La localidad leonesa de La Robla vivió este jueves 3 de diciembre una tarde cargada de emoción y memoria minera con la primera procesión nocturna de Santa Bárbara, organizada por el Instituto de Estudios de la Montaña Central Leonesa, Sangre Minera, en colaboración con la Junta Vecinal. La iniciativa, inédita hasta ahora en la zona, consiguió reunir a decenas de participantes de todas las edades, que acompañaron a la patrona de los mineros en un recorrido simbólico por las calles de la localidad.
Partiendo de las entrañas de la tierra, ataviados con casco, funda y linterna y al grito de ‘Viva Santa Bárbara, viva’. Así salían los porteadores de la mina escuela del centro de Formación Profesional Virgen del Buen Suceso, para llevar en procesión a la patrona minera, cuyo himno fue interpretado por la Agrupación Musical Virgen de Celada de La Robla.
Desde allí, la figura de Santa Bárbara, iluminada por un resplandor formado por cascos mineros y sus lámparas, avanzó arropada por vecinos, antiguos trabajadores de la minería y familias que quisieron rendir homenaje a una tradición, a una forma de vida, profundamente ligada a la identidad la comarca. El ambiente, marcado por las luces, los pasos, tambor y corneta, permitió que el recorrido se convirtiera en un acto de recuerdo colectivo. La imagen, portada por voluntarios inscritos previamente, fue recibida con emoción en cada tramo del itinerario hasta llegar finalmente a la iglesia parroquial.
La iniciativa, abierta a mujeres, hombres y niños, logró reunir a vecinos, descendientes de mineros y personas vinculadas al mundo de la mina que quisieron recordar y reivindicar un pasado común aún muy vivo en la memoria de la comarca. La organización proporcionó cascos, luces y fundas a quienes portaron la imagen, aunque muchos participantes optaron por rescatar sus propios cascos mineros como gesto simbólico. Ya no quedan minas en la comarca, pero siempre quedarán sus mineros.