Riaño, destino solidario por un día para los niños de Chernóbil

Esta jornada en la localidad fue posible gracias a José Ignacio Fernández Díez, de Riaño, y a la Asociación Leonesa Bielorrusa Afectados Chernobil (Albac)

Estefanía Niño
30/07/2017
 Actualizado a 17/09/2019
El programa incluida múltiples actividades, entre ellas, el tradicional juego de bolos | L.N.C.
El programa incluida múltiples actividades, entre ellas, el tradicional juego de bolos | L.N.C.
El pasado fin de semana, Riaño mostró su cara más solidaria con los niños de Chernóbil (Rusia), una población conocida mundialmente por el fatal accidente ocurrido allí, en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin el sábado 26 de abril de 1986. La explosión provocó la mayor catástrofe en la historia de la explotación civil de la energía nuclear. Treinta y un personas murieron en el momento del accidente, alrededor de 135.000 personas tuvieron que ser evacuadas de los 155.000 kilómetros cuadrados afectados, permaneciendo extensas áreas deshabitadas durante muchos años al realizarse la reubicación posteriormente de otras 215.000 personas.

El accidente de Chernóbil, en Rusia, sucedido en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin el sábado 26 de abril del año 1986 Para ayudar a los afectados en León nació hace años la Asociación Leonesa Bielorrusa Afectados Chernóbil (Albac), con el objetivo de ayudar a los afectados de la catástrofe, menores, jóvenes y familias. Fue José Ignacio Fernández Díez, de Riaño, quien organizó junto con Albac una serie de actividades para los niños de Chernóbil y sus familias de acogida en León, y que todos ellos -alrededor de unas 27 personas en total- pudieran pasar un agradable día en Riaño, disfrutando de un amplio programa de actividades. Para ello, contó además con la colaboración altruista del estanco, la piscina municipal, el camping, panadería, quesería, los supermercados, carnicerías y fábricas de embutidos de la localidad, así como del Ayuntamiento de Riaño que facilitó la entrada gratuita al Museo Etnográfico además del paseo en barco por el embalse para conocer los ‘fiordos leoneses’. Los niños jugaron a los tradicionales bolos, y disfrutaron de un día lleno de afecto, de una comida en las piscinas municipales, y de una merienda de despedida en el camping de Riaño.
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