Tío Caquicho:Gitano cabal

José García Borja, el recordado Tío Caquicho, patriarca de la Comunidad gitana de León, es una verdadera leyenda pero no solo en su pueblo sin Estado, también en quienes acudieron a sus sabias sentencias de gitano veraz y sabio, un hombre cabal

07/04/2024
 Actualizado a 07/04/2024
José García Borja, El Tío Caquicho fue presidente del Consejo Gitano, un pueblo que mañana lunes celebra  su Día Internacional . | Mauricio Peña
José García Borja, El Tío Caquicho fue presidente del Consejo Gitano, un pueblo que mañana lunes celebra su Día Internacional . | Mauricio Peña

Dice la ex concejala María Hernández, gitana, que una de las reivindicaciones de su pueblo es que se conozca y respete la cultura gitana

A veces estas frases parecen genéricas, pero si has tenido la suerte de ver llegar a Tío Caquicho para mediar en una situación de conflicto, de ver la veneración con la que le miraban los suyos, el respeto con el que le escuchaban y la esperanza que en su saber y bonhomía ponían todos entonces tienes muy claro que existe una cultura gitana, y que tiene muchos de puntos de conexión con aquella vieja cultura comunitaria de nuestros pueblos cuando en sus concejos escuchaban a los hombres buenos... y les hacían caso hasta hacer de su palabra ley.

Como las palabras de Tío Caquicho eran ley para el pueblo gitano de León, una ley que respetaba el gran lema de este pueblo: paz y convivencia. "La solución a todos los conflictos es que haya respeto para poder convivir entre gitanos y no gitanos (a él le gustaba más que payos)". 

Sólo una vez entrevisté a Tío Caquicho, en Navatejera, donde nació en 1927. "Aquí nació mi apodo de Caquicho, viene de aquellos años en los que jugábamos a los gichos... y de gichos y nuestra habla gitana a caquicho es fácil dar el salto".

Es difícil olvidar aquella entrevista, la paz que parecía sembrar aquel hombre a su alrededor, el respeto de todos los que se acercaban a saludar, gitanos y no gitanos, su sonrisa disimulada por su bigote. 

- ¿Desde cuándo en la mediación de conflictos?

- Desde siempre. Era un chavalete y ya me llamaban para interceder, no me gustaba nada que los problemas fueran creciendo por no hablar.

- ¿Cómo aprendió?

- Escuchando a los mayores, los mayores son nuestros sabios y no les escuchamos. Se podrá aprender leyendo pero yo casi no tuve tiempo de aprender a leer, la vida apretaba en sus prisas.

A él sí le escuchaban. Ése era su gran tesoro, ésa era la causa por la que le llamaban.

La vida apretaba, decía Tío Caquicho, y él la apretó aún más. Con 24 años se casó con su novia de 17 y tuvieron 16 hijos, que fueron dejando en su regazo a 58 nietos y cerca de treinta biznietos. 

Y así se fue ganando el título de "tío", que en el pueblo gitano es de los más preciados, sino el que más, aunque a José García Borja no le faltaron reconocimientos llegados desde ‘su pueblo’, ya que fue presidente del Consejo Gitano de León y miembro del Consejo Gitano de España, lo que popularmente definíamos como ‘el patriarca’, palabra que se acerca mucho a cómo le sentían las gentes. 

Pedro Puente, que trabajó con él codo con codo en el Secretariado Gitano le escribió una carta de despedida cuando José falleció, el 28 de octubre de 2.006, y fue despedido en un multitudinario entierro en la Iglesia de Las Ventas. En ella se podían leer párrafos como: "Se nos ha ido a la eternidad el ‘Tío’. En la comunidad gitana hay muchos tíos. ‘Tío’ es la persona mayor de una familia extensa o clan familiar, así está el Tío Juan, el Tío Antonio, el Tío Ignacio y otros, pero en la comunidad gitana de León cuando ayer corrió la noticia de que había fallecido el ‘tío’ no necesitaba sobrenombre, todos gitanos y no gitanos  sabíamos quién era, había fallecido el Tío Caquicho. Del quehacer del ‘Tío’ sabemos muchas cosas a través de los medios de comunicación locales y nacionales. Él siempre estaba dispuesto a comparecer allí donde se lo demandaban para poder aportar un ‘granito positivo’ en favor de todos". 

Y acababa definiendo así al fallecido: "Muchas son las horas de trabajo compartidas con este gitano cabal, transmisor de las costumbres, leyes y cultura gitana".

Tío Caquicho pensaba las palabras, sabía que tenían trascendencia y muchas veces las paría en medio de silencios. 

- ¿Hay que seguir apostando por la convivencia entre gitanos y payos?

- Siempre. Pero también entre negros y blancos, entre todos.

- ¿Entre ricos y pobres?

Sonrió. Cogió el bastón. Respiró paz e invitó: "¿Hace un café?". Y ya de camino se detuvo y musitó: "También entre ricos y pobres, claro, pero el que más tenga que más ponga". 

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