"Yo tenía claro que ni de blanco, ni iglesia, ni panoplias"

Palmerinda y Felipe fueron los primeros leoneses en unirse en un matrimonio civil en el Ayuntamiento de Benavides, oficiado por el recordado Tito Melcón hace 35 años, en 1988. Lo recuerdan ahora junto a "los problemas" que les acarreó

Fulgencio Fernández
21/05/2023
 Actualizado a 21/05/2023
Felipe y Palmerinda junto a sus hijas. | JESÚS F. SALVADORES
Felipe y Palmerinda junto a sus hijas. | JESÚS F. SALVADORES
"Yo tenía muy claro que nada de iglesia, ni casarme de blanco, ni panoplias». Así explica Palmerinda cómo se fraguó la primera boda oficiada en León por un alcalde, concretamente el recordado Tito Melcón, el histórico socialista que era regidos del municipio de Benavides de Órbigo, ya que los novios eran naturales de Antoñán y Quintanilla del Valle.
- Tú lo tenías muy claro, ¿y Felipe?
- Pues a Felipe le daba igual; otra cosa eran las familias, la suya y la mía, que nos decían aquello de que hiciéramos una boda "como dios manda".

Y no se sabe sí fue como dios manda pero sí fue como manda la Constitución y las leyes aprobadas. "La verdad es que a la familia no resultó difícil convencerlos, vieron que era lo que queríamos nosotros, ya éramos mayores de edad... pues al Ayuntamiento".

Y allí, en el Salón de Plenos, les esperaba el carismático y entrañable Tito Melcón, quien entendía como un honor ser el primer alcalde leonés en oficiar una boda y entendía perfectamente la legalidad de la ceremonia, no en vano el mismo se había casado "por el Juzgado" unos años antes. Les dijo unas palabras, les leyó los artículos pertinentes a la celebración, un funcionario leyó un poema elegido para la ocasióny aquel alcalde bonachón, que acudió al acto en vaqueros —"es que yo no soy el que me caso", recuerdan que bromeó— dio por formalizado el acto. Lo que no recuerda Palmerinda es si dijo el típico "podéis besaros" pues, explica, "no somos muy de mostrarnos efusivos en público". De hecho advirtieron al fotógrafo que no les pidiera posar "dándonos besos o en forzadas actitudes románticas".



Palmerinda Mayo
y Felipe Castro eran de poblaciones cercanas, Quintanilla y Antoñán, de ahí la elección de Benavides para su boda "sin panoplias". Pero no podían evitar ser noticia, ellos y el alcalde. La Crónica de León publicó un amplio reportaje y tenía su hueco en primera página.

Pocos días después del mismo el tiempo le vino a dar la razón al autor del artículo, Fernando de Paz, que había escrito una entradilla que levantó cierta polémica... "Para un pueblo como Benavides, provinciano y ranciamente apostólico... "escribía. Y pocos días después Palmerinda y Felipe comprobaron que no todo el mundo lo había aceptado como sus familias, al menos el párroco. "Un par de semanas después de la boda se bautizaba un sobrino de Felipe y nos habían pedido que fuéramos los padrinos, pues don Tomás se negó, dijo que no lo permitía, por más que argumentábamos que nosotros sí estábamosbautizados, que creo que es el requisito necesario para ser padrinos. Pero no hubo forma".

Y Palmerinda reconoce ‘con sonrisa pícara’ que se tomó una cierta revancha con el tiempo. "Al nacer nuestra hija la fuimos a bautizar y nos dijo que eso sí, sin problema, pero le expliqué que lo que queríamos era hacerlo en la iglesia del pueblo pero que lo oficiaría un cura amigo nuestro".Con el tiempo a ella tampoco la dejó, otro cura en este caso, que fuera madrina de una confirmación de otra sobrina. "Yo creo que le dijeron lo del bautizo y se sumó. La verdad esque me daba exactamente igual y ni pregunté".
- ¿No es un poco contradictorio casarse en el Ayuntamiento y querer bautizar a vuestras hijas?
- A ver. Nuestra idea era no bautizarlas, pero algunos familiares empezaron a decir que como le pasara algo a la niña y estuvieran sin bautizar... Y como eso es ‘reversible’, por así decirlo, pues cuando ella sea mayor hará con sus creencias lo que le parezca más oportuno; pues las bautizamos.

Ya han pasado 35 años y se ha quedado en una mera anécdota, aunque Palmerinda, ironiza, con las trabas: "Pues, la verdad, no salió mal, han pasado 35 años y aquí estamos".
- ¿Y un beso delante de la foto de boda para el reportaje?
- ¿Qué habíamos dicho?

Pues eso. Sigue teniendo carácter.
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