El programa durará seis meses, es ambulatorio y habrá sesiones todas las semanas. Además, se establece con las mismas fases que un plan antitabáquico: motivación, intervención y recaída, que es el momento más complicado. «El mayor problema es la recaída. Además somos conscientes de que el cannabis está bastante aceptado socialmente y hay que trabajarlo desde la perspectiva de que la persona viene voluntariamente para intentar dejarlo».
Peña remarca que es la sustancia estupefaciente de consumo más frecuente, por lo que era necesario la creación de este nuevo programa. «Es la sustancia más consumida y por eso nos llamaba mucho la atención que sólo viniera a pedirnos ayuda un 9,3%».
Los responsables de Proyecto Hombre han titulado el programa ‘S.kapate’ y se trata de una iniciativa pionera en el ámbito nacional y que, considera Peña, «creemos que va a tener futuro, igual que lo está teniendo el programa para dejar el tabaco, que se está realizando en muchas empresas», señala.
Igual usuarios, la mitad de dinero
Peña anunció el nuevo programa este jueves, durante la presentación de la Memoria de Proyecto Hombre del año pasado. En 2015, la asociación atendió a 1.242 usuarios, un número similar al de los últimos años. Sin embargo, las principales dificultades en este periodo están viniendo por la enorme reducción que se ha producido en las aportaciones económicas a la organización.
De esta forma, en los últimos años elrecorte de la financiación por parte de las administraciones públicas, así como la bajada de donaciones, ha llevado a que el presupuesto de Proyecto Hombres se haya reducido a la mitad, hasta los 553.804 euros de los que se dispuso el año pasado, de los que 416.121 euros son subvenciones oficiales frente a los más de 800.000 con los que solía contar el colectivo.
«Tenemos el doble de trabajo con menos dinero», lamenta Peña.
Entre los programas que aún siguen estando financiados totalmente está Indícale, promovido por la Junta y que se destina a la atención a adolescentes. En este programa se atendieron en 2015 a 50 adolescentes, entre los que se ha destacado un aumento de las chicas.
Agravamiento de algunos casos
Proyecto Hombre observó, durante el año pasado, el agravamiento de algunos casos, en los que la adicción a sustancias se acompaña de una gran desestructuración social.
«Empieza a aparecer un perfil que hacía mucho tiempo que no aparecía, personas que están muy desestructuradas y que están en la calle, y varios con problemas judiciales», explica el presidente de Proyecto Hombre.
Muchos de ellos son atendidos en la comunidad terapéutica, en la que el año pasado hubo 37 usuarios, de los que sólo una fue una mujer.
Asimismo, ha vuelto a aparecer el consumo de heroína en algunos casos tratados por Proyecto Hombre, una sustancia que estaba en regresión hasta hace unos años. «Hacía mucho tiempo que no se veía nada, y ahora sí se ve consumo. Nunca inyectada, sino fumada», aclara Peña.
Durante 2015, los Centros de Día de León y Ponferrada atendieron a 227 usuarios y el programa asistencial en centros penitenciarios tuvo 67. Otras 163 personas siguieron un itinerario de inserción laboral y 13 más participaron en la comunidad de reinserción sociolaboral. Además, fueron asistidos 449 familiares de personas con problemas con sustancias estupefacientes.
Dentro del programa Ícaro, para superar la adicción a la cocaína, estuvieron 75 personas, y otros 14 usuarios tuvo el programa Azahar, sobre ludopatías.