Solo el 10% de los cazadores de León se federa

Las licencias de caza expedidas en la provincia rondan los 20.000 permisos, pero la delegación de la Federación cuenta actualmente con menos de 3.000 fichas de alta

D.L. Mirantes
02/01/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Dos aficionados durante una jornada de caza con sus perros recorren tierras de cereal en busca de ejemplares de caza menor. | ICAL
Dos aficionados durante una jornada de caza con sus perros recorren tierras de cereal en busca de ejemplares de caza menor. | ICAL
El de los cazadores es uno de los mayores colectivos deportivos de la provincia con alrededor de 20.000 licencias expedidas por la Junta de Castilla y León cada año. Sin embargo, la delegación provincial de la Federación cuenta con menos de 3.000 fichas, alrededor del 10% de las personas que practican algún tipo de caza en León. Según reconoce el delegado provincial de la Federación de Caza de Castilla y León, Miguel Fierro Casado, la inscripción en la federación no es muy popular entre los cazadores de la provincia, a pesar de los beneficios que ello puede reportar tanto a nivel individual como colectivo para quienes practican la caza en León.

Más allá de las cifras, en la federación preocupa la pérdida de peso de un institución "legitimada" para representar al colectivo ante las Administracionesy otros agentes implicados en la actividad cinegética como pueden ser las compañías aseguradoras o las asociaciones de ecologistas. Miguel Fierro recuerda que "la defensa de los derechos de los cazadores" ha sido siempre la prioridad de las federaciones, pero que además se encargan de otros servicios muy ligados a la seguridad, no solo para quienes practican la caza, sino para todos los que puedan estar relacionados, de una forma u otra con ella. En este sentido, explica que la diferencia entre estar federado, cubierto por el seguro de la Federación, o contratar un seguro privado es de unos cinco euros y, sin embargo, las coberturas son mucho menores en el segundo caso, con el consiguiente perjuicio para todas las partes envueltas en un eventual accidente. Por ello, Fierro muestra su preocupación por los cambios en la "sensibilidad" de los tribunales en los temas relacionados con la caza y el aumento de las condenas en términos económicos observado en los últimos años. Explica Fierro que en caso de accidente el importe de la indemnización suele ser mucho mayor del mínimo que cubren los seguros, lo que puede agravar el problema tanto para el cazador como para las eventuales víctimas.

Por otra parte, Miguel Fierro recuerda que las federaciones han sido parte esencial en el proceso legislativo para regular la responsabilidad de los cotos en los accidentes de tráfico con presencia de especies cinegéticas, uno de los mayores riesgos para la seguridad vial en la provincia y que cada año deja cientos de episodios, que suelen acabar en complicados procesos legales.

La formación es otro los asuntos clave en la labor de la federación. Cabe recordar que la delegación de León ha sido pionera en uno de los aspectos fundamentales para garantizar la seguridad de los participantes en las cazerías y el entorno en el que se desarrollan. La delegación leonesa ha sido la primera en contar con un espacio radioeléctrico para sus sistemas de radio y telecomunicaciones desarrollando un modelo que se ha tomado como referencia tanto a nivel autonómico con en comunidades vecinas.

Las bajas tasas de federados preocupan además de cara a los cambios en el modelo y los retos futuros a los que se enfrenta la actividad cinegética. La nueva licencia interautonómica (un único permiso válido para Aragón, Asturias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia y Madrid) aleja todavía más la gestión la caza de los lugares en los que se práctica con los desafíos que ello conlleva. Pero los cambios administrativos no son los únicosa los que tienen que hacer frente el sector cinegético. El relevo generacional es otro de los asuntos prioritarios en la agenda de los responsables de la caza. La falta de socios jóvenes en los cotos compromete el futuro de la actividad en los términos en los que actualmente se desarrolla y plantea la necesidad de implementar respuestas como la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones sobre esta actividad "fundamental" para el Medio Ambiente.
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