Esta situación provoca que "que un elevado número de trabajadores estemos tomando ansiolíticos y otras medicinas para poder realizar el trabajo" Los representantes legales de los trabajadores explican que las prácticas irregulares de los coordinadores llegan al punto de llamar directamente "a casa" a los empleados de baja para preguntar los motivos de las mismas. En este sentido, en la denuncia se explica que el incumplimiento del convenio y de LPRL "está acarreando muchos inconvenientes a nivel tanto físico como psicológicamente". Esta situación provoca que "que un elevado número de trabajadores estemos tomando ansiolíticos y otras medicinas para poder realizar el trabajo y evitar una baja médica ya que en la actualidad hay un elevado número de trabajadores en situación de baja médica". El principal motivo que esgrimen desde el comité de empresa para explicar el aumento de las dolencias tanto a nivel físico como psicológicamente está en la reducción de las "pausas" fijadas en convenio para hidratar la garganta, tomar notas o descansar la vista. El tiempo reglamentario entre llamadas ha de ser de 23 a 35 segundos, pero en Telemark se sucede "una llamada tras otra sin ningún tipo de espacio". Explican que la limitación de estos tiempos intermedios llegan al punto de que los trabajadores tienen que pedir permiso para poder ir al baño o a por agua.
Aunque la situación se ha agravado en las últimas fechas tampoco es nueva. En la denuncia se explica a la Inspección de Trabajo que la empresa nunca ha querido tratar los riesgos psicosociales en las reuniones de prevención de riesgos laborales, incluso cuando el propio comité a través de los delegados han intentando incluir este asunto en el orden del día. La presidenta, Celia Santo Tomás (USO), y la secretaria, Vanessa Bayón (CSIF), del comité de empresa, explican que la dirección de la empresa nunca responde a estas cuestiones y que en los últimos cuatro años tan solo han podido dialogar en dos ocasiones con la dirección general. No obstante, la mayor parte del comité de empresa ha sido destinado al mismo proyecto. Además los trabajadores explican que las presiones van más allá del proyecto de Cruz Roja. En el de Línea Directa se excluye del sorteo para los festivos a los empleados que no van voluntariamente a trabajar los sábados.
Política del miedo
La presión no se limita al incumplimiento de las normas. Los trabajadores aseguran que algunos coordinadores descalifican abiertamente a las trabajadoras de forma pública. Es habitual, explican, colocar los resultados de cada empleado en una pizarra con ‘emoticonos’ de caras tristes junto a los nombres de los que tienen menos ventas. La representación legal explica la inexistencia de denuncias individuales por el miedo a los despedidos ante la falta de oportunidades laborales y las condiciones personales "complicadas" de muchos afectados.
