La Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBIQ+ entró en vigor el pasado 2 de marzo de 2023. Desde entonces, 62 leoneses han solicitado el cambio de sexo registral en los registros civiles de León y Astorga, siendo 51 en el primero y 11 en el segundo. El Partido Judicial de León abarca 74 municipios de la provincia, incluidos la capital leonesa, San Andrés del Rabanedo y Villaquilambre, entre otros. El de Astorga, por su parte, comprende 26 ayuntamientos, entre los que se encuentran la localidad u Hospital de Órbigo entre otros.
Fuentes consultadas en ambos Registros no han podido especificar el sexo de los solicitantes, así como si dichas solicitudes han sido resueltas como favorables. La protección de datos personales en León tampoco ha dado a conocer si algunos de los solicitantes eran menores de edad, mientras que en Astorga no lo ha pedido ninguna persona menor de 18 años. Y es que, uno de los puntos claves de esta ley cuya aprobación causó mucha controversia y hasta división dentro del movimiento feminista, además de diferencias con el Ministerio de Igualdad dirigido en su momento por Irene Montero –que aún está en debate doce meses después–, es la posibilidad de que las personas mayores de 16 años que quieran realizar un cambio de sexo registral puedan hacerlo sin necesidad de tener ningún informe médico o psicológico relativo a la disconformidad con el sexo consignado en la inscripción de nacimiento ni tampoco la modificación de la apariencia de la persona a través de procedimientos médicos o quirúrgicos.
El medio para realizar el cambio de sexo registral se hace a través de una solicitud presentada por la persona interesada, que será citada para comparecer en el registro. Allí, la persona trabajadora de la administración «recogerá la manifestación de disconformidad con el sexo mencionado en la inscripción del nacimiento, la petición de rectificación y la elección de un nuevo nombre propio, salvo cuando la persona quiera conservar el que ya ostente», como indican desde el Ministerio de Justicia. Después, se citará a la persona en un plazo máximo de tres meses para que «comparezca de nuevo y ratifique su solicitud, aseverando la persistencia de su decisión», aseguran. Una petición que, en el caso del Registro Civil de León, se inscribirá dentro de un gran libro donde constará la solicitud.
Esta solicitud de cambio de sexo registral es reversible, por lo que después de seis meses de la inscripción se podrá recuperar la mención que figuraba originalmente mediante el mismo procedimiento, como así está incluido en la Ley 4/2023 del 28 de febrero.
"Un alivio"
El Ministerio de Justicia dispone las indicaciones para el trámite administrativo, pero ¿cómo viven la situación las personas a las que va dirigida? Lo que está considerado como un «procedimiento» para el Ministerio que se lleva a cabo en el Registro Civil es, en la mayoría de los casos, un paso más hacia esa vida que siempre se ha querido vivir.
Rebelión Feminista es una organización afincada en León que acompaña a quienes quieren realizar el cambio de sexo registral y lo hace «de la manera en que lo necesiten». Ariana Alonso Celorio es la presidenta y cofundadora de esta organización y explica que ayudan con la documentación y también pueden realizar un acompañamiento presencial hasta el Registro Civil, «aunque cada vez menos». La persona solicitante tiene que presentar su documento de identidad, el certificado de empadronamiento y el acta de nacimiento, además de la solicitud, unos papeles que «se pueden solicitar ‘online’ y que son completamente gratuitos», algo que recalca la presidenta ya que «algunas personas se han encontrado con que tenían que pagar y eso no es así». No es mucha la documentación necesaria, aunque esta burocracia puede suponer ciertas trabas para algunas personas, algo que ocurrió sobre todo en los inicios. Ahora es «más sencillo», pero reconocen desde Rebelión Feminista que después de la entrada en vigor de la ley «muchas personas recibieron una negativa alegando desde la administración que no tenían los documentos actualizados».
Fuera ya de los papeles, para Ariana y el resto del colectivo lo importante en todo este proceso son «ellas, ellos y elles», las personas que han decidido –o deseado desde hace tiempo– solicitar este cambio que les provoca «alivio, también para sus familias que les ha visto sufrir», y a las que recurren en muchas ocasiones cuando tienen que ratificar ante un juez ese cambio solicitado tres meses antes:«Muchas personas nos llaman y nos dicen que irán con su madre o padre, o sus hermanos», cuenta Ariana Alonso Celorio, un detalle que es especial para ese entorno que verá cómo el deseo se hace realidad.
Este paso en el registro «es muy importante». «Hay que recordar que la tasa de suicido de las personas trans supera el 40 % y que algo tan básico como elegir el nombre y el género es esencial», sobre todo en este «proceso patologizador». Por su parte, tanto Ariana como sus compañeras de Rebelión Feminista no pueden sino sentirse «orgullosas» de la labor «voluntaria y gratuita» que hacen para acompañar a las personas durante el proceso.
Los siguientes pasos
La ‘ley trans’ lleva doce meses en funcionamiento pero para las personas que forman el colectivo en León aún quedan pasos por dar. «Queremos que se pueda ampliar la edad para realizar la solicitud», cuenta Ariana Alonso Celorio, además de otros requerimientos. Desde la entidad creen que esta norma «deja fuera a las personas no binarias», y también a las personas migrantes «para las que habría que cambiar el protocolo y reducir la burocracia para conseguir la nacionalidad». Asimismo, solicitan «la eliminación de la categoría género en el DNI» ya que «supone una problemática para las personas ‘queer’, trans e intersexuales y la consideran como «información no necesaria».