Pablo Fernández: "La alianza con IU no ha sido tan mala como se ha querido vender"

El secretario general de Podemos admite que la campaña fue “más conservadora” de lo habitual y que se dejó llevar por la “euforia” de la calle

Ical
03/07/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Pablo Fernández, secretario general y portavoz de Podemos en las Cortes de Castilla y León. | ICAL
Pablo Fernández, secretario general y portavoz de Podemos en las Cortes de Castilla y León. | ICAL
Defensor de la confluencia de Podemos e Izquierda Unida, el secretario general del partido en Castilla y León, Pablo Fernández (León, 1976), apuesta por mantenerla para conformar un frente que consiga dar un gobierno del cambio a España, incluso si fuera posible en esta legislatura, aunque duda de las intenciones del PSOE. Tras reposar la decepción de la noche electoral, reconoce que la campaña fue “más conservadora” de lo habitual y que la figura de Pablo Iglesias, a quien admira, no tuvo el suficiente protagonismo. Apuesta por volver a los orígenes, dejar a un lado las siglas y centrarse en “los de abajo”, en la transversalidad. En la Comunidad, una tierra “complicada”, se marca como reto reforzar la estructura, con nuevas sedes y una “red” que traslade a la sociedad el trabajo de la formación en las Cortes.

Una semana después del 26J, tras una primera reflexión, ¿71 diputados es un resultado tan negativo para Podemos?

Yo creo que por la ambición que siempre hemos tenido como partido político. Salimos para ganar las elecciones y creo que también las encuestas y la participación masiva en los actos creó unas expectativas que no se han visto cumplidas y eso ha llevado a que el sentimiento sea de decepción y el poso sea negativo.

¿En su opinión, qué explica que los resultados estén muy alejados de las expectativas?

Los análisis hay que hacerlos de forma muy pausada y con mirada larga. Por lo pronto, creo que la campaña del miedo del PP ha calado entre la ciudadanía, cosa que yo no pensaba que iba a suceder. Además, el PSOE hizo una campaña de oposición, no al PP, sino a Unidos Podemos. Quizás también influyó que gran parte de la ciudadanía vio frustradas sus expectativas de que en diciembre se conformase un gobierno. Por último, también pudo tener incidencia el ‘Brexit’, a pesar de que Podemos es la única fuerza política de este país que acudió al Reino Unido para hacer campaña a favor de la permanencia.

¿La gestión de las conversaciones de diciembre fue la adecuada? ¿Los votantes de izquierda les pueden haber castigado por no apoyar a Pedro Sánchez?

De diciembre a marzo cometimos algunos errores, que nos pueden haber pasado factura. Esas expectativas de la ciudadanía para que se conformara un gobierno lo más rápido posible nos han podido penalizar, pero estoy muy orgulloso de no habernos plegado a ese gobierno del PSOE con Ciudadanos, que significaba dar continuidad a las políticas económicas del PP, porque era sustentar los recortes. El Partido Socialista ha cometido el error de hacernos culpables de la continuidad del PP, es una falacia. Nos dejamos la piel por conformar un gobierno y me resulta incomprensible cómo el PSOE tuvo la intención de formar un ejecutivo con Ciudadanos. Creo que al final los bandazos ideológicos les pasarán factura.

¿Existen elementos diferentes qué expliquen los resultados en Castilla y León?

Yo cometí el error de dejarme llevar por las encuestas y la euforia que veía en la calle. Recorrí la Comunidad de punta a punta y creo que hemos sido la fuerza política que hemos llevado más gente a los actos sin duda. Por eso, he aprendido que la afluencia de los simpatizantes a los actos no tiene por que tener incidencia en las urnas. También es verdad que en Castilla y León, a pesar de la confluencia con Izquierda Unida y Equo, es una comunidad complicada para nosotros y pasar de tres a seis diputados, como recogía el CIS -encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas- en tan solo cinco meses, visto con perspectiva, era muy complicado.

¿La presencia de Podemos en las Cortes y en los ayuntamientos no ha dado sus frutos?

Estamos haciendo un extraordinario trabajo en las Cortes pero estamos teniendo un fallo, al no ser capaces de trasladarlo al conjunto de la ciudadanía de Castilla y León. No hemos conseguido todavía abrir suficientemente lo que sucede en las Cortes a los castellanos y leoneses. Éste es el principal fallo en el ámbito parlamentario y para mí es el objetivo principal a revertir en el próximo periodo de sesiones.

¿Qué cambios se plantea Podemos en su estructura en la Comunidad?

Vamos a tejer una red de comunicación para que la sociedad civil conozca de primera mano el trabajo que estamos haciendo en las Cortes, que insisto está siendo extraordinario. También es primordial, esencial y vital profundizar en la construcción de la organización en Castilla y León para arraigarnos mucho más en el territorio y para robustecer nuestra estructura en la Comunidad.

¿Y eso cómo piensan hacerlo?

Será necesario mucho trabajo, que ese proceso de descentralización orgánica, que se ha iniciado con el nombramiento de Echenique, se ponga en marcha de forma firme y decidida, y que los recursos económicos que un gran porcentaje hasta ahora se estaban detrayendo para llevarlos a Madrid se queden en Castilla y León. El principal reto es abrir sedes en las capitales de provincia y otras localidades, que presten servicios a los ciudadanos. Todo esto requiere una inversión económica, que hasta ahora no se ha dado, y yo espero, y es uno de mis principales caballos de batalla, que ese proceso de descentralización permita construir una organización más fuerte en la Comunidad.

¿Estos cambios no los acercan a la vieja política?

No, yo creo que la elección de Pablo Echenique -secretario de Organización- es un acierto y esto va a hacer que volvamos a nuestros orígenes y que demos más importancia a las bases, los consejos ciudadanos municipales, que son los que están más apegados a la realidad de cada territorio. Va a ser muy beneficioso el retorno a los orígenes de Podemos.

¿Cambiarán también sus líneas de trabajo a partir de ahora?

Debemos seguir insistiendo en realizar iniciativas que prioricen a la mayoría social por encima de todo. Lo estamos consiguiendo pero evidentemente, nuestro objetivo es revertir y dar respuesta a los problemas que tenemos en Castilla y León. Lo principal es que en esta comunidad se empiece a generar empleo de calidad y fortalecer los servicios públicos. Pero estamos limitados por un Reglamento en las Cortes, que constriñe nuestra capacidad política.

A la vista de los resultados, ¿cree que la alianza con IU ha sido beneficiosa? ¿Es partidario de profundizar en ella?

La alianza con IU no ha sido tan mala como se ha querido vender, quizás sin ella el resultado hubiera sido peor, pero estos análisis a toro pasado son muy fáciles hacerlos. Pero, insisto, creo que fue algo positivo que daba respuesta al deseo del 98 por ciento de los inscritos en Podemos. Con esta decisión dimos respuesta a un anhelo de la ciudadanía que nos pedía que todas las fuerzas políticas que abogábamos por un cambio real fuésemos de la mano. Acertamos en ese momento y confiábamos en subir en número de escaño, aunque la aritmética en la política no es sumar dos más dos.

¿Es partidario de mantener la confluencia con IU?

Lo tenemos que analizar, aunque yo creo que se debe mantener. Hay que articular un frente amplio que aglutine a todos los actores políticos que pretendan un cambio. Es positivo construir esa unidad popular, pero es un análisis que tendremos que hacer en conjunto la dirección nacional contando con la aportación de los círculos y los consejos ciudadanos municipales y autonómicos; proceso en el que estamos inmersos ahora mismo.

¿Podemos debe apostar por la transversalidad o por un proyecto de izquierdas? ¿Son compatibles?

Yo lo tengo claro. El Podemos de mañana tiene que estar ligado al Podemos de origen. Siempre dijimos que esto no era una cuestión de izquierdas o derechas, sino de los de arriba y los de abajo. Ahí se encuentra una mayoría social, que ha votado a opciones muy diversas. Ahora más que nunca tenemos que dejar a un lado las siglas y las procedencias electorales de la gente que conforma Podemos y volver a ese eje, que yo creo es nuestro mayor acierto y es adonde tenemos que regresar. Nunca hemos salido de él, pero es vedad que cuando confluyes con un actor como IU, que tiene un discurso más de izquierdas, se puede diluir un poco esa transversalidad.

Completadas las confluencias territoriales y políticas, ¿ha tocado techo Podemos?

No, rotundamente. Tenemos una amplísima capacidad de seguir creciendo y más pronto que tarde vamos a ser una fuerza hegemónica. Siendo unos resultados decepcionantes e incluso negativos vamos a salir fortalecidos. En los momentos malos es cuando se ve la pasta de la que están hechas las organizaciones y estoy orgullo de pertenecer a un partido en el que el debate es permanente. En un momento complicado como éste, se debe poner en común todas las ideas, siempre con la premisa de que somos una fuerza política que representamos a los de abajo.

¿Aunque no le gusten las etiquetas, está cómodo reclamándose socialdemócrata?

En políticas las etiquetas no son especialmente buenas, estoy más cómodo siendo la fuerza política que representa a una mayoría social cansada de pagar los excesos de una minoría de privilegiados. Yo tiendo a escaparme de las etiquetas, creo que no nos hacen ningún bien las etiquetas.

¿El diseño de la campaña electoral de Unidos Podemos fue el adecuado?

Es algo que tenemos que analizar más en profundidad. Quizás ha podido ser una campaña de un tono un poco más bajo; aunque no me gustan las etiquetas, un poco más conservadora de lo que había sido habitual en Podemos. También, quizás y es una opinión particular mía, se ha dado menos preponderancia a la figura de Pablo Iglesias, de la que se debería haber dado. Por ejemplo, hicimos carteles muy corales y, sin embargo, las ciudades estaban empapeladas con la cara de Alberto Garzón. Esto ha podido hacer que mucha gente, que no sigue el día a día de la política, se haya podido desconcertar. Ahora no henos sido capaces de realzar tanto su figura y quizás que la gente no haya identificado a Pablo con Unidos Podemos.

¿Puede haber faltado presencia en el territorio?

En este país la televisión y la radio siguen siendo los medios más decisivos para llegar a la mayoría de españoles. Aunque llenes los mitines, eso no tiene porque traducirse en un buen resultado. Pablo -Iglesias- ha acertado con centrarse en los medios de comunicación masivos y el reto de una fuerza como nosotros pasa por aglutinar a esa ciudadanía que tiene dudas. También considero que tenemos la suerte de contar con el líder más carismático y el mejor comunicador y candidato.

Hay quien dice que el miedo a Podemos es lo que ha activado el voto al PP, ¿qué se puede hacer para desactivar ese miedo?

Yo creo que ante un momento de incertidumbre y zozobra, lo mejor es volver a los orígenes. Podemos surgió con una frescura, con una línea rupturista del resto de partidos tradicionales, que creo que debemos recuperar. Necesitamos un discurso distinto, que salga de los márgenes políticos habituales y que confronte con el PP y con las élites y minorías que se han favorecido durante tantos años en este país.

¿Sólo con el PP?

Sí, con el Partido Popular sólo. Yo creo que nuestro adversario es el PP claramente. Quizás, es verdad, que vernos muy cerca de la posibilidad de gobernar hace que varíe nuestro tono y nuestra actitud y esa responsabilidad que hemos asumido como fuerza política decisiva en este país ha hecho que en determinados momentos hayamos podido bajar el tono con determinados actores políticos que en otras circunstancias habríamos sido más duros. No es lo mismo ser una fuerza política subalterna, que ser una fuerza política con capacidad real para llegar a gobernar. Esto hace que haya muchos matices y muchas contradicciones, que hay que saber manejar, pero considero que todo esto va a ser una experiencia para el día que lleguemos a gobernar.

Sorprendió que en el debate sobre el estado de la Comunidad diera por hecho que el PP gobernaría cuatro años.

Mariano Rajoy tiene ahora que liderar el proceso para intentar tener los apoyos parlamentarios necesarios y, desde luego, nosotros no vamos a apoyar ni por acción, ni por omisión, al PP y espero que el PSOE tampoco lo haga, pero me temo, muy y mucho, que el Partido Socialista se va abstener.

¿Es partidario de formar una mayoría de izquierdas alternativa al PP?

Nosotros estamos esperando a que el PSOE, que ha tenido más diputados que nosotros, inicie ese proceso. De hecho Pablo Iglesias ha dejado algún mensaje a Pedro Sánchez que ni siquiera ha respondido. A nosotros nos gustaría explorar todas las vías para que se pudiese conformar un gobierno de cambio y de progreso. Estamos a la espera de que el Partido Socialista abra esa vía por la que apostamos sin ambages.

¿En lugares como Castilla y León, la apuesta decidida por el derecho a decidir les puede estar quitando base social?

Yo creo que no, porque tenemos un problema político en Cataluña, fomentado por el PP, que ha sido la mayor fábrica de independentistas. Apostamos por una España plurinacional en la que esté Cataluña. Nuestra solución es dar la voz a los catalanes y estoy seguro de que con un gobierno de progreso estarían encantados de construir ese proyecto común de una España más justa y digna.

¿Qué opinión le merece el mensaje que Echenique ha enviado a los miembros del Consejo Ciudadano? ¿Se extirpan las malas hiervas en Podemos?

Estamos hablando de un mensaje y un canal privado. Cuando uno se dirige por esa vía, pensando que eso no va a salir al exterior, utiliza unas palabras distintas a las que emplea en público. Es una filtración intolerable e injustificable y una expresión sacada de contexto. Le doy todo mi respaldo a Pablo Echenique.

Por último, ¿el liderazgo de Pablo Iglesias es incuestionable?

Absolutamente, no hay mejor persona para liderar el proyecto de Podemos y Unidos Podemos que Pablo Iglesias, persona a la que admiro profundamente y a la que le doy las gracias por su valentía, inteligencia, coraje, audacia y por su compañerismo. No hay mejor persona que Pablo Iglesias para liderar este partido y para gobernar este país.
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