Vanessa Pacho y Alejandro Velázquez se dieron ayer el «sí, quiero» en la majestuosa Catedral de León, en una ceremonia religiosa cargada de emoción. Al enlace acudieron familiares y amigos llegados de todos los rincones de España, así como de Venezuela, Estados Unidos, Colombia y otros países, en una celebración que unió culturas y corazones. El acto estuvo marcado por una atmósfera solemne y musicalmente exquisita, gracias a la interpretación de la soprano Maite Estepa, acompañada por el imponente órgano de la catedral, que envolvió a los asistentes en una experiencia espiritual y artística inolvidable.
Tras la ceremonia, los invitados se trasladaron a la finca El Cigarral, en Cembranos, donde disfrutaron de una recepción llena de sabor y ritmo. El banquete incluyó carnes típicas de la tierra y estuvo acompañado de una animación musical variada. El grupo sevillano Tendereke puso a todos a bailar con su ‘flamenquito’, mientras que Petit Olé contagió alegría con salsa y merengue. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el baile de los novios al ritmo de una canción de Juan Luis Guerra.

La boda estuvo repleta de detalles pensados para sorprender y emocionar: desde un periódico personalizado que destacaba a los ‘solteros de oro’ del evento, hasta retos de golf y una inolvidable hora loca, con disfraces, DJs y espectaculares robots que animaron la pista de baile hasta altas horas de la madrugada.

Los festejos comenzaron el día anterior, con una elegante preboda celebrada en el magnífico claustro del Parador de San Marcos, donde los invitados pudieron reencontrarse y brindar por el amor.

Hoy, tras un fin de semana lleno de emociones, los recién casados compartirán un cóctel íntimo con sus seres queridos en el icónico Palacio de Botines, obra de Antonio Gaudí, culminando así una celebración que, sin duda, quedará grabada en la memoria de todos los presentes.