Lo primero que llama la atención en el
Polígono X es su propia configuración.
En León es único por sus características. Se trata de un barrio recogido, bien delimitado por una misma calle,
Moisés de León, que acordona todo su perímetro. Dentro, viales en muchos casos en fondo de saco sirven de único acceso a bloques de viviendas que comparten espacio con bajos comerciales, negocios, algunas empresas –pocas, las que resisten en un barrio diseñado para evitar el bullicio– un amplio parque, una parroquia y un pabellón polideportivo, el Margarita Ramos. "Es un espacio urbano muy especial, residencial, que mira hacia dentro, no hacia fuera", resume Javier García Prieto, el concejal que tiene asignada el área.

De su peculiar distribución habla también el presidente de la Junta Vecinal, Juan Carlos Díez, quien asegura que en los años 80, cuando la Cooperativa Bernesga empezó a desarrollar urbanísticamente esta zona lo hizo siguiendo el esquema "de que fuera un barrio no tanto de paso, sino cerrado", con las ventajas que esto supone, principalmente de seguridad por la falta de tráfico y de ausencia de ruidos. "La Asociación defiende el mantenimiento de este diseño inicial y el 80 por ciento de los residentes están de acuerdo", sostiene. Por este motivo, el intento en 2005 de dar apertura al barrio con una rotonda de acceso fue rechazado masivamente. Los vecinos se echaron a la calle y consiguieron paralizar el proyecto. "La propuesta suponía romper lo que se hizo en su día. Era algo traumático porque se pretendía meter el tráfico de la ronda interior por un sitio por donde no cabía", afirma Díez. Él, consciente también de que existen inconvenientes asociados a esta distribución cerrada, se mantiene firme en su postura y cree que la única actuación que conservaría intacto el espíritu del barrio y contaría con el apoyo de los vecinos cabría junto al polideportivo, donde "se podría dar una salida muy evidente en el plano" que conseguiría dotar a la zona de mayor movilidad. El resto, "virgencita, que nos dejen como estamos" bromea haciendo referencia al dicho. La Asociación defiende el mantenimiento del diseño inicial y el 80% de los residentes está de acuerdoQueda claro que entre los que viven en el Polígono X gusta su diseño, su recogimiento, aunque no todo lo que esto acarrea sea positivo, empezando por su propio desarrollo. Su delimitación frena cualquier posibilidad de crecimiento. "Está edificado al cien por cien", señala el presidente de la Junta Vecinal. Más de 3.000 personas residen en más de un millar de viviendas con un grado de ocupación muy alto. "No se vacían, a veces se han interesado en comprar y nos han preguntado, pero es difícil, siempre se les va dando salida", comenta. "A un paso del centro"Esta zona, que parece que sí resulta muy atractiva para vivir, no seduce quizá al mismo nivel a los negocios, aunque para Díez –que recuerda que el barrio está situado "a un paso del centro", por lo que tiene igualmente muchas cosas cerca– se trata más bien de conocer el barrio y de ajustar a él el modelo de negocio. Así, subraya que "para cierto tipo, los que no buscan una presencia directa de cara al público, como Indra o Telefónica –que llevan años instalados en él– resulta fenomenal porque, por ejemplo, hay sitio suficiente para aparcar, de lo que carecen otras zonas de León". Sí que es conocedor de que "hay gente que tiene locales y que se queja de que tienen poca salida", aunque lo atribuye a una "falta de imaginación". "Los de toda la vida funcionan bastante bien, los que sí fracasan a veces veces son los nuevos. Se producen entradas y salidas muy rápidas, supongo que por desconocimiento del mercado y del propio barrio", argumenta.Javier García Prieto también es consciente de estos altibajos en el Polígono X. "Las expectativas que pudieron surgir en un principio de que pudiera acoger más actividad comercial u hostelera puede que no se hayan cumplido, y desde sus inicios a la actualidad ha habido altibajos, luces y sombras, pero el balance es que se trata de un barrio tranquilo, apacible, que invita a disfrutar del entorno y que cuenta con un parque que es uno de los más bellos de la ciudad", sostiene. Además, como concejal a cargo de este barrio conoce bien sus problemas actuales que, subraya, "son en su mayoría genéricos, los que podrían producirse en cualquier parte de la ciudad, como es el mantenimiento de las calles y de los servicios básicos y que estamos intentando corregir de forma permanente".

Para García Prieto existe además, un plan a resaltar, como es la "intervención integral" comprometida para el
parque Virgen del Camino, el ‘pulmón’ del polígono. Un
espacio de cerca de 23.000 metros cuadrados en el que se van a invertir 72.000 euros para la reparación de fuentes, la reposición de bordillos y adoquinado, la sustitución de mobiliario urbano y trabajos forestales.
Pero si alguien conoce al detalle lo que precisa el Polígono X, son sus vecinos. "Como todos los barrios ha ido envejeciendo y necesita un plan integral de mantenimiento porque si ahora mismo tenemos un bache, en dos años si no se hace nada se convertirá en un socavón", incide el presidente de la Junta Vecinal. Se habían generado expectativas también respecto a la Ciudad del Mayor, proyectada bajo la presidencia de
José Luis Rodríguez Zapatero y que –tras años de impulso y paralización de las obras– está rematada, aunque sin uso. "Hubiera traído movimiento al barrio porque se hablaba de muchos empleos. Mirando al Ministerio creo que va a ser difícil que se le dé salida, tendría que haber una reversión al Ayuntamiento o a la Junta y que ellos tiraran del proyecto y le dieran otro uso, por ejemplo, como centro cultural, que es algo necesario para el barrio", apunta Díez. Además, hace hincapié en que en esta zona se ha invertido "poquito para el IBI" que pagan y, entre las pequeñas obras que los vecinos ven más urgentes, se encuentra desplazar las aceras de las farolas entre los bloques 2 y 7; una mayor vigilancia para que los dueños de los perros recojan los excrementos; renovar los cubos de basura; la apertura del polideportivo en verano; la bajada del IBI y la revisión del valor catastral; la poda de árboles próximos a las viviendas; más mobiliario urbano o el arreglo de las zonas de estacionamiento. De todo ello ya han dado cuenta al Ayuntamiento.