La concejala de Comercio, Consumo y Fiestas del Ayuntamiento de León, Camino Orejas, ha presentado este lunes el borrador de la nueva ordenanza que regulará las mil terrazas y los demás elementos auxiliares que utiliza el sector de la hostelería a la hora de trasladar sus negocios a la vía pública.
Dicho borrador ha sido presentado a los demás grupos políticos con el fin de que puedan realizar aportaciones antes del debate pasa su aprobación inicial, que en principio estaría previsto para la sesión plenaria de finales del presente mes de febrero. “Queremos que sea una ordenanza de todos y para la ciudad, por lo que buscaremos el máximo consenso y esperaremos en caso de que sea necesario”, ha apostillado la edil.
La nueva ordenanza se ha redactado durante el último año y medio y atiende fundamentalmente a la necesidad de cumplir la normativa en materia de accesibilidad y de regular las nuevas terrazas que se habilitaron en las plazas de aparcamiento en el marco de la pandemia de coronavirus.
Orejas ha destacado en primer lugar que se busca una ciudad accesible y que por eso las terrazas ubicadas en la calzada deberán contar con una tarima que iguale su altura a la de la acera. Además, ha recordado que la normativa exige un itinerario accesible de 1,8 metros de anchura desde la fachada de los edificios, por lo que no podrá haber terrazas en aceras que no tengan espacio suficiente para cumplir este requisito. “Si la acera no es suficientemente ancha como para preservar esos 1,8 metros, las terrazas podrán instalarse en la calzada en caso de que haya plazas de aparcamiento, pero habrá calles en las que no haya espacio ni de una manera, ni de la otra”, detalló Orejas
En todo caso, en las zonas peatonales y las plazas sí se permitirá que las terrazas estén al lado de los edificios, aunque siempre que el itinerario peatonal accesible esté garantizado por el centro de las mismas.
En cuanto a la altura, la normativa en materia de accesibilidad exige 2,2 metros, por lo que toldos y sombrillas no podrán estar colocados en niveles inferiores, según ha detallado la concejala.
Además, a nivel general, ha indicado que la ordenanza permite las terrazas sin anclajes y fácilmente desmontables. “Estamos hablando de un espacio que es público y que debe seguir siéndolo”, apostilló Orejas.
También se modifica la superficie de ocupación en las plazas y la distancia con respecto a otros elementos urbanos. El borrador regula además criterios estéticos (se apuesta por una variedad cromática en tonos crudo y tierra), la exhibición publicitaria en las terrazas, que en algunas zonas llegará incluso a estar prohibida, y los calefactores, que tendrán que ser ambientalmente sostenibles.
Otro de los aspectos clave del nuevo texto es que las terrazas tendrán que estar delimitadas en para evitar excesos de ocupación y contarán con sonómetros para evitar que se superen los niveles de ruido permitidos (las mesas y las sillas tendrán que tener tacos de goma en las patas para generar menos molestias en su montaje y desmontaje). Además, se establece la obligatoriedad de mantener las terrazas en unas condiciones adecuadas de limpieza.
Ya a preguntas de los periodistas, Orejas explicó que la ordenanza distingue entre terrazas en calles normales, peatonales y plazas. En cuanto a las primeras, además de preservar siempre los 1,8 metros de itinerario accesible desde las fachadas, cabe destacar que las instaladas en las plazas de aparcamiento (nunca podrán ocupar más de un tercio de las que haya en la zona) tendrán que estar cerradas por tres de sus lados para que los clientes sólo puedan salir por la acera. Además, tendrán que ser transparentes a partir de los 90 centímetros de altura para que se pueda ver el tráfico que circula por la calzada y no restar visibilidad a los negocios de la calle.
En términos generales, cabe destacar que la superficie de la terraza no podrá superar a la del interior del local que la gestione. Además, la ordenanza obliga a prestar el servicio de terraza, por lo que tendrá que atenderse en todo momento por el personal del establecimiento. “El sector de la hostelería va a prestar un mejor servicio y los vecinos van a ver reducida la ocupación en las plazas y van a disponer de terrazas más seguras y con mejor estética”, argumentó la concejala.
En cuanto a las sanciones, la principal novedad de la ordenanza es que incluye la posibilidad del cierre temporal de la terraza a mayores de la sanción económica. “En determinados casos, al establecimiento le compensa pagarla”, admitió Orejas.
Las infracciones leves conllevarán el pago de hasta 750 euros y/o el cierre temporal durante un me, mientras que las graves oscilarán entre 751 y 1.500 euros y la posibilidad de tres meses de cese de actividad de la terraza. Finalmente, las multas por infracciones muy graves irán de 1.501 y 3.000 euros y/o el cierre durante tres meses o incluso la extinción de la licencia.
En cuanto a las terrazas que no se suelen utilizar en invierno y que hasta ahora seguían ocupando plazas de aparcamiento, Orejas indició que la ordenanza incluye la posibilidad de que se desmonten o reduzcan su superficie en los meses más fríos del año, lo que haría que el hostelero pagara menos tasa y que hubiera más sitio disponible para estacionar.
En cuanto a las tasas, la concejala detalló que se está elaborando un estudio económico que las regule, pero recuerda que las actuales datan de 2011, cuando se redujeron a la mitad por la crisis económica que atenazaba entonces la supervivencia del sector hostelero. “Desde entonces no se han tocado y está claro que se van a tener que actualizar en función de ese estudio económico, pero evidentemente no se van a subir de igual manera en los barrios que en el centro porque los negocios no tienen los mismos niveles de actividad”, agregó.
En cuanto a los horarios, se adelanta el de apertura a las ocho de la mañana (el decreto dictado durante la pandemia ya había establecido este cambio, pero no figuraba en la anterior ordenanza, que establecía las 10:00 horas) y se adelanta media hora el cierre entre semana en temporada de invierno, que pasará situarse en las 23:30 horas).
Concretamente, el horario invernal irá desde las ocho de la mañana hasta las 23:30 horas de domingo a jueves, mientras que viernes, sábado y vísperas de festivo se deja hasta la medianoche. En verano (desde el viernes anterior al Domingo de Ramos hasta el 31 de octubre) el horario de domingo a jueves será hasta la 01:30 horas, mientras que viernes, sábados y vísperas de festivos se alargará hasta las 02:00 horas.
Cuando llegue la hora de cerrar, el borrador de la ordenanza establece que mesas, sillas, sombrillas y elementos asimilados y auxiliares serán recogidos diariamente en el interior del local al que pertenezca la terraza o en local habilitado". En todo caso, se admite también que, en caso de imposibilidad acreditada para cumplirlo, podrá autorizarse “de manera excepcional y mediante el pago de la tasa correspondiente el almacenamiento en la vía pública, fuera del horario de ejercicio de la actividad, de los elementos de la terraza que no puedan almacenarse en el interior del local, siempre y cuando ello se realice en las adecuadas condiciones de seguridad y no produzca afección significativa al uso común, a la estética urbana ni, en general, a cuantas consideraciones integran el interés público".
A partir de ahora, los establecimientos tendrán hasta el 31 de diciembre para ajustarse a la normativa y realizar las inversiones que sean necesarias para ello. Lo que ya estén adaptados a la inmensa mayoría de los preceptos, es decir, las terrazas de siempre, tendrán que presentar únicamente una declaración responsable. Mientras, las nuevas terrazas habilitadas durante la pandemia deberán presentar una nueva solicitud.