Hicieron falta un total de 19 días para extinguir el incendio que conmocionó buena parte de las localidades de los montes del Teleno, desde Castrocontrigo, donde se originó el fuego, hasta Tabuyo, donde hubo decenas de afectados. Como Jessica Monroy, que entonces tenía, junto a su novio, 12.000 pinos, pero que tras las llamas sólo les quedaron un millar. Ahora, junto a otras cinco personas, han formado Pinaster, una cooperativa que pretende aunar esfuerzos para "poder seguir viviendo en el medio rural" con la actividad que ya les ocupaba: la recogida de resina.

Junto a ella, se acumulan decenas de troncos quemados para venderse entre los vecinos para emplearse como leña, aunque también, y como contraste de lo que es la regeneración de la zona, están saliendo ya algunos pinos que pronto estarán a una altura considerable, como los que todavía generan resina.
La recuperación de los pinos, como en los que ayer trabajaba Jessica, les permitió seguir con la actividad, pero también destaca que los seguros no les compensaron las pérdidas puesto que no incluían la resina, las ayudas no llegaron y "sólo se contrató a una persona de todos los pueblos para los trabajos de recuperación, cuando dijeron que iban a ser todos de la zona", se lamenta.
Eso sí, ahora se muestra orgullosa de que han «luchado» para seguir viviendo en la zona, puesto que «la resina es rentable». Lo dice mientras no para de trabajar en algunos pinos junto a Tabuyo, mientras sus compañeros están cerca, a decenas de metros. Recuerda además que la campaña «es de marzo a noviembre». Eso sí, también apunta que el miedo lo tienen ya metido en el cuerpo, como cuando hace quince días un rayo prendió el monte y de nuevo llegó el temor a otra catástrofe como la de hace tres años, aunque en este caso las brigadas "fueron rápidas y eficaces" para apagar el fuego.
Y es que si se continúa por la carretera que une Tabuyo con Torneros de Jamuz, aparece la sede de las Brif y pocos metros después el Aula de la Naturaleza. Allí también se pueden comprobar vestigios del devastador incendio, aunque el verdor de los arbustos y de la maleza va tapando poco a poco el ennegrecido suelo. También hay árboles quemados, que ni se han cortado ni tampoco tienen vida, aunque su poca altura y su escaso grosor hacen intuir que su escaso valor hace que puedan estar ahí durante años.
Teníamos 12.000 pinos, pero tras el incendio nos quedamos con mil; ahora tenemos una cooperativa El 90% de las 11.700 hectáreas que ardieron aquellos días eran de pinos resineros, muchos de ellos convertidos en madera pero que otros resistieron pese a la voracidad de las llamas. Hicieron falta más de mil efectivos de la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Medio Ambiente, la UME, la Guardia Civil y la Diputación de León para aplacar la fuerza del fuego, que a punto estuvo de acabar con uno de los principales motores económicos de las comarcas de La Cabrera y La Valduerna. Bien lo saben en la cooperativa micológica que regenta El Comedor del monte de Tabuyo. Una de las cinco socias, Marisa Rodríguez, explica que "ya el incendio del 98 fue un palo, pero justo cuando se estaba recuperando llegó el del 2012, con un daño impresionante». Como ejemplo para su propia actividad económica destaca que ahora la producción "es mucho menor", a la vez que "se necesitan 25 años como mínimo para producir las primeras setas, y no boletus, sino de menor valor".
Además, "ahora hay que ir a buscarlas más lejos, y son más caras, ya que los precios los marca el mercado". En conclusión, las cinco socias tienen «menos ganancias» porque no pueden subir los precios de sus productos o de los menús del restaurante.
Otro aspecto a destacar es que esta cooperativa, especializada en la elaboración de todo tipo de conservas, también se vio afectada por el descenso de visitantes a la zona para actividades de ocio y tiempo libre. Eso sí, reconoce que "la gente fue muy solidaria en ese momento", mostrando todo su apoyo y no abandonando así como así la zona afectada. "Merece la pena ver cómo se va regenerando el monte", explica Rodríguez. Ypone como ejemplo el pinar de Tabuyo, que "es autóctono, pero hace falta inversión para que sea ordenado y productivo". Por eso, insta a las instituciones a que colaboren para que el trabajo se haga de la mejor forma posible, reclamando así unidad de acción a la Junta Vecinal, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Castilla y León. Todo para lograr el objetivo de que "la gente joven se quede a vivir aquí".
En la misma idea incide el pedáneo de Tabuyo, Ángel Abajo, que pretende que "todas las juntas vecinales se unan para se pueda trabajar". Y por eso reclama a la Junta "que invierta el dinero en los montes".