Un error en la documentación técnica llevó a ampliar el plazo para la presentación de ofertas, pero el Ayuntamiento de León ya puede empezar a valorar las ofertas de las tres empresas que aspiran a ejecutar la remodelación de la plaza Mayor de la Constitución Española.
Son concretamente Prace, Geoxa y Martín Holgado las constructoras que se han interesado en acometer una inversión que está valorada inicialmente en 1,9 millones de euros (IVA incluido).
Cuando las máquinas de una de estas empresas entren a la plaza Mayor de la Constitución Española (será a lo largo de este verano, tras la adjudicación de las obras y con la Semana Santa como horizonte), habrán pasado poco más de dos décadas desde que se inauguró su última remodelación, que llegaba tras la construcción de un aparcamiento subterráneo cuya estructura precisa ya una nueva impermeabilización y ha provocado importantes desniveles en un pavimento que se encuentra a día de hoy en un estado manifiestamente mejorable.
Y esos son precisamente los tres problemas que pretende resolver la actuación que está impulsando el Ayuntamiento de León y que se encuentra actualmente en fase de licitación con el objetivo de redactar el proyecto de ejecución y acometer posteriormente la obra para rehabilitar un espacio emblemático que forma parte del Conjunto Histórico de la Ciudad Antigua de León.
Como ya se mencionaba al inicio, el firme de la plaza Mayor ha ido repisando progresivamente en su perímetro –que se asienta sobre terrenos compactados– y presenta grietas y diferencias de altura con respecto al centro, donde se encuentra la estructura del aparcamiento subterráneo. Garantizar su impermeabilización es precisamente otro de los objetivos de la actuación, puesto que en los últimos años se han detectado filtraciones de agua que han provocado humedades en las dos plantas de un espacio que dispone de capacidad para 255 vehículos.
Y resolver estas dos patologías que presenta actualmente la plaza será posible mediante la renovación integral del pavimento. Los técnicos municipales reconocen ahora el mal comportamiento que tiene la piedra caliza utilizada en la rehabilitación de 2001 en una ciudad con importantes oscilaciones térmicas y en la que las heladas son habituales durante el invierno, lo que provoca además que los abujardados del pavimento se pierdan con celeridad y han hecho que sea mucho más resbaladizo.
Se había apostado entonces por piedra caliza en colores gris y rosa que se distribuyó formando diferentes cuadrículas, dibujo que se mantendrá en el nuevo proyecto. Además, existe una zona de adoquín de granito que sirve para el acceso de vehículos que tienen permitido el acceso puntual a un espacio que ya es peatonal pero que tiene numerosos usos económicos o sociales que requieren el acceso de vehículos.
La memoria técnica establece que el 40% de la superficie de la plaza cuenta con un pavimento irrecuperable debido a la rotura de las piedras. Mientras, el objetivo pasa por reutilizar el resto en otros puntos de la ciudad. Con la renovación de los pavimentos se aumentan además los espesores a diez centímetros, como se ha hecho en otras actuaciones como las de la calle Carreras, la avenida de Los Cubos y la Era del Moro. Una losa se puede partirse por muchos motivos, como las heladas, porque al final el agua entra por alguna fisura y acaban reventando, pero también por el peso de los vehículos en una plaza con mucho uso y espesores insuficientes», detallan los técnicos encargados de elaborar la memoria.
El proyecto de ejecución que se va a redactar ahora apostará exclusivamente por un pavimento de granito en dos tonos, gris oscuro y dorado, similares por tanto a los utilizados en su día en la plaza de San Marcos. Se trata de un material que a priori soporta mejor los rigores del invierno y los importantes saltos que experimenta el termómetro en otras épocas como el inicio de la primavera y el otoño.