La primera edición de El Gallo Wine Fest se cerró con 33 participantes llegados de toda España, un total de 176 etiquetas, más de 980 botellas abiertas, 1.000 copas Gabriel Glass y únicamente 300 personas, con todas las entradas agotadas, pudieron acceder a un evento marcado por la exclusividad. Así de contundente se ha estrenado El Gallo Wine Fest que se celebró en León este domingo 16 de junio en la Fundación Sierra Pambley.
El Gallo Wine Fest se inspira en la leyenda de la barrica secreta que alberga el vino más antiguo del mundo y que permanece oculta en la Real Colegiata de San Isidoro de León. Su primera intención es poner en valor los vinos de Leónyel Bierzo, con una participación de un 50 % de bodegas pertenecientes a ambas zonas y otro 50 % de bodegas de otras zonas de España, que arroparon en este estreno a los vinos y productores leoneses. Cinco de las más destacadas importadoras también se sumaron a esta fiesta del vino, acercando a los asistentes vinos internacionales de zonas tan prestigiosas como Borgoña, Loira, Burdeos, Piamonte, Toscana…
El Gallo Wine Fest arrancó el sábado con una cena de productores en Marcela Vinos en un ambiente festivo y familiar. El domingo abrió sus puertas en dos medias jornadas con la participación de 17 y 16 expositores en cada una de ellas dejando grandes momentos de complicidad y pasión compartida por el vino, y logrando una conexión casi mágica en algunos momentos entre los productores y aquellos que querían no solo probar los distintos vinos sino conocer la historia de los viñedos y de las diferentes elaboraciones. Si de algo se habló fue de suelos, la raíz del carácter de cada uno de los vinos que se pudieron catar y conocer.
Catas magistrales
Tres catas magistrales y exclusivas para tan solo 20 afortunados, realizadas por tres grandes del mundo de la enología y la sumillería : Armando Guerra Monge, director de Alta Gama en Bodegas Barbadillo, fundador del Club Contubernio y del evento Innoble; Rodrigo González Carballo, uno de los sumilleres más destacados del panorama nacional y exdirector de vinos del grupo Dani García, y Mohamed Benabdallah, sumiller del Asador Etxebarri, recientemente nombrado segundo mejor restaurante del mundo por la prestigiosa lista The World's 50 Best Restaurants.
Armando Guerra inició su cata en jornada de la mañana con el nombre “Barbadillo, la magia de Sanlúcar”, haciendo un recorrido por la esencia y la tradición de las manzanillas, pasando por la innovación en los vinos tranquilos, la complejidad de los vinos viejos y llegando a la sorpresa final en la que ofreció un oloroso, “Alcalde” que solamente ha salido dos veces de la bodega en 60 años. En esta cata se pudieron disfrutar de etiquetas como As de Mirabrás, Sumatorio, Mirabrás, Manzanilla pasada Pastora, Príncipe de Barbadillo y Arboledilla Aponiente.
Rodrigo González ofreció un viaje volcánico en todos los sentidos, recorriendo varios territorios , comenzando en su Tenerife natal, pasando por lugares como el Piamonte italiano entre otros, y acabando en Napa Valley. En un formato interactivo y tratando de desmontar algunos mitos de estos vinos volcánicos contraponiéndolos a otros no volcánicos, los asistentes pudieron disfrutar de joyas tan únicas y algunas difícilmente accesibles como Envínate Las Molinas Viñas Viejas 1897, HadzidAkis Skitali Barrel, Suertes del Marqués El Bucarón 2022, Koonsgard Albariño, Rose&Arrow Worden Hill 2017, Margalagua 2015, Diamod Creek Volcanic Hill 2015, HenriChauvet vie Ordinarie, Oremus Petrac 2019, Henri Chauvet a fleur du peau, Maison Leroy 2015, Pontet Canet 2015 y así hasta llegar a más de 20 etiquetas diferentes.
Y si de exclusividad iba el día, el punto final al lujo lo puso Mohamed Benabdallah hablando de Chardonnay, un 360º recorriendo distintas zonas del mundo como Borgoña (Cote de Beaune , Chablis…), Italia (Toscana,Piamonte...) y diversas elaboraciones, mostrando sus peculiaridades y diferencias. Encima de la mesa etiquetas tan nobles y algunas de difícil acceso como Aubert, Nicolas Jacob, Dauvissat o Simon Colin, un auténtico arsenal de lo que en el argot vinícola denominan “pepinos”. Completó esta experiencia única con vinos como Renaud Voyer, White Bones de Catena Zapata y Roagna Langhe Solea.
Gastronomía
El chef Juanjo Losada, del restaurante Pablo (estrella Michelín y dos soles Repsol) fue el encargado de que los asistentes tuvieran la oportunidad de comer algo entre cata y cata ofreciendo dos opciones gastronómicas en forma de bocadillo, un mollete de secreto ibérico y un brioche de pollo con cresta de Gallo frita.
Ambiente festivo
La música también ocupó un lugar destacado en el evento. Dos sets de dos deejays, Rob B Bop y The Islander, llenaron el ambiente con una selección de sonidos que van desde el rock and roll clásico hasta el hipnótico electrojazz, creando el telón de fondo perfecto para una jornada inolvidable, incluyendo un concierto de música en directo a cargo de Solomones Bros que nos deleitaron con Soul, Funky y ritmos costeños.
El Gallo Wine Fest, según sus organizadores, ha llegado para quedarse con la intención de volver cada dos años y con un firme compromiso de seguir manteniendo la excelencia y la exclusividad en los productores participantes. En palabras de uno de ellos, la agencia de comunicación Ciento Volando, “este festival es una muestra de la pasión de dos amigos que les entusiasma el vino, que creen en el trabajo bien hecho y en la virtud de aquellos que aman lo que hacen”.