Un terremoto de ERE con doce sacudidas

Más de 500 trabajadores han perdido el empleo por algún expediente en este 2021

D.L.M.
23/10/2021
 Actualizado a 23/10/2021
La plantilla de Jupiter Bach salió en caravana el jueves y mañana vuelven a las calles. | SAÚL ARÉN
La plantilla de Jupiter Bach salió en caravana el jueves y mañana vuelven a las calles. | SAÚL ARÉN
La crisis derivada de la pandemia de coronavirus ha supuesto un reto para cientos de empresa en la provincia. El covid ha puesto al límite a muchos negocios, que han tenido que recurrir a las herramientas ofrecidas por el Estado para el mantenimiento del empleo y a la financiación extra para poder mantenerse a flote. Sin embargo, la situación sanitaria no ha sido la única amenaza a la que se han enfrentado en este año las mercantiles que operan en la provincia. La economía y, por ende, el empleo, están afectados también por la globalización de la producción industrial, la creciente digitalización, los cambios en los hábitos de consumo o la transición energética con las energías renovables en el centro del debate. Estas cuestiones afectan más a uno sectores que a otros, en función de la naturaleza de su actividad, pero hoy en día muy pocas empresas pueden decir que ven un futuro despejado, sin ningún nubarrón en el horizonte. A estos nuevos retos se suman los desafíos comunes y tradicionales de la competencia, la competitividad o la sostenibilidad financiera.

En algunos casos se han podido revertir o limitar las consecuencias de estos procesos gracias a la presión de los propios trabajadores y a la intervención de las autoridades En este contexto, la reducción de la plantilla, con la consecuente merma de los costes laborales, es una de las estrategias que ponen en marchas las empresas cuando vienen mal dadas. En el presente año, hasta 13 sociedades que operan en la provincia han recurrido a los despidos en aras de la supervivencia del negocio o de los beneficios. Más de 3.200 trabajadores han visto amenazado su puesto de trabajo por algún expediente de regulación de empleo (ERE) y más de medio millar lo ha perdido. En algunos casos sí se han podido revertir o limitar las consecuencias de estos procesos gracias a la presión de los propios trabajadores y a la intervención de las autoridades.


Sector de las renovables


Hasta el momento, el ERE que más destrucción de empleo ha provocado ha sido el de la multinacional LM Windpower que recortó 351 puestos de empleo de la planta de Ponferrada, en uno de los golpes más duros para el empleo en la provincia. El conflicto laboral ha dejado una profunda herida en el Bierzo, una comarca que acusa notablemente el cierre de la minería y que lucha por encontrar alternativas.

En el mismo sector de las renovables, el medio centenar de trabajadores de Júpiter Bach en Villadangos del Páramo, pelea ahora para que la empresa derive producción de otras factorías a la espera de que la cartera de pedidos se vuelva a llenar con la explosión ‘verde’ que espera ligada a la transición energética y a los fondos europeos Next Generation. La plantilla ya se salvó del golpe de la deslocalización hace tres años y ahora esperan que se pueda repetir esa situación, aunque en este caso parece que hay menos probabilidades de éxito.


Sector de telemárketing


Uno de las actividades fundamentales para el empleo en la provincia es el telemárketing. Los ‘call center’ de León emplean a más de 4.000 personas en un yacimiento de empleo que ha servido de refugio para miles de trabajadores. La rotación garantiza oportunidades y varias empresas cuentan con algunas de las plantillas más amplias de León. Es el caso de Transcom, que suma más de 800 empleados, pero que ahora está inmersa en un recorte de plantilla que afectará a 110 trabajadores por la cancelación de un programa de Orange.

En el caso de Digitex, fuentes sindicales aseguran que se ha evitado el ERE, pero que se ha recortado el empleo a través de modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo, lo que implica que el trabajador tenga que optar por poner fin a la relación laboral o aceptar los nuevos términos.

Sin salir del sector de las telecomunicaciones, el cierre de tiendas de Vodafone ha supuesto también una destrucción de empleo que, no obstante, podría encontrar acomodo en otras compañías, dada la amplia movilidad que presenta esta actividad.


Sector de banca


El tsunami de despidos de la banca también ha dejado damnificados en León. En este año el BBVA ha cerrado cinco oficinas en la provincia, con 10 despidos, el Banco Sabadell ha cerrado once oficinas, con 17 despidos, y en las 54 oficinas de Unicaja, en la que trabajan alrededor de 500 personas, están muy atentos al ERE para 1.500 trabajadores que ha anunciado la entidad financiera y que puede que encuentre en León uno de los territorios donde recortar más costes.


Sector biotecnológico


Ni siquiera el polo biotecnológico, que está llamado a ser clave en el desarrollo de la provincia, con empleo de calidad y como tractor de la innovación, ha estado a salvo de las turbulencias. Con diez nóminas impagadas cuando estalló el conflicto laboral el pasado año y con el futuro todavía sin definir, la situación de los empleados de Laboratorios Ovejero no es sencilla. La posible compra por parte de Zendal todavía no se ha hecho efectiva.

Ni siquiera la colaboración público-privada garantiza la estabilidad. Inbiotec, que será absorbido por Cesefor, también tuvo que salir a la calle para defender el empleo de los ocho investigadores de uno de los centros tecnológicos que más ha contribuido al desarrollo del polo biotecnológico en León. La Diputación de León y la Universidad de León (ULE) se encuentran entre los patrones del Instituto, que se enfrentó al concurso de acreedores por el descenso en los encargos del sector privado.


Sector servicios


En el comercio, otra multinacional como H&M también ha visto en este año como sus empleados salían a la calle para protesta contra los despidos y las reducciones de horario. Las plantillas de León y Ponferrada mantuvieron el pulso para que no se redujera la calidad de sus empleos y lograron que se modificaran las pretensiones iniciales de la textil sueca.

En otras empresas no han corrido la misma suerte y su situación ha terminado con el cierre. Es el caso de Grupo Norte, que tras solicitar el concurso de acreedores tuvo que afrontar la liquidación de alrededor de una treintena de trabajadores en León.

Esta pérdida directa de empleo se suma la indirecta. Con la reducción de la actividad de las empresas llega la reducción de servicios auxiliares como limpieza, mantenimiento, suministros de todo tipo, etcétera, en una reacción en cadena con daños colaterales para muchas empresas y trabajadores. Además, una de las debilidades de la economía leonesa es la ausencia de empresas de tamaño medio y grande. Apenas hay plantillas que sobrepasen los 300 o 400 trabajadores, mucho menos concentrados en un único centro de trabajo. Esta atomización de la actividad y empleo provoca que estos expedientes se conviertan en auténticos terremotos en la economía leonesa.
Lo más leído