Antonio Martínez Llamas: "Esta novela casi se puede decir que es un ensayo novelado"

El médico y escritor leonés presenta este jueves ‘Peleagonzalo. La batalla de Toro’ en el Salón de los Reyes del Consistorio de San Marcelo

Joaquín Revuelta
25/03/2021
 Actualizado a 25/03/2021
El médico y escritor Antonio Martínez Llamas.
El médico y escritor Antonio Martínez Llamas.
La firma de ejemplares celebrada el pasado 6 de febrero en la Librería Universitaria fue el primer acto público que tuvo la última publicación del médico y escritor leonés Antonio Martínez Llamas, la novela histórica ‘Peleagonzalo. La batalla de Toro. 1 de marzo de 1476’ (Eolas ediciones 2020), que un mes después conoció su presentación oficial en la ciudad de Toro, en concreto en el flamante Teatro Latorre ante medio centenar de personas por las restricciones motivadas por el Covid-19, y que este jueves se presenta por fin en la capital leonesa, en un acto que dará comienzo a las 19:00 horas y tendrá como marco el Salón de los Reyes del Consistorio de San Marcelo, donde el autor estará acompañado por Pablo Blázquez Blanco, historiador y profesor del IES Emilio Ferrari de Valladolid, y Héctor Escobar, presidente del Gremio de Editores de Castilla y León y responsable de Eolas Ediciones, la editorial que ha materializado el regreso de Martínez Llamas a la novela histórica tras el paréntesis que supuso ‘Blues en la habitación 143’ (Eolas ediciones), un relato actual sobre las relaciones de pareja entre un hombre maduro y una mujer más joven. Con ‘Peleagonzalo’ Martínez Llamas regresa al que ha sido siempre su entorno natural, la novela histórica, aunque en este caso el autor prefiere hablar de «ensayo novelado», que tiene como episodio central la batalla de Toro que decidió el destino de las Españas y puso fin a la guerra de sucesión que durante más de diez años se libraba entre los partidarios de la legitimidad de Isabel, la futura reina Católica, y aquellos que defendían los derechos sucesorios de Juana la Beltraneja, hija incierta de Enrique IV el Impotente. Una novela que, en palabras del médico y escritor leonés, «no es solo el pormenorizado relato, profusamente documentado, de un hecho de armas épico, sino que en la narración fluyen sentimientos, dudas, reflexiones, aciertos y culpabilidades; donde se analizan además las consecuencias políticas de las decisiones de una Isabel en la encrucijada de su legitimidad y un Fernando que, pese a su juventud, ya destacaba como un consumado estratega militar».

En la entrevista concedida a La Nueva Crónica en octubre del año pasado con motivo de la publicación de ‘Peleagonzalo. La batalla de Toro. 1 de marzo de 1476’, Martínez Llamas reconocía que a la hora de escribir novela histórica le gusta que refleje la época y ser absolutamente respetuoso con lo que sabemos. «En ‘Peleagonzalo’ hay mucho trabajo de investigación previo y además yo la defiendo porque trata de un momento crucial en la historia de España. Si esta batalla se pierde, seguramente Isabel y Fernando, si no eran detenidos o apresados, hubieran tenido que huir a Aragón, desapareceríamos del mapa porque seríamos Portugal», asegura el autor, que no entiende que siendo un momento histórico importantísimo algunos grandes autores lo han despachado con una sola línea. «Me siento muy satisfecho con esta novela porque no hay otra parecida en el mercado y a mi modo de ver he dado un paso importante».Antonio Martínez Llamas insiste en hablar en el caso de ‘Peleagonzalo’ de un ensayo novelado, «porque todos los personajes que aparecen en el libro son reales. No hay ningún personaje inventado. Todos son reales porque no hay otro modo de enfrentarse a algo tan importante. Está contada en primera persona por Fernando en su lecho de muerte y recuerda lo que fue su vida, centrada en su mayor parte en todos estos conflictos que van a derivar en la batalla de Peleagonzalo».A la hora de describir aquella batalla nocturna, «corta pero sangrienta», que enfrentó al ejército profesionalizado de Alfonso V de Portugal y a las tropas de Isabel y Fernando, «que mayoritariamente era gente reclutada en las aldeas que iban con la promesa de cobrar unos cuantos maraberíes», Martínez Llamas recurre a escenas concretas, como decidir si se mata a los prisioneros portugueses o no, si se les tira al río Duero para que mueran ahogados. «No puedo poner al rey Fernando dando espadazos a diestro y siniestro porque siempre va rodeado de su guardia personal. Prefiero entrar en el detalle, cómo él se siente cansado, frustrado en la batalla, solitario, escuchando los gritos de la gente llamando a sus madres. Y me siento muy satisfecho de haber logrado incluir por primera vez, porque apenas existe documentación al respecto, la única visita de la reina Isabel a León. Vino al final de 1475 para hacer que Alonso de Oblanca rindiera la plaza de León, que estaba a favor de Alfonso V el Africano, tres meses antes de la batalla. Cabalgó desde Valladolid veintiséis horas con dos postas, durmió en el Palacio de los Guzmanes, entonces en obras, y se volvió al día siguiente, consiguiendo que Alonso de Oblanca rindiera la ciudad. Ella no quería destruir León, cuyo asedio hubiera llevado meses, quería conservarla al igual que la ‘Pulchra Leonina’. Me parece un hecho sumamente interesante», concluye.  
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