Un desagradable y antihigiénico incidente sorprendió este lunes a media tarde a los bañistas de la piscina municipal de Sáenz de Miera de León. Una persona defecó en el agua y los operarios municipales tuvieron que desalojar la piscina hasta retirar los excrementos humanos con una red. José Manuel González, uno de los usuarios de la piscina grabó el momento, en el que niños y adultos presenciaban el momento entre asombro y asco a la vez.
Este incidente trae a León uno de los retos más absurdos y desagradables que circulan en redes sociales, como es el de defecar en piscinas públicas. Esta práctica ha obligado a cerrar temporalmente más de 300 instalaciones municipales en todo el país para descontaminar el agua y proteger la salud de los bañistas. Sin embargo, como bien hizo notar la persona que grabó el vídeo que acompaña a esta información, la piscina de Sáenz de Miera volvió a la normalidad en apenas una hora.
Problema sanitario
Aunque pueda parecer una gamberrada aislada, los episodios siguen un patrón casi idéntico. Alguien defeca deliberadamente en la piscina, otro usuario detecta los excrementos y avisa al personal, que activa el protocolo de evacuación y desinfección.
Las consecuencias son graves. Los excrementos humanos contienen millones de bacterias y parásitos como E. coli, Salmonella, Shigella, Giardia o Cryptosporidium, capaces de provocar desde diarreas y vómitos hasta hepatitis A o fiebre tifoidea.