El repunte de natalidad no evita que haya cuatro muertes por cada nacimiento en León

El crecimiento vegetativo de la provincia deja cifras cada vez más negativas, ya que la mortalidad registra un importante aumento

18/04/2024
 Actualizado a 18/04/2024
Durante los meses de enero y febrero vinieron al mundo en la provincia un total de 365 bebés y se contabilizaron 1.389 fallecimientos. | ICAL
Durante los meses de enero y febrero vinieron al mundo en la provincia un total de 365 bebés y se contabilizaron 1.389 fallecimientos. | ICAL

La provincia de León cerró el pasado año con un exiguo incremento de la natalidad, algo que cobraba cierta relevancia al tener en cuenta la alarmante evolución a la baja que ha experimentado este fenómeno demográfico a lo largo de las últimas décadas.


Y esa misma tendencia moderadamente positiva se observa también en el arranque del presente ejercicio, según se desprende de los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 


Durante los meses de enero y febrero vinieron al mundo en la provincia un total de 365 bebés (seis cada día de media), lo que supone un incremento de 12 y de un 3,4 % en comparación con los 353 que se habían contabilizado en el mismo periodo de 2023.


Es preciso destacar además que es el dato más elevado de los últimos cuatro años en enero y febrero y León encadena además tres con tendencia al alza de los datos de natalidad.


Entrando al detalle de los datos, cabe destacar que en los dos primeros meses de este año nacieron más niños (210) que niñas (154) y que la mayoría de las madres dieron a luz cuando tenían entre 35 y 39 años (133). Inmediatamente por detrás se sitúa la franja de edad de entre 30 y 34 años (106) y ya con datos bastante inferiores aparecen las madres leonesas de entre 25 y 29 años (45), de entre 20 y 24 años (43) o de entre 40 y 44 años (31). No hubo ninguna leonesa que diera a luz con menos de 15 años, aunque sí se contabilizaron seis que no llegaban a los 19. Y tampoco hubo ninguna madre de entre 45 y 49 años, pero sí una que superaba los 50, siempre según el análisis de los datos del INE.


Una vez conocidos los datos provisionales de nacimientos de los dos primeros meses del año, es necesario establecer la comparativa con los referidos a las defunciones, que ya casi son cuatro veces más, lo que deja un saldo vegetativo que es claramente negativo para la provincia de León.


Concretamente, durante los meses de enero y febrero se contabilizaron 1.389 fallecimientos (más de 23 cada día de media), lo que supone un incremento del 19,3% y de 225 en comparación con los datos de 2023, cuando la cifra había sido de 1.164.


Cabe señalar además que el conocido este miércoles es el dato más elevado de los últimos 16 años –la serie histórica del INE disgredada por meses y provincias arranca en 2009 – y contrasta con el más reducido, que se había registrado en 2013, cuando los meses de enero y febrero dejaron 1.038 fallecimientos en la provincia de León.


Cabe recordar que el dato de 2020 se situó sólo en 1.127, puesto que en enero y febrero no se había desatado aún la pandemia de coronavirus. Ya en 2021, la cifra se elevó a 1.303.


Con todos estos datos sobre la mesa, León registró sólo en el arranque del presente año un saldo vegetativo –es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones ocurridos en la provincia– de -1.024 personas.
Se trata sólo de la estadística de dos meses, pero este balance permite atisbar que se acentúa la tendencia del pasado año, cuando el crecimiento vegetativo fue de -3.939 personas.


Cabe destacar que esta es la clave principal de la pérdida de población que sufre la provincia de León, puesto que las estadísticas de migraciones y variaciones residenciales siguen mostrando que llega más gente de la que se va por motivos laborales o familiares.


Basta recordar en este sentido que los últimos datos –referidos a 2022– permiten a la provincia encadenar cinco años con un saldo migratorio positivo y por lo tanto el balance no deja pérdida demográfica, es decir, que mucha gente emigra en busca de un puesto de trabajo, pero son más los que llegan con el mismo objetivo en nuestra provincia. Concretamente, León atrajo durante el año 2022 a un total de 11.126 personas, 3.834 más de las que se fueron.

 

Los datos de 2023


Durante el pasado año vinieron al mundo un total de 2.173 bebés (seis al día) en la provincia de León, lo que supone un incremento de 14 y de un 0,6% en comparación con los 2.159 que se habían contabilizado a lo largo de 2022.
En todo caso, hay que tener en cuenta que el citado repunte llega precisamente después de que en 2022 se hubiese registrado el mínimo de nacimientos de una serie histórica que arranca concretamente en el año 1941. Cabe resaltar que entonces hubo 11.685 alumbramientos y que la cifra experimentó una tendencia irregular que no impidió en todo caso que en 1948 se alcanzase el máximo de la citada serie histórica con un total de 13.822, cifra que multiplica holgadamente por seis la referida al pasado año. A partir de entonces se observa cierta irregularidad en la estadística, aunque siempre con una tendencia general a la baja que hizo que la cifra de nacimientos se situase por debajo de los 10.000 a partir de 1967.


Dicha tendencia se mantuvo con el paso del tiempo y hace 35 años –a finales de la década de los 80– se contabilizaron 4.358 bebés nacidos en tierras leonesas, cifra que representa el doble de los que nacieron el pasado año.


Mientras, el pasado año se contabilizaron 6.112 fallecimientos (17 cada día), lo que supone un descenso del 7,8% y de 521 en comparación con los datos de 2022, cuando la cifra había sido de 6.633. De este modo, las cifras vuelven a los niveles anteriores a la pandemia (6.131 en 2019) después de años con importantes incrementos, ya que en 2020 se alcanzaron las 7.725, una cifra que no se alcanzaba desde los años de la guerra civil. En este caso, la serie histórica que proporciona el INE arranca concretamente en 1930 con cifras similares a las del primer envite de la pandemia que se incrementarían hasta alcanzar las 9.063 muertes, un máximo histórico que coincidió con el segundo año del conflicto bélico entre españoles (1937).

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