Santos y panes entre la nieve

La comarca de Omaña es, además de una de más bellas, una de las más despobladas de toda Europa. Así lo han reflejado diversos informesque destacan que en este territorio el envejecimiento de la población y la dispersión de sus pequeños pueblos condicionan el desarrollo social y económico de la comarca. Es, también, una de las zonas de la provincia que más sufren las consecuencias del invierno, con innumerables pequeñas carreteras que en ocasiones tardan días en despejarse después de una nevada como la que acaba de cubrir de blanco toda la montaña leonesa.

Sin embargo, a pesar de la nieve, a pesar de la soledad, la vida sigue con toda la normalidad posible, y en esa normalidad se enmarcan la fiestas tradicionales que no dejan de celebrarse por adverso que resulta el clima o por pocos que sean los que participan en ella.En uno de esos pueblo omañeses, Andarraso, se celebró este martes una festividad que desde hace años reúne en torno a su preciosa y diminuta iglesia a los pocos vecinos del pueblo: exactamente siete en los meses de invierno, pues el resto aprovechan para bajar a la ciudad, el que puede, en esta época.

Don Eliecer Melón Pacho, el sacerdote de la localidad, tuvo que llegar hasta el templo, al igual que casi todos los vecinos, armado con botas de agua para no calarse con la nieve. Allí se celebró ayer una pequeña eucaristía en honor a San Fabián "Papa y Mártir", rezaba la postal que se entregaba a los vecinos, y a San Sebastián. Además, como marca la tradición, a los vecinos se les regalaba el pan propio de esta celebración, y a los que no pudieron acudir a la iglesia porque la nieve les impedía salir de casa, se lo llevó el propio sacerdote, como refleja la fotografía que acompaña estas líneas, para que participara de este modo de una fiesta que nunca ha dejado de celebrarse a pesar de las fechas y de las evidentes dificultades que supone llegar con nieve hasta Andarraso, pueblo al que para llegar es necesario subir una exigente (más en estos tiempos) rampa y en el que hubo un tiempo en que los periodistas hacían reportajes sobre que todos los vecinos del pueblo eran solteros.Hoy hay más molinos de viento que solteros y que vecinos, pero Andarraso sigue cumpliendo con su tradición.