Las misas con Rubén como cura son pura alegría, lo que él es. Sabe llegar a la gente de manera sencilla y sin perderse en exceso en los versículos de las Sagradas Escrituras. Lo de él es predicar con el ejemplo. Cercano, auténtico y sin dobleces. Esa naturalidad que derrocha es la que le ha hecho merecedor del cariño de Garafia y la que ha provocado que los vecinos hayan recogido firmas en Change.org para evitar su traslado al municipio cercano de Barlovento. A pesar del empeño no lo han conseguido y ayer por la tarde Rubén hacía las maletas para cambiarse a las nuevas parroquias. Eso sí, a él la ilusión no se la quita nadie.
Me hace gracia cuando otros curas dicen que los jóvenes no van a misa ¡Hay que ir donde están ellos! A la pregunta de «¿por qué te hiciste cura?» responde socarrón y entre risas: «Porque Megan Fox no me quiso». Y después de bromear recuerda a un párroco que hubo en San Pedro de los Oteros que fue el que le inculcó la fe que ahora mueve jóvenes. León está presente en sus palabras cada vez que habla y seguro que también en sus oraciones aunque para él «no todo es rezar» y está más preocupado en «ser persona y en acercarse a la gente». Por eso no duda en ir de fiesta con los chavales del pueblo o en acompañarles a pescar y a merendar al puerto o a las cuevas. «Aquí en vez de bodegas tienen cuevas y en vez de prieto picudo, tienen solo prieto, una uva muy parecida que ya están vendimiando», cuenta con pasión y cariño como cuando habla de los gemelos de Garafía, unos hermanos de los que él fue padrino de confirmación y que paradójicamente le han bautizado a él como Tito. «Tienen mucho flow y son unos vacilones así que siempre les digo: si vais a las fiestas de Matadeón os ligáis a todas». Se declara encantado con La Palma y «muy orgulloso» de la gente de Garafía. «Estoy muy agusto aquí, cuando tienes todo lo que necesitas acabas sacando lo mejor de ti y es un poco lo que me ha pasado», explica. Es recíproco. Los vecinos del pueblo dicen de élque «ha combinado a la perfección sacarle una sonrisa a los mayores y disfrutar con los jóvenes, a la misma vez que colabora con todos los actos que se organizan en el municipio, sin dejar atrás sus responsabilidades como cura».

"¡Hay que ir donde están ellos!"
En La Palma está encantado pero todos los veranos se escapa unos días a su tierra, a León. Allí en los Oteros fue donde se crió pero volver a su tierra es algo que no se plantea. Echa de menos las fiestas de Matadeón y las bodegas, pero no extraña nada el frío. Su actitud de cercanía no es bien recibida por todo el mundo e incluso genera suspicacias pero él lo tiene claro: «La sabiduría se justifica por sus hechos». «Me hace gracia cuando otros curas dicen que los jóvenes no se acercan a la Iglesia. ¡Hay que ir donde están elloss!», dice convencido de que es lo mejor.
Rubén Gallego bromea y dice que si se metió a cura fue porque Megan Fox no le quisoCon el revueloque se hamontado en las redes sociales por los vecinos de Garafía para evitar la decisión del Obispado, Rubén Gallego se ha hecho muy mediático y ha intervenido en radios y prensa junto a vecinos a los que les sobran razones para pedir que se quede. Dice que su hermano le ha dicho «ten cuidado que de éxito también se muere» pero él tiene los pies en la tierra y recuerda entonces aquella cinta de Julio Iglesias que le regaló su tío Dacio y en la que cantaba: «Vuela amigo, vuela alto, no seas gaviota en el mar... y aprovecha el viento cuando sopla a tu favor».
«Hay gente a la que es fácil querer y otra a la que es muy difícil no quererla»,dice él, a quien sería difícil colocarle en uno de los dos bandos y si no que se lo pregunten a los gemelos de Garafía, o a las tres mujeres que le limpian la iglesia, o a los niños que hicieron la comunión y les pidió que llevasen unas gafas de sol para la foto. Lo mismo pensarán dentro de nada en Barlovento y en cualquier otro pueblo por el que todavía tenga que pasar: Rubén es un cura ‘como Dios manda’.