Adiós al tío Tilo, el enredabailes de Quintanilla

Domitilo Sastre es un nombre imprescindible cuando se habla de música popular, fiestas, bailes... en Quintanilla de Yuso donde todos lo definían como "el alma de la fiesta", además de un excelente trabajador, lo que le llevó a tener que abandonar su tierra. Falleció en Bilbao

Fulgencio Fernández
01/02/2021
 Actualizado a 01/02/2021
Domitilo Sastre tocando la gaita durante las fiestas de Quintanilla del Yuso del año 2017; este entrañable personaje falleció esta semana. | SERGIO CARRACEDO
Domitilo Sastre tocando la gaita durante las fiestas de Quintanilla del Yuso del año 2017; este entrañable personaje falleció esta semana. | SERGIO CARRACEDO
«Un día, ya hace muchos años, escuché tocar la gaita a Domitilo y aluciné, me enganché a aquel instrumento y a aquel paisano. Él es el responsable de que yo siga en este mundillo y que en Quintanilla de Yuso, nuestro pueblo, haya ahora mismo tres gaiteros y más  gente interesada en la música tradicional y todo lo que tío Tilo representaba». Quien lo explica es Sergio Carracedo, que fue quien se sintió en la necesidad de contar la mala noticia del fallecimiento de Domitilo Sastre, en Bilbao, hace unos días.  

Lo que cuenta Carracedo sería suficiente para recordar a Domitilo Sastre, pero es que este cabreirés fue mucho más y respondía a la definición que de él se repetía estos días: «Era el alma de la fiesta»; lo que en muchas comarcas llaman el auténtico enredabailes. Y es que él no solo tocaba la gaita o animaba el baile, se le daba todo bien, era un auténtico titiritero, cómico y padre de numerosas iniciativas singulares que serán recordadas en su tierra durante mucho tiempo, como recordaba Sergio en su entrañable perfil de despedida: «Domitilo inventó el bautizo del burro o la comunión de Platero, entre otras ocurrencias. O canciones únicas como su ‘Hay que tirar el tabique’, cualquier cosa para animar el cotarro», con la particularidad de que «cuando ya estaba entamao él se apartaba y se sumaba a la fiesta». Pero no se puede olvidar una contribución importante a la música, allá por los años 80 del pasado año, las gaitas habían desaparecido de la vida diaria en Quintanilla de Yuso y sus celebraciones y Domitilo desempolvó «su gaita de madera oscura y fuelle de terciopelo y supo sembrar su pasión por este instrumento con su buen hacer» hasta el punto de que nacieron en Quintanilla nuevos grupos y conciertos.

A veces esta palabra de enredabailes tiene un cierto sentido peyorativo, de poco trabajadores, no es el caso de Domitilo, excelente trabajador en Quintanilla y emigrante, como tantos otros, para labrarse un futuro. En su caso fue a Alemania y Bilbao, donde se afincó y donde falleció hace unos días después de una larga enfermedad. Allí también apreciaban el buen hacer y el espíritu jovial de tío Tilo.
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