Pantallas y cámaras para la Zona de Bajas Emisiones

El Ayuntamiento instala los dispositivos de control de acceso, que servirán para dar avisos sobre el tráfico y medir su intensidad

10/06/2024
 Actualizado a 10/06/2024
Poste sobre el que se colocará la pantalla de mensaje variable de la plaza del Espolón. | A.M.
Poste sobre el que se colocará la pantalla de mensaje variable de la plaza del Espolón. | A.M.

El Ayuntamiento de León sigue avanzando en la implementación de la Zona de Bajas Emisiones, algo a lo que estaban obligados desde el 1 de enero del pasado año todos los municipios que superan los 50.000 habitantes.

Pero no fue hasta cuatro días antes de esa fecha cuando el Gobierno aprobó la regulación concreta que está sirviendo como guía para que las entidades locales tengan seguridad jurídica de tomar medidas de carácter continuo o temporal como restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos contaminantes para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero este tipo de medidas no entran (al menos por ahora) en los planes para delimitar las zonas de Bajas Emisiones en León, tal y como ha indicado en numerosas ocasiones el alcalde, José Antonio Diez, que sigue confiando en que las actuaciones puestas en marcha desde que ocupa el cargo para reducir las emisiones contaminantes en diferentes puntos de la ciudad sean suficientes y por lo tanto no sea necesario restringir la circulación de ningún vehículo.

En todo caso, la normativa exige que la Zona de Bajas Emisiones esté preparada para aplicar las restricciones en caso de que sean necesarias. Y el Ayuntamiento de León está instalando ya los correspondientes sistemas de control de acceso, que están integrados fundamentalmente por pantallas de información variable y cámaras con tecnología OCR que en principio tendrán como misión controlar la intensidad del tráfico.

Fuentes del equipo de gobierno municipal explican que serán diez pantallas digitales que se reparten por diferentes puntos de la ciudad y que informarán a la ciudadanía sobre la situación del tráfico tanto de personas como de vehículos, como sería el caso del corte de una calle por un accidente o la celebración de un evento o el estado de las plazas de aparcamientos que haya en la Zonas de Bajas Emisiones.

Mientras, las cámaras funcionarán como equipos de aforado que servirán para monitorizar la movilidad en las calles de la ciudad de León. En todo caso, también estarán equipadas con lectores de matrícula en dos carriles con un mismo sentido de circulación, según se desprende de los pliegos del contrato para el suministro e instalación del equipamiento del sistema de control de accesos y señalización de la Zona de Bajas Emisiones de la capital leonesa. 

Ello permitiría controlar en todo momento si los vehículos cumplen con la catalogación medioambiental correspondiente en caso de que algún día los niveles de contaminación obliguen a restringir de alguna manera la circulación de los que funcionan a través de los combustibles fósiles, algo que, como ya se ha explicado anteriormente, no está sobre la mesa por ahora.

Y a todo ello se suman los 52 sensores de calidad del aire fijos y 10 móviles que miden los niveles de ruido. En este sentido, los informes técnicos reflejan que transporte privado y comercial es el mayor responsable tanto de consumo como de emisiones contaminantes en la ciudad de León. Es por eso que consideran necesario el uso de nuevas tecnologías en la gestión medioambiental de la movilidad con el objetivo de tener referencias sobre la calidad del aire mediante elementos que permitan cuantificar los contaminantes atmosféricos para poder así tomar decisiones objetivas en el futuro. 

La inversión se sitúa por encima de 1,9 millones de euros y está siendo ejecutada por la empresa Kapsch. Este proyecto está financiado al 90% por los fondos europeos Next Generation en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en el término municipal de León.

Con todo esto, la intención del Ayuntamiento de León es hacer dos zonas de bajas emisiones, una del centro de la ciudad y otra que afecta al 28% de la superficie de la misma en la que vive el 75% de su población. La idea es evitar que se reduzcan las emisiones contaminantes de una zona trasladándolas a otra, siendo la intención de todas estas medidas hacer una reducción de la contaminación generalizada conjugando medidas de calmado y reducción del tráfico y siempre favoreciendo los medios de transporte menos contaminantes. 

En este objetivo se enmarcan los proyectos de reurbanización acometidos recientemente en Gil y Carrasco, Alfonso V y San Agustín, en la calle Felipe Sánchez (en el barrio de La Palomera) y en el tramo final de Padre Isla (a partir de su intersección con la calle Cruz Roja) y de José María Fernández (a partir de su confluencia con Obispo Almarcha).

Y a todas ellas se sumará próximamente la calle Fuero que va desde la confluencia de Gil y Carrasco con la plaza de las Cortes hasta la Pícara Justina y que también será peatonal. 

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