Porque Alaiz fue octavo en la Copa de Europa de 10.000 metros, prueba en la que ha reconvertido sus aspiraciones y en la que se codeó con los mejores fondistas del continente solo lejos del oro y la plata, el francés Gressier (27:24.51) y el aragonés Carlos Mayo (27:53.12). El leonés, que firmó una marca de 28:04.01 que es su mejor registro de siempre en la distancia, tenía tres objetivos de los que cumplió los dos más importantes. Primero, alcanzar esa mejor marca personal, segundo, bajar del 28:15 que le diera la mínima para el Campeonato de Europa de Múnich. El tercero, el bajar de los 28 minutos, no tardará en llegar.
Su puesto sumó además para otro premio extra, la plata por equipos que se llevó el equipo español en el que Alaiz fue el segundo atleta en puntuar por delante de Chiki Pérez (28:08.66, 16º), Jesús Ramos (28:32.33, 20º), Yago Rojo (28:35.77, 22º) y Zakaria Boufaljat (29:38.31, 30º).
Pasaporte para el Europeo
Falta aún la confirmación oficial con la publicación de los criterios de preselección definitivos para el Campeonato de Europa de Múnich del mes de agosto, pero todo hace indicar que con su mínima lograda este sábado y su subcampeonato de España conquistado en abril, Roberto Alaiz debería estar si no hay sorpresas en esa gran cita continental. De confirmarse, sería su primer gran campeonato al aire libre desde el Mundial de Pekín de 2015, en el que corrió los 3.000 obstáculos y sufrió la primera de sus lesiones de gravedad.Siete años después podría ser el segundo leonés con plaza confirmada para ese Europeo junto a su amigo y compañero de entrenamiento Jorge Blanco, que tiene su plaza asegurada para la maratón y que hace que el grupo que dirige José Enrique Villacorta esté de enhorabuena. Una historia de superación que apunta a tener un final brillante que de hecho es solo el principio.