Un caso habitual en el ecosistema de quienes aspiran a una plaza fija en un instituto o colegio público. Una situación de la que, la también leonesa Belén Alonso (25 años), ha querido escapar presentándose en una comunidad menos extensa y con «más trabajo», como es la madrileña. «Yo me presenté a las opos de infantil el año pasado, tras dos de preparación pensando en Castilla y León, pero finalmente lo hice en Madrid», confiesa en una entrevista con La Nueva Crónica. ¿El motivo?, la falta de plazas y la extensión del territorio castellano y leonés. «El primer año nos prometieron que saldrían muchas plazas, nos dijeron que nos iban a llamar, que era el momento de presentarse y luego no convocaron ni la mitad de las que se pensaba que iba a haber», se lamenta e incide en que fue algo que también pilló por sorpresa a los sindicatos, al no cumplirse sus previsiones.
«Así que viendo el panorama decidí abandonar la idea de quedarme por aquí», continúa para subrayar el ejemplo de S., de quien es amiga. «Es la única que está trabajando de la gente que conozco que se haya presentado aquí y mira cómo está; todo el día en la carretera, yéndose muy lejos de León. Sacó un 9 y la llamaron, en un principio, para trabajar cuatro horas en un pueblo de Burgos. Y eso teniendo un pedazo de nota», se lamenta.
En Madrid, a su juicio, aunque haya un mayor número de postulantes «la cosa se mueve más», y ella prefiere estar allí por cuestiones logísticas: «Si te llaman, no te tienes que desplazar muy lejos porque todo está muy concentrado y es una comunidad más pequeña», argumenta para añadir que buena parte de su apuesta se debe a la prevalencia de las escuelas bilingües. «Yo quería mirar a ver si por ahí hay más posibilidades de tener trabajo, porque eso es lo que dicen quienes tienen la acreditación», comenta para insistir que, quienes cuentan con este plus -ya sea la propia acreditación como el C1 en inglés- adelantan en puestos al resto.
La cuestión de los interinos
Uno de los grandes problemas con los que se encuentra el sector, a juicio de Alonso, es «el tema de los interinos». «Es uno de los mayores obstáculos con los que nos encontramos los que aún no tenemos experiencia y lo único que queremos es empezar», explica Alonso, quien señala que, aunque, últimamente se están ofertando más plazas, pero «hay interinos por todas partes».
Un caso que, a ella, le parece de difícil solución, puesto que hay interinos que llevan varias décadas en el puesto y muchos están ya cerca de la jubilación, «como para ponerse a estudiar de nuevo». «Yo sé de un montón de interinos que no quieren sacarse la plaza. Sobre todo, porque muchos de ellos tienen su vida ya asentada, con su familia y sus hijos. En Comunidades como la nuestra, de sacársela les mandarán a la otra punta», continúa la joven.
«Hay un tapón de interinos porque durante muchos años no se han convocado oposiciones y no se ha cubierto la tasa de reposición», explica Manuela Diez, presidenta de ANPE León, sindicato profesional independiente mayoritario en el ámbito de la enseñanza. Un hecho que, denuncia, incumple el acuerdo de interinidad de Castilla y León, que data del año 2006 y donde la tasa, según Diez, rondaba el 8%.
«Ahora mismo», continúa Diez, «si la oferta pública de empleo hubiera sido la que debería, no existiría esta situación», critica para señalar que la tasa de reposición siempre debería cumplirse al 100%, ya que si se cubriera esa tasa, los interinos sólo cubrirían los contratos de sustitución y no las vacantes a las que se opta por plaza.
Por todo ello, las oposiciones a secundaria en Castilla y León, que arrancan el próximo 17 de junio, tienen un carácter excepcional, ya que están pensadas para estabilizar la coyuntura actual. «No es un concurso ordinario, sino que está pensado para favorecer a quienes llevan más años trabajados», continúa.
Así, las características concretas de las pruebas -y que las diferencian de las habituales- son el hecho de que los exámenes han pasado de ser eliminatorios a compensar unas partes con otras y, además, y siempre según explica ANPE, «en la mayoría de especialidades han dejado de pedir el supuesto práctico, han quitado la presentación y defensa de la programación, dejando únicamente la unidad didáctica».
Traducido a la práctica, esto significa que, al no ser eliminatorio, las partes del examen teórico se compensen haciendo que se llegue a la fase de concurso por méritos, donde el punto fuerte es la experiencia laboral.
Hablando ya de los números de esta convocatoria con la que se pretende reducir la interinidad, según datos proporcionados por la consejería de educación, en toda la autonomía se examinaran más de 15.800 aspirantes para optar a las 1.390 plazas convocadas en la Comunidad, mientras que yendo a as cifras concretas de la provincia; León capital recibirá a 1.686 aspirantes correspondientes a las especialidades de Matemáticas, Francés, Organización y proyectos de sistemas energéticos, Procesos diagnósticos clínicos y productos ortoprotésicos, Procesos sanitarios, Instalación y mantenimiento de equipos térmicos y de fluidos, Percusión, Lenguaje musical y Técnicas de grabado y estampación. En Ponferrada se examinarán los 292 opositores de Análisis y química industrial, Laboratorio, Operaciones de procesos, Procedimientos de diagnóstico clínico y ortoprotésico y Procedimientos sanitarios y asistenciales.

Movilidad geográfica
En lo referente a la movilidad geográfica para cubrir los puestos de sustitución, como es el caso de S., desde ANPE matizan que es el propio interesado quien escoge la lista de provincias donde le puedan llamar desde la bolsa de empleo. «Nadie te obliga a poner el total de la Comunidad», apunta.
«Cuando no sacas plaza, pero entras en una lista autonómica en la que te darán acceso a los puestos vacantes y sustituciones, eres tú quien escoge los sitos desde los que te llamarán», continúa subrayando que es el opositor quien escoge las provincias en las que está dispuesto a trabajar. «Asimismo, en el caso de sacar plaza, también elaboras una lista de preferencia de lugares de trabajo y, según la nota que saques, podrás cumplir tus preferencias o no. Aquí sí que te llamarán desde cualquier punto de la Comunidad Autónoma en la que concurras» completa Diez para finalizar con que, quienes lo tienen más difícil, «se están enfrentado a lo que se enfrenta todo el mundo: el empezar».
Perseverar
Hortensia Sánchez es profesora de segunda lengua extranjera en el IES Padre Isla de León desde hace algo menos de un año. Ella estudió filología alemana y advierte que su especialidad es «muy concreta» y no se puede generalizar a otras más habituales. No hay plazas en pueblos en pequeñas ciudades, sólo en las capitales de provincia. «De hecho no se ofertan plazas fijas cada dos años como en otras materias», apunta en conversación con La Nueva Crónica.«Acabé el máster de educación en 2017, justo al terminar la carrera, y me presenté a mis primeras oposiciones en 2018 - las últimas que se han convocado de su especialidad en Castilla y León», relata. No aprobó, pero consiguió entrar en lista. Al año siguiente no obtuvo plaza de ningún tipo, así que se marchó a trabajar de auxiliaren el extranjero. En 2020 regresó a España, pero la crisis del Covid a mitad de curso también frustró la expectativa de conseguir un contrato de sustitución hasta septiembre, cuando se establecieron las nuevas necesidades educativas -menor ratio, distancia de seguridad, grupos más reducidos, etc- y ahí ya sí, comenzó a dar sus primeras clases. «Me dediqué, sobre todo, a la enseñanza de lengua castellana, porque como es una asignatura afín, los filólogos también tenemos la posibilidad de enseñarla», relata. Después, León. «Al principio estuve dando clases de alemán a poco más de media jornada y este año ya sí estoy a jornada completa como profesora de la segunda lengua extranjera», desarrolla.
El camino, dice, es arduo y, a veces, no es el más idóneo. «Con la nueva legislación, los estudiantes pueden elegir entre una gran cantidad de optativas y, muchas veces, la segunda lengua extranjera queda un poquito relegada por otras asignaturas como robótica o tecnología, que ahora mismo les interesa mucho a los chavales», concede. Sin embargo, se muestra optimista. «Al final casi siempre se crea grupo de segunda lengua y, bueno», ríe, «ya sabes cómo van estas cosas, poco a poco».