Cómo hacer las torrijas de la Panadería Flecha

Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, el panadero Daniel Flecha explica el proceso de elaboración de este producto artesanal que quiere convertir en gourmet

María Herrero y Laura Pastoriza
30/03/2023
 Actualizado a 30/03/2023
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Si algo se sabe hacer bien en esta provincia es cocinar, y en consecuencia comer. Como en el resto del país, León tiene manjares típicos para cada época del año y la Semana Santa no iba a ser menos. Ya se escuchan las cornetas y los tambores que anuncian los días de Pasión, y en muchas cocinas y obradores del territorio leonés también se oye el crepitar del aceite caliente esperando uno de los dulces más sabroso de la temporada: las torrijas.

Los ingredientes también están listos en la Panadería Flecha 1957. Las torrijas llegaron al escaparate de sus establecimientos de la capital hace ya unos días y durante la Semana Santa la producción no para. La característica principal de su producto es la cremosidad: “Desde mi punto de vista, la torrija tiene que comerse con cuchara”, explica Daniel Flecha, responsable de la panadería y el artífice de estos manjares, “no debería verse para nada el pan, tenemos que ver que la leche se ha fusionado con la miga.

Y, ¿cómo se consigue? El panadero, recientemente proclamado ganador del ‘Bread in the City’, en Italia, ofrece todos los detalles sobre la elaboración de sus torrijas.

El proceso


Los ingredientes principales de esta receta son el aceite, los huevos, la leche, aromas para infusionar y, muy importante, el pan. “La clave es elegir un buen pan para tener una miga cremosa. Recomendaría utilizar barras de torrijas que están hechas a partir de mantequilla, pero si queremos algo para salir del paso, el pan de molde puede funcionar. Es un pan tierno que nos va ayudar a que el resultado final sea el buscado”, detalla Daniel Flecha. Una vez escogido, llega el momento de los aromas necesarios para infusionar la leche y para ello él propone la canela, el limón o la naranja.

La temperatura de la leche que se va a utilizar para bañar las torrijas es también clave. Y para ello un ejemplo que pone el propio panadero: “Si mojamos una galleta en leche muy fría, no cala. Si lo hacemos en leche muy caliente se deshace y pierde su consistencia”. Por ello, cree que su temperatura óptima es alrededor de los 60 grados y que no se debería verter nada más hervirla, sino que es mejor que se atempere. ¿Un secreto? En la Panadería Flecha la mezclan con un poco de nata para que el resultado sea más untuoso.
Llega el momento de bañar el pan con la leche. Sin miedo. “Aunque al principio parezca que sobra líquido, en lo que preparamos los huevos o el aceite y si hemos escogido un buen pan, este habrá absorbido el sobrante que parecía excesivo”, cuenta Daniel Flecha mientras elabora sus torrijas. Una vez completado este paso, se rebozarán en huevo y se freirán en una sartén. Apunta el panadero que este alimento sirve para “sellar” las torrijas y que la leche no se salga.

Y con esto ya estaría. La torrija ya se puede comer, cremosa y deliciosa. A este producto se le pueden sumar diferentes complementos con los que darle un sabor especial, aunque sola y sin añadido ya sería suficiente. Este producto ha sido siempre de aprovechamiento, aunque, recientemente y según la opinión de Daniel Flecha “se está convirtiendo en algo más especial y por eso buscamos la diferenciación”.

¿Tradición o innovación?


“Una gran parte de nuestro público busca la torrija de siempre, pero cada vez hay más personas que se decantan por algo más original, sobre todo como producto de merienda”. El producto final tradicional se puede rebozar en azúcar una vez frito, o calar en almíbar con miel y limón. En la Panadería Flecha también apuestan por dejarla con los aromas y el dulzor propio que se ha adquirido durante el proceso de elaboración.

Sin embargo, los leoneses miran más allá y este año ofrecen diferentes acabados. Para los más golosos “y también para los más pequeños”, señala Daniel Flecha, tienen la torrija rellena y cubierta con chocolate con leche que “le va a añadir cremosidad y además le va fenomenal”, destaca el panadero. También puede utilizarse el chocolate blanco o el negro. Otra variedad, y un extra crujiente y sabroso, se lo va a dar la crème brûlée, o crema pastelera, y el caramelo. “Cubrimos nuestra torrija y después pasamos a caramelizarla”, detalla Daniel. Para ello, se quema bien el azúcar y que “al comerla encontremos la base de la torrija junto a la crema y el crujiente del caramelo”.

Estas opciones por las que “dejan volar la imaginación” son las que marcan la diferencia en la Panadería Flecha. “De momento tenemos estas dos propuestas, pero iremos desarrollando más a lo largo de la Semana Santa”, puntualiza. Así, la torrija más innovadora puede llevar también frutos rojos o diferentes cremas, “se me ocurre una de red velvet”, dice Flecha. Y es que, desde su punto de vista se trata de un “producto muy flexible” que “veremos cómo se convierte en un alimento de vanguardia poco a poco”.
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