Arte que enseña, que une y divierte

Estudiantes de primero del Grado de Educación Infantil de la ULE y los más pequeños del Ponce de León colaboraron en un mural que decora una pared del patio del colegio

Rosa Álvarez
04/06/2018
 Actualizado a 18/09/2019
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Cuando en un rincón del patio del Ponce de León se instaló un nuevo parque de juegos para los niños de Infantil, las paredes «pidieron algo más». Lo cuentan desde la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (Ampa) del Colegio. Fueron ellos quienes apostaron por convertir un muro «desangelado» en un lienzo sobre el que trabajar, que llenar de color para mejorar este espacio de juegos. Una idea que más tarde maduraría en las aulas de primero del Grado de Educación Infantil de la Universidad de León (ULE) y que se plasmaría en un mural inspirado en las vanguardias artísticas del siglo XX, en el que los futuros profesores trabajaron mano a mano con los más pequeños del colegio.

De entrada, el Ampa pensó en lanzar la propuesta a la Escuela de Arte, pero no cuajó. Inmediatamente después se la trasladó a Raquel González Roldán, profesora de Educación Infantil de la Facultad de Educación de la ULE, que no dudó a la hora de en incorporar esta actividad en su temario y trabajar en ella con sus alumnos. González Roldán recogió la invitación del Ponce de León y pensó en la forma de conseguir que el objetivo, la elaboración de un mural, encajara con su asignatura y con el trabajo del colegio. Tomó como referencia el proyecto Mosa que está desarrollando el centro y que gira en torno al arte, que introduce en las aulas algunas de las obras pictóricas más significativas de pintores como Kandinsky, Miró, Magritte, Dalí o Gaugin, y propuso a sus estudiantes investigar sobre la figura de estos artistas de vanguardia y elaborar un proyecto, un boceto a escala, en el que plasmaran sus ideas sobre el mural.

Después, González Roldán creó una composición recogiendo lo más interesante de las aportaciones de sus casi 90 alumnos, a los que puso como condición que las imágenes tuvieran relación con los artistas estudiados, pero siempre teniendo en cuenta que el niño iba a intervenir, a participar en la pintura. Elegido el diseño, se pusieron manos a la obra en grupos de entre 15 y 20 personas en horario de tarde y en dos sesiones más por la mañana, en las que los pequeños de Infantil hicieron su aportación. «Los niños disfrutaron un montón y los alumnos de la Facultad no lo van a olvidar nunca», valoró la profesora de la ULE.

Lo confirman los estudiantes. Estefanía Gómez consideró que el boceto ya fue para ella un «reto creativo», y la pintura le ofreció la posibilidad de dejar su «huella» en el colegio y, al mismo tiempo, de «poder trabajar con los niños de Infantil, que es para lo que nos estamos formando». Por eso, resumió que esta experiencia fue «enriquecedora para todos». Para Sara Fernández lo más importante de esta actividad fue «el contacto con los niños» y poder disfrutar de la felicidad que transmitían mientras estaban pintando, y Andrea García vio en esta iniciativa «algo necesario», un buen modo de tomar contacto con los pequeños e ir habituándose «a cómo son o cómo actúan». «Para mí fue algo especial, que no se olvida. Plasmamos en la pared algo que nosotros realizamos con muchas ganas y con unos conocimientos previos y la verdad es que me he divertido mucho. Repetiría», señaló. Desde el Ampa también ven su objetivo inicial más que cumplido y agradecen a González Roldán no sólo el haber entendido la idea, sino también su forma de plasmarla para conseguir «un resultado espectacular».
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