Algo hay que tocar en el Ademar

Tienen todos los aficionados del Ademar reciente el ejemplo de estar al borde del abismo pero por lo económico. Parece que ha pasado un mundo, pero sólo hace nueve años desde que estuvo al borde de la desaparición. Sin embargo, en lo deportivo, la situación actual es la más dramática de los últimos tiempos. Y ahora no hay un grupo de aficionados, como aquellos del ‘SOS Ademar’ a los que nunca se les agradecerá suficiente la importancia que tuvieron en que el club siguiera adelante, que pueda tirar del carro, como mucho ayudar desde la grada.

Cuando los problemas están en la pista, deben resolverlo los protagonistas y aquellos que pueden tomar decisiones para dar la vuelta a la situación. Y lo primero y principal es asumir y ser consciente de lo delicada de la misma, que parece que no se ha hecho cuando sigues con lo mismo que tan mal resultado te dio en la larga primera vuelta.

Algo hay que tocar o cambiar, porque si no te vas al hoyo. Así de claro, por mucho Ademar que seas, porque el nombre no da puntos ni gana partidos. Y en mitad de temporada sólo hay dos vías: o fichas o cambias de entrenador.

Personalmente, optaría por la primera. Pero hay que hacerlo ya. Es más, deberías haberlo hecho en Navidad, aunque no llegaras a tus primeras o segundas opciones, pero eso ya no tiene remedio. El nivel de varios jugadores de la plantilla actual es tan bajo, que no es realista decir que no encuentras nada que lo mejore, más cuando ves otros clubes fichando. Y si tienes que irte a Plata y traer a tipos veteranos, que obviamente ya no van a mejorar pero están curtidos en mil batallas, adelante. No es momento de pensar en el futuro, sino en salvar el presente. No es momento de aferrarse a tu forma de ver el balonmano, sino de explorar cualquier vía para encontrar una solución.

Y llegado el caso, si no fichas o nada varía, hay que tocar el banquillo. No vas a traer a alguien mejor que Cadenas, es obvio. No va a dejar Manolo de ser el mejor técnico de tu historia, nadie habla de eso. Pero hay veces que esa es la única vía y debes buscar un revulsivo, sea quien sea el sacrificado. Porque el club siempre está por encima de las personas y la prioridad debe ser salvarse. Cueste lo que cueste.