos afectados decidieron bajarse y sumar su apoyo a la causa.

Geras de Gordón fue una de las localidades de la comunidad que se unió a la protesta que, en esta ocasión, tomó las redes sociales, que se inundaron con mensajes en los que reclaman servicios igualitarios en el medio rural, a través de los hastags #YoParoPorMiPueblo y #EspañaVaciada. Sin embargo, en algunas localidades las coordinadoras locales sí prefirieron salir a la calle de una forma simbólica como fue el caso de Geras.

Hartos de cortes en la cobertura e internet, de realizar decenas de kilómetros para acudir a su centro sanitario de referencia, de estar alejado de autovías, del ocio y de la cultura, los habitantes de los municipios de la denominada España Vaciada evidenciaron sus peticiones a través de su movilización ‘Yo paro por mi pueblo’, una acción simbólica con la que buscan enfatizar la necesidad de hacer efectivos los derechos que la Constitución garantiza a todos los ciudadanos sobre el acceso a los servicios básicos, independientemente de dónde residan.

Tal y como confirmaron a Ical fuentes de los convocantes, esta acción toma el testigo de las dedicadas a la «defensa de la sanidad pública» y «una sanidad rural digna» llevada a cabo el año pasado el primer sábado de octubre. Se ha preferido hacerlo en las redes sociales en lugar de de forma presencial dado que la pandemia aún manda. También exigen un Pacto de Estado Contra la Despoblación para corregir los desequilibrios territoriales del país.

En esta ocasión, el protagonista de la reivindicación es una de las propuestas destacadas del Modelo de Desarrollo, que detalla las 101 medidas que elaboraron entre las plataformas participantes y que presentaron en el Congreso de los Diputados el pasado mes de mayo para comenzar a revertir el desequilibrio territorial y la despoblación. Se trata del denominado Plan 100/30/30, que establece unos mínimos deseables para comenzar a reducir esa desigualdad. Así, demandan una conectividad de calidad a internet, exigiendo para ello un ancho de banda mínimo universal de 100 megabytes simétricos, independientemente de si se trata de espacios urbanos o rurales.

Por otra parte, establecen que para que los habitantes de los territorios de la España Vaciada tengan acceso a los servicios públicos básicos, la distancia que deben recorrer para llegar a ellos no debe superar los 30 minutos de tiempo: servicios sanitarios, educativos, sociales, culturales, de ocio o de seguridad ciudadana. Por último, se decreta en 30 kilómetros la distancia máxima para acceder a vías de transporte de alta capacidad, tanto autovías como servicio de ferrocarril.
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