Este joven gallego afirma que el curso “es muy intenso y eso me gusta. Te tienen siempre ocupado; son 14 meses y todos ellos trabajando y eso está bien. Además, los instructores son muy buenos”. Junto a él, Hussein, de 19 años, explica que sus padres son de Líbano y cada año viajan allí en avión. Le gusta volar, la tripulación, el aeropuerto, los aviones y quiere ser piloto. Pensó en Suecia, donde viven, pero allí esa formación resulta muy cara y además la gente no se lo recomendaba.


Concluido y superado el periodo de formación de más de un año ininterrumpido en Flybyschool, “mínimo 14 meses si el alumno es estudioso y comprometido con la causa”, deben aprobar los exámenes oficiales en Madrid; si no, no pueden seguir volando y tienen que volver a presentarse a las pruebas (el índice de aprobados alcanza el 90 por ciento). Los estudios que cursan les capacitan para trabajar en una compañía aérea como segundo oficial y a partir de ahí adquirir experiencia y poder progresar como piloto profesional.
El director ejecutivo de Flybyschool, Álex Álvarez, se muestra satisfecho de la evolución del centro, que comenzó a funcionar hacer dos años con cuatro alumnos y que en estos momentos cuenta con una treintena -los distintos grupos se solapan en las sucesivas fases de formación- y que se aproxima ya el medio centenar desde su puesta en marcha. “Ha sido un crecimiento muy fuerte, la visión que teníamos del mercado se está materializando y estamos muy satisfechos. Trabajamos muy bien con la Universidad de León y el balance es positivo, lo que queremos es seguir con este crecimiento y con esta expansión internacional”, subraya recién llegado de un viaje promocional a Omán.
El hecho de que la mayoría de los alumnos sean extranjeros responde, según comenta, a que el coste de la vida en España no es tan alto como en otros países. El clima también es una ventaja y ello unido al convenio que mantienen con la Universidad de León y la residencia de estudiantes hace que la oferta resulte muy atractiva para el estudiante internacional en un sector que está en alza y que parece que va a seguir estándolo, lo que se traduce en una elevada demanda.
El objetivo de llegar a 60 matriculados al año en un lustro, afirma, no está lejos de cumplirse; más aún si fructifican los posibles acuerdos con aerolíneas que harían sobrepasar con mucho esa cifra. “Tenemos que materializar alguna de las oportunidades que estamos barajando, por ejemplo, con una aerolínea europea que quiere tener personal para el crecimiento que está experimentando y además ofrece financiación para el curso y te garantiza empleo al acabarlo”, remarca.
También mantienen vías abiertas con el gigante asiático, que necesita unos 5.000 pilotos al año (en España seforman unos 300 ). “Estamos en contacto con una universidad china que capta a unos 1.000 alumnos al año y los forman en distintos lugares del mundo y uno de esos lugares podría ser León. Han analizado el mercado europeo y esta propuesta les ha gustado mucho y ya han venido dos veces; han recorrido toda Europa y León les ha encantado. Eso, llegue o no llegue a buen puerto, ya es como para sentirse orgulloso”, concluye.