Estos días está siendo noticia en la omnipresente y poderosa Netflix la excepcional acogida de su último producto, la serie ‘Berlín’, emparentada directamente con la celebrada ‘La casa de papel’. Algunas de las imágenes de esta serie han sido rodadas en Riaño, lo que la convierte un nuevo reclamo publicitario para esta localidad, bien es cierto que en la película, ficción a fin de cuentas, se nos hace creer que aquello que rodaron aquí ocurre en París; pero es tal el poder de la plataforma que se han sucedido los reportajes —publicidad gratuita a fin de cuentas— sobre el lugar donde se rodó y hasta los extras del lugar que participaron. Sin olvidar que cuando se rodó y desembarcó en el pueblo todo el equipo ya fue un excelente reclamo turístico y económico.
Algo tiene el agua, nunca mejor dicho, cuando la bendicen pues no es la primera vez que Riaño se convierte en plató de grabación de películas; al margen de los numerosos documentales y reportajes que generó el pantano y todas sus derivadas.
La película más antigua de las rodadas en Riaño es ‘Orgullo’, de Manuel Mur Oti, de 1955, que lleva en sus imágenes un impagable regalo, casi diez minutos de imágenes iniciales que recorren paisajes desaparecidos bajo las aguas del pantano, especialmente de Anciles, una joya. ‘Luna de lobos’, de 1987, no solo rodó parte de la misma en Riaño sino que se presentó allí, en pleno conflicto por el pantano; y la más ‘cercana’ podría ser ‘Las huellas borradas’ (1999), con el gran Federico Luppi, que no solo se rodó en la comarca sino que aborda directamente la problemática de un pueblo de las montañas de León que va a ser anegado por un pantano.
¿Les suena?