'Así que papá, ¿por esto éramos de la Cultu?'

Contracrónica / Lección de coraje y garra, pero sobre todo fe, de un conjunto leonés que llevó al límite la filosofía de 'nunca dejes de creer'

Jesús Coca Aguilera
24/01/2020
 Actualizado a 24/01/2020
Las gradas del Reino se llenaron de banderas de León. | MAURICIO PEÑA
Las gradas del Reino se llenaron de banderas de León. | MAURICIO PEÑA
El puente colapsado por el reguero de espectadores. Puestos por el camino vendiendo bufandas conmemorativas del partido. El campo rozando el lleno y rugiendo ante la salida de la escuadra culturalista. Son señales de partido ‘grande’. De que tu equipo va a medirse al ‘Cholo’, a Joao Félix y compañía, integrantes del Atlético de Madrid que lleva años peleando por todo en cada competición que disputa.

Es el embrujo de la Copa del Rey, esa que en este siglo XXI ha puesto en el mapa del fútbol nacional a León y a la Cultural, a quien toda la suerte que le ha faltado a lo largo de los años en la competición liguera le ha sonreído en una Copa donde le han ido tocando uno tras otro todos los ‘grandes’, si bien para ello se han encargado antes de comprar las papeletas para el sorteo eliminando a los rivales necesarios para ello.

Un partido así es un premio y un homenaje para todos esos fieles que, hasta hace nada, eran considerados los '2.000 de siempre', pero también una oportunidad de enganchar nuevos Una fiesta para el aficionado al fútbol leonés, culturalista o no, que puede ver en el Reino a uno de los mejores equipos del mundo. Un premio y un homenaje para todos esos fieles que, hasta hace nada, eran considerados ‘los 2.000 de siempre’. Una oportunidad de enganchar nuevos aficionados, como todos esos que se fueron subiendo al barco en la temporada del ascenso y que en gran medida se han quedado, porque todo el mundo tiene que tener un comienzo y lo importante es seguir creciendo.

Un sueño con el que, en el momento del pitido inicial, fantasean todos y cada uno de los culturalistas presentes en el Reino. ‘La liga es lo importante, si te van a eliminar luego…’, bla bla bla, palabrería barata, que una sorpresa así se va a seguir recordando décadas después.

Y eso que, fuera del campo, nada más pudo hacer el Atlético de Madrid para ganarse a la afición. Se puede ser simpatizante de su estilo o no. Puede caerte simpático el club o considerarle enemigo por quién es tu preferido en Primera. Pero ante su actitud en León antes del partido, uno sólo puede aplaudir, porque cualquier comparación con cómo actuaron los últimos ‘grandes’ que visitaron a la Cultural les deja en muy mal lugar.

La actitud del Atlético fuera del campo fue de diez y hace sonrojar en la comparación a los últimos 'grandes' que pasaron por León Primero saludando y fotografiándose con la gente todos y cada uno de sus integrantes al llegar a la estación de tren. Después, en el entrenamiento matutino en el Olímpico, haciendo Simeone que el autobús no entrara hasta dentro de las instalaciones, sino que se parara antes y fueran caminando para poder saludar y estar un rato con toda la gente que les estaba esperando. Lo dicho, que ‘chapeau’.

Pero vamos al ‘verde’, que esto empieza ya. Y de inicio, toca sufrir. Vitolo casi quita la emoción a las primeras de cambio con un mano a mano. Y casi arruina el homenaje leonesista, pues vuelve a estar a punto de marcar en ese minuto 18 marcado por la afición para sacar las miles de banderas de León presentes y reivindicar la autonomía leonesa.

En el minuto 18 llegó la reivindicación leonesista con miles de banderas ondeando al viento... y en una cruel paradoja el Atlético casi marca en él ‘León sin Castilla, es una maravilla’, ruge el Reino. ‘León es de Castilla’, responden los 200 aficionados del Atlético presentes en una esquina del fondo norte. Es uno de los pocos piques que hay en la grada, pues cada uno está centrado en animar a los suyos. Y tras los momentos de zozobra empieza a no verlo tan oscuro la hinchada culturalista, que celebra los córners como si de un partido de Inglaterra se tratase e incluso se permite cantar un gol de Gudiño, aunque la realidad es que la jugada se había anulado mucho antes.

Llega el descanso y la Cultural aguanta, como es tradición con un Atlético que nunca se ha ido ganando a los 45 minutos en León. Es tiempo de bocatas. Se nota que es un partido grande porque hasta llegan unas muy agradecidas pizzas a la zona de prensa.

Vuelve lo bueno. La tensión tapa el frío. Y la primera ocasión clara de Sergio Benito hace atronar el ‘Sí se puede’. El Atlético, que ha salido con todo salvo Thomas, saca esa única bala que le hace mejorar. Y la Cultural, que sólo puede mejorar, levanta a todo el público cuando una desgracia, la lesión de Augusto, hace aparecer a Kawaya. “Este es bueno, ¿no?”, preguntan los compañeros de Madrid.

'"Este es bueno, ?no? Preguntan los compañeros de Madrid al salir Kawaya. Y el belga se encarga de responderles sobre el césped" Pero antes de que el belga pueda responderles, llega el mazazo. De la nada, gol. Es lo que tienen los grandes. Ahora la épica se tiñe de milagro. Es cuestión de fe, pero de ella va sobrada la Cultural.

‘Nunca dejes de creer’ podría ser el lema de este equipo. Y con esa filosofía y un jugador desequilibrante y de otra categoría como es Kawaya, acecha la meta rival. Y así, de la cuarta jugada mágica del belga, llega el golazo de otro planeta de Castañeda, con una volea increíble que supera a Adán.

Ahora es cuestión de aguantar. Y lo hace la Cultural, que incluso les mete miedo en una contra, y sobrevive gracias a tres paradones tremendos de Lucas, que se reivindica a lo grande. Los nervios están presentes, hasta para el que saca los minutos de descuento, que muestra 30. Afortunadamente es un error y la Cultural fuerza una prórroga que la afición celebra como un ascenso haciendo volar las bufandas.

Aquí la épica se multiplica. Lucas vuela para hacer un 'paradón' tremendo. "¿Cómo es el titular para que este no juegue?", pregunta alguien del Atlético. "Pues pensábamos que no valía de suplente", respondemos avergonzados, porque nos ha callado donde debe hacerse, sobre el césped.

Los últimos 10 minutos parecen 100, pero el pitido final hace estallar de júbilo el Reino de León Y entonces, el estallido. Gudiño se va, Sergio Benito la engancha y la Cultural se pone 2-1, amagando con venirse abajo un Reino al que los últimos 10 minutos le parecen 100, pero que se frota los ojos cuando el árbitro pita el final, porque ha logrado la machada.

La Copa ya tiene su 'Culturalazo' con una lección de garra y coraje, pero sobre todo de fe. En un día en el que había mucho no habitual, no hay mejor manera de engancharles al Reino que con un partido así. En un día en el que estaban también los de siempre, el 'Papá, ¿por qué somos de la Cultu?', con el que muchas veces hemos imitado aquel lema del Atlético, porque para 'pupas' nosotros y no ellos, nos han hecho cambiarlo. Porque este jueves sería cuestión de decir: 'Así que papá, ¿por esto éramos de la Cultu?'.
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