Prioro regresa a los orígenes

Celebró la 28 Fiesta de la Trashumancia que retomó actos como el recibimiento de las merinas o el concurso de siega a guadaña

Estefanía Niño
03/07/2022
 Actualizado a 03/07/2022
Uno de los momentos más esperados fue el recibimiento del rebaño de ovejas merinas. | JESÚS F. SALVADORES
Uno de los momentos más esperados fue el recibimiento del rebaño de ovejas merinas. | JESÚS F. SALVADORES
Prioro retomó este sábado la Fiesta de la Trashumancia, que alcanzó su 28 edición, y lo hizo por la ‘puerta grande’, recuperando todo su esplendor. Tras dos años marcados por la pandemia, el 2020 en el que no se desarrolló y el 2021 en que se celebró pero con restricciones, este sábado el homenaje a la figura del pastor y su forma de vida volvió a ser la gran protagonista de la jornada con guiños muy marcados, como el recibimiento al rebaño de ovejas merinas, la comida pastoril, o el popular concurso de siega con guadaña.

El programa comenzó durante la mañana, con el concurso y exhibición de perros mastines, fieles guardianes del ganado, y de manera paralela la apertura de la Feria de Productos Agroalimentarios y el corro de lucha leonesa de base. No faltaron las muestras de aquellas labores ligadas a la vida del pastor, como la exhibición de esquileo de ovejas. Otro de los guiños a estos trabajos, fue el, concurso de siega con guadaña, que este año alcanzó su 12ª edición, y en el que se premió los mejores trabajos realizados tanto en el aspecto del cordón o marallo, como en la rapidez de siega del mismo. Pero sin duda, uno de los momentos más esperados y más simbólicos de esta fiesta fue el recibimiento del rebaño de ovejas merinas trashumantes. La jornada matinal se cerró con la degustación de una comida pastoril tanto en el recinto ferial como en establecimientos hosteleros del municipio.

En horario de tarde el programa continuó con actividades como la exhibición de piezas talladas por especialistas y la exposición de maquinaria forestal. No faltó la nota popular con la actuación de ‘Taruko Folk’, ni la degustación del dulce típico de la rosca y chocolate.

Esta fiesta, a punto de alcanzar las tres décadas, se basa en la rememoración de la tradición relacionada con la llegada de los rebaños trashumantes en primavera o a principios de verano, especialmente extendida entre los pueblos montañeses atravesados por cañadas y cordeles o poseedores de grandes majadas, entre los que se encontraba el propio Prioro, atravesado por la Cañada Oriental Leonesa y cuna de numerosos pastores trashumantes. La bienvenida y el agasajo del pueblo a los recién llegados, se expresa con canciones y bailes tradicionales, comida de hermandad con menú pastoril y en compañía del mayoral y de los pastores. Esta vuelta a los orígenes cuenta con la declaración de interés turístico provincial.
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