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Carta a una mujer coraje

24/09/2022
 Actualizado a 24/09/2022
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Hace un año, tras una espera que se hacía particularmente larga, la incertidumbre dejaba paso al desaliento cuando conocimos la noticia funesta de que te estabas debatiendo entre la vida y la muerte. La niña, cuyo nombre evoca a la brisa que se cuela entre naranjos en flor, por fin estaba entre nosotros. Aquella pequeña que soñábamos durante tus clases, rodeados de poemas, risas nerviosas, esperanzas acalladas. La misma chiquitina protegida en tu regazo que inconscientemente acunabas con tus manos de dedos largos y firmes. Ella, ya estaba aquí. Decidió asomarse al mundo, mientras sentías, sobre tu piel de madre recién estrenada, el dulce olor de la recién nacida. Pero apenas pudisteis disfrutar de ese primer instante de dicha, ya que pronto comenzó a desvaírse tu sonrisa mientras cerrabas los ojos vedados por el torrente escarlata de una rara enfermedad de parturientas, una suerte de ‘spleen’ sobrevenido que te sumergía en profundo sueño. Pero el tuyo, no era letargo inocuo y placentero como aquel que embargó a la bella princesa del cuento, la que esperaba el beso reparador de su príncipe azul. El tuyo fue un adormecimiento de esos que exhalan brillos de guadaña plateada, de esos que vienen con bríos de juventud rendida, con hambre de dicha robada.

Los tuyos, familiares, amigos, y alumnos, mirábamos al cielo mientras clamábamos por una reanimación que precediera a tu cura. Tú, que tantas veces nos resucitaste de pequeñas renuncias y muertes, derribaste muros e inseguridades, acariciaste nuestro ánimo cansado con el permanente optimismo desbordante de tu fuerza vital.

Finalmente, te salvaron. Fueron la pericia de un personal de urgencias atento y profesional, y el tesón de aquel equipo de médicos y enfermeras cargados de humanidad que además supieron reconocer la autenticidad que desprendes. ¿Recuerdas cuando te despidieron entre aplausos?

Y ahí está la pequeñina, que estos días cumple un año, con ingenuo gesto de asombro ante un mundo por descubrir, un universo que tal vez esté esperándola oculto entre esos libros que son tu vida. Ya parece despuntar, rodeada de pliegos, aún por escribir.

De momento aparece ya narrado el capítulo uno de su aún breve biografía, protagonizado por su madre. El comienzo de un guion de vida regado de tesón y perseverancia, la que os aferró a ambas a la vida.

Tú primera herencia para Azahara, querida amiga, mujer coraje.
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