Un año y casi 2.000 muertos después

El 1 de marzo de 2020 salió a la luz el primer caso de Covid-19 en León, un camionero que viajó a Italia diagnosticado en El Bierzo. Desde entonces son ya 37.000 los contagiados

C. Centeno / M. Iglesias
01/03/2021
 Actualizado a 01/03/2021
El primer paciente con Covid-19 fue trasladado del hospital del Bierzo a León, donde ingresó en una UCI. | L.N.C.
El primer paciente con Covid-19 fue trasladado del hospital del Bierzo a León, donde ingresó en una UCI. | L.N.C.
«Un transportista de 62 años que viajó a Italia, primer caso de coronavirus en León». Ese fue el titular con el que hace justo un año este periódico anunciaba que la pandemia hacía acto de presencia en la provincia mientras la Junta alertaba aquel 1 de marzo de que habría «más contagios». El hombre entró en Urgencias dos días antes de recibir el resultado de la infección con un cuadro que no correspondía con los síntomas habituales de la enfermedad. El jefe de Urgencias en el Hospital El Bierzo, José Ramón Casal Codesido, recuerda que cursaba sin fiebre y sin sintomatología respiratoria y «había mucho desconocimiento». «No sabíamos que había estado fuera de España y hubo cierta confusión, hasta que a alguien se le encendió la bombilla», explica. En ese momento se le realizaron pruebas, que entonces tenían que salir fuera de la provincia para ser analizadas, y llegó el positivo. Comenzaba así una carrera contra un virus que está lejos de desaparecer.

Por suerte, Casal Codesido asegura que el personal que le trató no se contagió, aunque las medidas que se adoptaban no eran tan estrictas como las actuales y «tuvieron que estar todos en cuarentena y aislados». Aquel caso «nos puso las pilas». Él ya estaba en la dirección del Comité de Expertos de Castilla y León y todos se remangaron para luchar contra un problema «que parece mentira que llevemos un año con él», dice. «La verdad es que tuvimos suerte, porque aquello nos hizo acelerar la toma de decisiones». Desde entonces, reconoce que ha pasado un año duro «y cuando todo esto pase tendremos que reflexionar sobre ello». Lo hace a la espera de que llegue una cuarta ola, que asegura que sí vendrá «y no habrá que esperar a Semana Santa, lo hará en cuanto nos relajemos». Por eso, su mirada ahora está puesta en las medidas que adopten los ciudadanos porque «todo depende de lo que haga la población».

Aquellos días, la amenaza de la pandemia acechaba a la provincia, que empezó a mirar con temor la evolución de otros países para pensar en lo que se avecinaba. A pesar de ello, las primeras jornadas de marzo transcurrieron con una calma tensa. Los acontecimientos se aceleraban día a día. Llegaron los primeros protocolos en los centros de salud para atender a pacientes con síntomas, que tenían que llamar previamente por teléfono y quedarse en casa. Los lineales de los supermercados comenzaron a mostrar que algo pasaba. El miedo a que el virus se descontrolara se convirtió pronto en una realidad que comenzó a llevarse por delante los planes próximos: se suspendían las clases, la Semana Santa y todos los eventos previstos para, al menos, lo que restaba de mes. Aunque los catorce días del primer confinamiento, erigida palabra del año, invitaban a ver la luz a final de un túnel por el que todavía se discurre. Pasó el estado de alarma, se concluyó la desescalada hacia lo que avisaban sería ‘nueva normalidad’ y no antigua, los primeros brotes sorprendieron a medio verano y sin dar por concluida la segunda ola, se entró en la tercera. La esperanza llegó a finales de año en forma de vacuna contra el virus, que ha logrado inmunizar desde el 30 de diciembre a casi 14.500 leoneses, a los que se ha administrado ya las dos dosis, en una campaña pendiente de la llegada a cuentagotas de viales. 365 días después de aquel primer caso y tras el envite de tres olas, la provincia roza los 2.000 muertos oficiales por coronavirus. El primero fue un varón de 86 años, que falleció en el Complejo Asistencial de León solo un día después de que se paralizara el país para frenar la pandemia. El Covid-19 se ha llevado por delante desde entonces la vida de 1.996 personas, según las cifras de mortalidad de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, de las que 1.106 se han ido en los hospitales, a las que se suman los decesos registrados en domicilios y residencias de mayores. La mayoría superaban los 80 años (840 mujeres y 687 hombres por encima de esta edad han fenecido a consecuencia del virus en la provincia). Además, las dos zonas básicas de salud de La Bañeza, la comarca más castigada especialmente en la primera ola, son las que mayor mortalidad acumulan con un total de 286 fallecidos.También han sido, desde entonces y hasta este domingo, 37.011 los leoneses contagiados, una cifra oficial que podría ser mucho más abultada teniendo en cuenta la última oleada del estudio de seroprevalencia que el Ministerio de Sanidad realizó a mediados de diciembre. En él se calcula que el 9,7% de la población de la provincia habría tenido el virus, lo que afectaría a 44.500 personas, a las que habría que sumar los infectados desde comienzos de este año, que acumula alrededor de un tercio de todos los positivos de la pandemia.En estos momentos, la tercera ola parece dar sus últimos coletazos en la provincia. Los datos remitidos este domingo por Sanidad mostraron una reducción de los contagios que se vio reforzada, además, porque los hospitales de la provincia no registraron ningún fallecido por Covid-19, algo que no ocurría desde el pasado 5 de enero. Fueron 18 los nuevos casos notificados en la provincia, una cifra que recuerda también a los últimos días del año pasado, todos ellos de personas con síntomas diagnosticados en la jornada previa. Así, se superaron los 37.000 contagios oficiales y sigue mejorando la situación epidemiológica de la provincia. Concretamente, la incidencia acumulada se sitúa en 224 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días, por lo que este indicador se asienta en nivel de riesgo ‘alto’. También cae a 94 positivos por 100.000 vecinos el mismo dato referente únicamente a los siete días previos. Además, baja la positividad de las pruebas realizadas en la última semana al 14% y el 70% de los positivos son rastreables. En cuanto a la situación de los hospitales, las cifras variaron poco en la última jornada, sin que se contabilizaran muertes ni altas de pacientes con coronavirus ni en el Complejo Asistencial de León ni en el Bierzo. En el primero de estos centros son 86 los enfermos contagiados que se encuentran en planta y otros 21 están en UCI, donde hay un total de 48 enfermos con una ocupación del 63%. Por su parte, en el Hospital del Bierzo son 27 los pacientes con Covid-19, de los que quince están en planta y doce en unidades de críticos, en las que hay un total de catorce enfermos por lo que la ocupación se sitúa en el 61%.
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